Adicción al Trabajo…





Dentro de las muchas caras del suicidio, tales como beber, drogarse, conducir a altas velocidades, que reciben mucha atención y algún rechazo social, resulta hoy necesario sacarle su careta de normalidad total a un modo de matarse que aparece totalmente oculto, dentro de la virtud socialmente aceptada de la laboriosidad.

La adicción al trabajo (exceso frecuente de esa virtud) es una compulsión, que a corto o largo plazo es autodestructivo. Al igual que las otras adicciones, no puede ser controlada voluntariamente por quienes la padecen.

El adicto al trabajo tiene señales internas de que algo anda mal en él. Mientras esto le está ocurriendo, recibe señales igualmente poderosas por parte de la sociedad que aplauden su conducta. Por cierto esta situación lo confunde.

La adicción al trabajo es un tipo de intento de suicidio particularmente silencioso, que tiene el arma cargada siempre al alcance de su mano. Se puede contribuir desde el lugar de terapeuta (o desde el de paciente) para desactivar un instrumento de muerte tan poderoso.

Existe una enfermedad muy insidiosa, que escondida bajo una inocente apariencia, avanza lenta y segura hacia su desenlace fatal. Se trata de la más poderosa de las adicciones modernas que, como tal, recibe diariamente el apoyo oficial de las iglesias, las organizaciones de bien público y los gobiernos. La adicción al trabajo, la principal conducta autodestructiva del presente, crece y agrega adictos a sus filas sin ser enfrentada por ninguna campaña de educación para la salud. La adicción al trabajo es aceptada sin discusiones por toda la sociedad. Lejos de recibir críticas, este tipo de adictos es premiado por la sociedad muy habitualmente: con el éxito y la muerte. 



La tendencia a trabajar en exceso, por encima de los propios límites y necesidades personales, por mera dependencia psicológica al trabajo, ha sido llamada también “el dolor que otros aplauden”.

En esta adicción aparece una creciente compulsión a trabajar, dentro de la cual hay que aumentar la dosis (horas de trabajo diarias) continuamente, para seguir logrando el efecto estimulante de la actividad sobre el estado de ánimo. Como resultado de esta adicción y de su creciente consumo de trabajo, la vida de las personas afectadas se torna cada vez más inmanejable.

El término “adicto al trabajo” o “alcoholista del trabajo” se utilizan para describir a todas las personas que hacen mucho: a quienes se apuran continuamente, están siempre ocupados o realizan muchas tareas permanentemente. Se trata de una adicción a la acción, en el sentido más estricto de la palabra. El tipo de acción puede variar y los adictos a veces parecen estar quietos y aún descansando. En esos momentos, seguramente su mente está trabajando a toda velocidad, resolviendo problemas, imaginando planes y tareas, etc., etc., etc. El tema y el lugar varían, la actitud es la misma.


Los mitos

Mito 1
“Los adictos al trabajo, trabajan todo el tiempo”
Respuesta:
Algunos adictos al trabajo, trabajan todo el tiempo. Otros se pegan grandes “atracones de trabajo” y luego paran. Algunos finalmente pueden ser verdaderos “anoréxicos del trabajo”. Lo que distingue al adicto al trabajo es el modo en que trabaja y no la cantidad y constancia de su trabajo.
Un adicto comenta: “Si yo estuviese todo el tiempo trabajando, mis amigos y mi familia no me lo permitirían. Es mucho más retorcido. Yo estoy sentado frente al televisor y pienso en mi trabajo. Estoy en el teatro, escuchando una sinfonía, y planeo mentalmente mi próximo trabajo. Me acuesto en mi cama y discuto mentalmente un problema con mi socio. De este modo nadie me acusa y puedo mantener oculta la droga que uso”.


Mito 2
“La adicción al trabajo sólo afecta a los ejecutivos y a los profesionales exitosos”
Respuesta:
Esta adicción afecta a todas las clases sociales y a las más diversas orientaciones laborales. Los casos más corrientes de adicción al trabajo se encuentran en las amas de casa. Los ejecutivos y los profesionales adictos no se detienen a descansar frente a ningún logro. Las amas de casa no suspenden su accionar frente al nivel más alto posible de brillo y orden a alcanzar.


