Ciencia y Espiritualidad: dos aspectos de una misma realidad


La búsqueda científica y la búsqueda espiritual han sido las dos grandes búsquedas de la humanidad pero de alguna manera se ha desarrollado un sentimiento de que la ciencia es antagónica de la espiritualidad. Vamos a examinar si esto es realmente cierto o se debe más bien a que damos a la ciencia y a la espiritualidad significados muy estrechos. La búsqueda científica es para descubrir el orden en el mundo externo del tiempo, espacio, energía y materia. La búsqueda espiritual es para descubrir el orden en nuestra conciencia. En tanto que la totalidad de la realidad se construye por ambas: materia y conciencia. ¿Por qué la búsqueda de la comprensión del orden en el mundo externo es antagónica a la búsqueda del entendimiento del orden en el mundo interior de nuestra conciencia? Si miramos sus orígenes, encontramos que ambas búsquedas se han originado en la indagación humana. Nosotros los seres humanos deseamos cuestionar lo que nos rodea, lo que está sucediendo dentro de nosotros y alrededor de nosotros. Deseamos observar a fin de averiguar. Si nos hacemos la pregunta, “¿Por qué somos inquisitivos?”, no hay respuesta. No es siempre para un propósito. Somos inquisitivos por naturaleza. El propósito es una derivación de ello, no la meta de la pregunta.
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Por ejemplo, la tecnología es un derivado de la ciencia, pero no es la razón de la ciencia. La búsqueda científica estuvo allí mucho antes del desarrollo de la tecnología. Nos estábamos preguntando por qué el cielo es azul, y por qué el sol sale y se pone, por qué los árboles crecen, por qué hay muchas especies alrededor de nosotros, por qué los eclipses ocurren y todo eso, mucho antes de que la tecnología se aplicara. De la misma manera, preguntas como -¿Quién soy yo? ¿Cuál es el propósito de la vida?, ¿Por qué hay tanto conflicto y violencia dentro de mí? ¿Es posible encontrar una especie de orden dentro de mi conciencia? ¿Qué es la muerte? ¿Hay algo más allá de la muerte? Estas son todas preguntas en el campo de la espiritualidad. Como resultado de esta búsqueda se han organizado las diferentes religiones que han surgido como un subproducto. Hubo grandes pensadores que encontraron cierta verdad en sus conciencias, que encontraron cierto orden –podríamos llamarle a ese orden amor, compasión, armonía… Como resultado de ese estado, trataron de comunicar la verdad que habían visto y se convirtieron en líderes religiosos alrededor de los cuales se organizaron las religiones. Estas religiones institucionales se desarrollaron como subproductos de la búsqueda espiritual de la misma manera que se desarrollaron los subproductos de la búsqueda científica. ¿Por qué la investigación científica ha avanzado tanto, pero cuando se trata del entendimiento de nosotros mismos, de encontrar cierto orden en nuestra conciencia, la humanidad como un conjunto ha sido un fracaso absoluto? Con la excepción quizá de un puñado de hombres como Cristo o Buda, quienes podrían haber encontrado la respuesta para ellos mismos, el resto de la gente no la ha encontrado. Esto ha creado un desarrollo desproporcionado en la sociedad en la cual, a su vez, se está creando una crisis mundial. Una de las razones del por qué la búsqueda científica ha progresado tanto, es debido a que hay un tremendo orden en la naturaleza. La naturaleza sigue un plan, funciona a través de ciertas reglas y la ciencia ha estado tratando de descubrirlas. El científico no tiene idea de por qué debe haber leyes y por qué deben ser universales, pero encuentra que así es. Tampoco sabemos por qué la naturaleza sigue esa peculiar forma lógica que el hombre ha desarrollado a la que llama matemáticas. El universo entero sigue un orden que nosotros hemos sido capaces de determinar usando algunos supuestos fundamentales, aplicando muchas matemáticas y lógica a ellos y derivando resultados. Encontramos que los resultados así obtenidos cuadran con lo que pasa en la naturaleza; lo cual significa que de alguna manera esta lógica opera en la naturaleza.