Mito 3
“Nadie se ha muerto por trabajar demasiado”
Respuesta:
Resulta más difícil detectar los efectos sobre el corazón y el metabolismo del trabajo excesivo, porque estos adictos suelen además regular sus dietas y ejercicios. Sin embargo, muchos adictos al trabajo suelen padecer infartos y mueren a causa de ellos. Muchos otros mueren en accidentes de automóvil, donde son víctimas de su propio cansancio.
Es más, a la mayoría de ellos, no les interesa cuando se les informa de esta alta probabilidad de morir a causa de su alto nivel de autoexigencia. Si pudieran expresar lo que sienten, dirían: “Prefiero morir trabajando”. 


Mito 4
“La adicción al trabajo de sus empleados, es beneficiosa para las empresas”
Respuesta:
La mayoría de los adictos al trabajo son erráticos en su actividad y cometen muchos yerros. Cuando no es así y logran ser muy eficientes suelen enfermarse gravemente de todos modos, a causa de su adicción. Por tal motivo, terminan perjudicando la productividad. Cuando las empresas promueven la adicción al trabajo entre sus empleados, actúan con un criterio a muy corto plazo. Esta adicción, como cualquier otra, no favorece a nadie.


Mito 5
“Se trata de una adicción positiva”
Respuesta:
¿Quiénes piensan que es positivo? ¿la familia del adicto? ¿sus amigos cercanos? De ninguna manera. Todos ellos se sienten abandonados y no atendidos en sus necesidades afectivas y sociales. Todos ellos se sienten con mucho resentimiento y tristeza, debido a la pérdida continua de un ser querido.
Muchos directores de proyectos parecen estimular esta adicción, al igual que los ideales laborales de la sociedad, transmitidos (entre otros) por los medios de comunicación. Quizá la adicción al trabajo sea el caso más resonante de una forma de suicidio que recibe estímulo social. 


Mito 6
“Los alcohólicos al trabajo son felices”
Respuesta:
No es cierto que “todos los que llegan al éxito son felices”. Los adictos al trabajo dicen que ellos se “sienten felices cuando terminan con su trabajo”.
La trampa: su trabajo nunca termina. “Feliz!”, exclamó una adicta al trabajo en recuperación, “En mi familia se podía ser bueno, trabajador, productivo y generar orgullo en los seres queridos. Nunca escuché la palabra feliz”.


El perfil del adicto al trabajo


Se puede resumir el perfil del adicto al trabajo con cuatro características:


1. Adicciones múltiples: No existe ningún adicto que tenga una sola adicción. En particular, es común que la adicción al trabajo marche de la mano con la compulsión a complacer a los otros, con una extrema dificultad para decirles que no. 


2. Negación: Todas las adicciones se basan en la negación. La negación de la adicción al trabajo es quizás la más compleja. Dada la alta aprobación social que la conducta y sus consecuencias tienen para el adicto, le resulta muy difícil a éste tomar conciencia de su dificultad. 


Los adictos al trabajo dicen: “Ya sé que soy adicto al trabajo, pero podría tener una adicción mucho peor” o “Seguro que soy un adicto al trabajo, pero mire los beneficios que recibo…” 


3. Autoestima desregulada: Los adictos al trabajo tienen una autoestima devaluada o hiperinflada. Presentan muchas dificultades para aceptarse realmente como son… Están siempre realizando esfuerzos denodados por rendir más de lo que podrían naturalmente.

Es que, por estar convencidos de que los demás no podrán aceptarlos como son, los adictos al trabajo están siempre tratando de aumentar sus logros. 


4. Incapacidad para relajarse: Los adictos al trabajo funcionan bien con la adrenalina muy alta. Esta contínua descarga de adrenalina es una de las causas de su dificultad para relajarse. Tienen siempre una larga lista de tareas que necesitan ser realizadas. Dado que el trabajo es su gatillador, siempre pueden encontrar a mano una reserva con la que “estimularse” para segregar adrenalina. 


Como todas las adicciones, la adicción al trabajo ataca nuestra integridad espiritual y nos lleva a la quiebra de nuestra autonomía. Algunos adictos se experimentan “fuera de sus propios cuerpos”, mientras otros llegan a sentirse “fuera de sus vidas”. Porque su compulsión es una forma de no vivir, que resulta apenas distinta de la muerte.

Los adictos al trabajo saben que se están suicidando y, sin embargo, continúan su accionar eficaz sin detenerse. 




Recursos para salir , conocerse en profundidad , saber que motiva ese deseo e huir de lo que ocurre dentro de nosotros  ...





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