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Podemos solamente decir que así es la naturaleza del orden en que se manifiesta el universo. Somos estudiantes de la naturaleza que nos ha dado una conciencia que puede observar y pensar. A través de esto podemos encontrar alguna relación de causa y efecto, pero no podemos contestar por qué la naturaleza es así. La otra razón del porqué la búsqueda científica se ha desarrollado tanto es porque el observador está en términos generales separado de lo observado. Cuando mi conciencia o mis sentidos están viendo algo y haciendo un experimento sobre ese objeto, ese objeto está separado de mí. No hay mucha interacción entre el observador y lo observado y por lo tanto es relativamente fácil ser objetivo sobre aquello que estamos viendo. Esto se descompone cuando en el mundo cuántico de las partículas elementales, como el electrón, para el cual el mero acto de la observación parece afectar el estado de la partícula. En la ciencia, los errores humanos se detectan rápidamente porque las conclusiones están puestas a prueba por otra gente. De esta manera la ciencia trata de eliminar la subjetividad de un observador particular. Cuando nos encontramos con la búsqueda religiosa nos encontramos contemplando a nosotros mismos y el observador es el observado. Por lo tanto, la interacción entre el observador y el observado es enorme y se hace más difícil ser objetivo. Uno puede ilustrar esto con un ejemplo: Si tratamos de observar cómo vamos a dormir, nuestra conciencia decrece porque cuando estamos dormidos no estamos concientes. Por tanto la mente no se puede observar así misma yendo a dormir. Además, el orden no está presente en la conciencia; tiene que descubrirse al terminar el desorden. En la búsqueda científica nuestro entendimiento es aditivo en la naturaleza. Lo que Newton hizo durante toda su vida lo podemos ahora aprender en dos o tres años en la universidad y en base a ello descubrir aún más cosas. El conocimiento de lo que la gente ha hecho antes nos ayuda a aprender eso rápidamente y descubrir más allá de eso. En la búsqueda espiritual, el conocimiento no ayuda. En efecto, puede ser un obstáculo si uno se apega a ello. Lo que Buda descubrió y sostuvo, puedo leerlo y encontrar el conocimiento del Budismo, incluyendo todo lo que se ha dicho sobre Buda. Todo ese conocimiento podría hacerme un profesor de la filosofía budista, ¡pero el profesor de filosofía budista no es Buda!
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Uno no puede encontrar el orden que estaba dentro de la conciencia de Buda meramente a través del conocimiento. Por tanto, un estudiante de Buda tiene que observar nuevamente y redescubrir lo que Buda descubrió a fin de encontrar ese orden en su propia conciencia. Uno no puede simplemente aprenderlo como un conocimiento. Uno requiere algo más allá del conocimiento, a saber una revelación (insight) de la verdad. Sin una revelación, que es una percepción directa de la verdad, no hay alteración de nuestra conciencia. En el cambio de la ciencia también una revelación es esencial pero solamente para la primera persona que descubre la verdad. Si Einstein no hubiera tenido una revelación profunda sobre las cuestiones del espacio, tiempo, materia y energía, su mente no podría haber encontrado una total percepción que no existía en la física clásica. Su mente tenía todo el conocimiento de la física clásica, pero también tenía cierta libertad de lo conocido a fin de tener una revelación de la verdad que estaba entonces totalmente fuera del cambio de lo conocido. Todos los grandes descubrimientos científicos son resultados de dichas revelaciones (insights). Después de que el científico ha tenido la revelación y encontrado una verdad, la pone en forma de ecuación, la deduce y la verifica lógicamente. A partir de allí, es enseñado no a través de la revelación sino a través de la lógica. La ciencia no se enseña a estudiantes de la misma manera en que realmente ocurrieron los hechos, se enseña de manera racional, de formas lógicas. El conocimiento y la lógica tienen una secuencia y el aprender esas secuencias es suficiente porque de esa manera funciona, ¡aún a pesar de no haber tenido la revelación! En la búsqueda espiritual, si uno no tiene una revelación uno tiene solamente cenizas. Por tanto hay varias dificultades inherentes a la búsqueda espiritual, Además, me parece, que no hemos sido inteligentes sobre la búsqueda espiritual. Miremos lo que la humanidad ha hecho. De la misma manera que ha habido grandes científicos como Einstein, Newton, Galileo, Darwin, etc., ha habido también grandes maestros espirituales.
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La gente respeta a esos grandes maestros espirituales porque han encontrado un cierto estado de conciencia que era de amor y compasión, una conciencia universal que no estaba dividida del resto del mundo. ¿Pero qué hicieron sus seguidores? Los seguidores dijeron, “Este hombre es nuestro gurú, nuestro maestro, nuestro salvador, nuestro líder, por tanto hay que adorarlo”. Tomaron sus palabras y las propagaron. Crearon un sistema, una organización que se convirtió en iglesia. Los seguidores no encontraron la verdad, ellos estaban satisfechos con propagar la palabra. Suponga que los científicos hubieran hecho lo mismo, habrían edificado un templo a Newton y hubieran dicho, “somos newtonianos, Newton es nuestro líder, todo lo que dijo Newton es verdad y vamos a propagarla” y otro grupo de científicos hubieran hecho eso para Eisntein y dijeran, “Somos einsteinianos”. ¿Los habríamos llamado científicos? Pero en el campo de la espiritualidad, hemos sido muy crédulos. Si un hombre viste con cierto tipo de vestimenta, va y hace cierto ritual, enciende la lámpara de una cierta forma, etc., lo aceptamos como un hombre santo. Hemos perdido la visión del hecho que también ésta es una búsqueda, una indagación. A menos de que un ser humano encuentre orden en su conciencia, no es un hombre religioso. Nada tiene que ver con rituales, con el vestido que usemos, con las palabras que pronunciamos o los libros que leemos. No tiene nada que ver con alguna habilidad o conocimiento que tenemos en nuestra cabeza. El otro factor que ha seriamente empantanado la búsqueda religiosa es la creencia. ¿Qué significa una creencia para una persona que está en búsqueda de la verdad? Nos tenemos que referir a ella de la misma manera que los científicos lo han referido tratándose de una teoría. La teoría no es la verdad, el modelo no es la realidad. Tenemos que hacer experimentos para encontrar lo que es la verdad. Pero cuando tenemos una creencia, estamos únicamente aceptando algo sin ninguna evidencia, lo cual tiene muy poco valor. Rechazar rápidamente una idea tampoco tiene valor. La aceptación es tan falsa como el rechazo. Sólo cuando escuchamos y consideramos, y no aceptamos rápidamente ni rechazamos sino vivimos con la pregunta y la exploramos a través de nuestras observaciones, es que podemos conseguir algo de verdad como resultado de ello. La búsqueda religiosa no ha ido lejos porque la hemos interpretado para significar una creencia y la práctica de ciertos rituales, etc. Pensamos que nos puede proporcionar paz en la mente, de que nos va a traer algo divino. Eso es una ilusión. La oración nos puede dar cierta paz de la mente momentáneamente, pero si tu mente fue perturbada ayer, será perturbada mañana porque las causas son aún operativas. Si los problemas no se resuelven en el origen, la causa está aún allí y el efecto está presente allí también. La tercera cosa que institucionalizaron las religiones fue que dieron un código moral – lo que es correcto, lo que está equivocado, qué hacer y qué no hacer-. Debemos examinar si uno pude encontrar la virtud a través de la práctica de acciones virtuosas premeditadas. Una acción particular, cuando se repite, pronto se hace un hábito y uno puede sentirse virtuoso sin haber encontrado la virtud. Esa es una seria dificultad en la búsqueda espiritual. Si soy agresivo, violento, odioso, ¿puedo practicar la no violencia? Yo proyecto una idea que la no violencia significa no golpear a una persona, y por tanto me abstengo. Me enojo, siento como que estoy golpeando a la otra persona, pero no la golpeo diciendo que estoy practicando la no violencia. Pero en mi conciencia hay aún odio, hay aún agresión. Sólo he evitado la manifestación externa. Seguramente hay no violencia solamente cuando hay fin a la violencia en la conciencia. En la medida en que soy internamente violento y pienso que estoy practicando la no violencia, sólo es control. Y el autocontrol es algo totalmente diferente al fin de la violencia. Todos esos mandamientos religiosos sólo conducen al autocontrol. El autocontrol puede ser necesario, pero no altera la conciencia dentro de nosotros. El autocontrol nunca traerá el entendimiento y el fin de la violencia dentro de nuestra conciencia. La virtud es un estado de la mente. Sólo hay virtud cuando termina el desorden. La violencia, odio, celos, posesión son todos una parte del desorden en nuestra conciencia. Uno no puede imponer orden o desorden a través de la disciplina. Si hacemos eso, es todavía una parte del desorden; sólo es control y ese control es parte del desorden. La necesidad de imponer orden a uno mismo surge solamente cuando hay desorden en la conciencia. Por tanto el orden impuesto es desorden realmente. La represión es violencia dentro de nosotros mismos; así que la violencia está allí y nada cambia internamente. Desde luego la acción externa importa también en la medida en que el autocontrol pueda ser necesario pero no cambia nada interiormente.
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Aún estamos en conflicto cuando estamos únicamente controlando. Si nos estamos reprimiendo, peleando con nosotros mismos, entonces lo que está controlado y superado un día tendrá que ser controlado todos los días, lo cual significa que toda nuestra vida se vuelve un campo de batalla. No es una vida religiosa aquella en la que se está en constante batalla consigo mismo. Todo desorden tiene una causa y en la medida de que esa causa exista existirá el desorden. Por lo tanto la búsqueda religiosa es una búsqueda de las causas del desorden en nuestra mente. Al igual que un científico limpia sus instrumentos y lentes para asegurar que no distorsionarán la observación de los hechos, el hombre religioso tiene que eliminar el desorden en su mente ya que ella es el instrumento con el que observa. El desorden es causado por las ilusiones y las ilusiones terminan solamente cuando hay una percepción directa de la verdad. La búsqueda espiritual es por tanto la búsqueda del conocimiento de sí mismo y la virtud un resultado de esa búsqueda. Tal enfoque a la espiritualidad es independiente de cualquier dominación y es por tanto universal, como la ciencia. Así como no hay tal cosa que se llame ciencia india o americana, así también hay una mente religiosa- la mente que ha encontrado el amor, compasión, paz y armonía no es una mente hindú ni una mente cristiana o budista. Estas divisiones surgen porque hemos dado igual significado a la creencia y a la religión. La mente verdaderamente religiosa está en búsqueda de la verdad, la cual se sustenta en lo desconocido. La ciencia también postula la verdad como lo desconocido y continuamente refina sus modelos tratando de aproximarse a ella. Son nuestras ilusiones las que nos dividen en comunidades religiosas separadas. Las religiones institucionales diferentes son subproductos históricos de la búsqueda espiritual del hombre y la necesidad de ser distinguidos de la propia búsqueda. Igualmente necesitamos distinguir entre ciencia y su subproducto que es tecnología. La ciencia es la búsqueda de la verdad en tanto que la tecnología resulta del deseo del hombre de poder y comodidad. El desenfrenado uso del poder ha creado todo tipo de problema ecológico que el mundo está enfrentado hoy. Son resultado de la mente codiciosa y el egoísmo, no debido a la búsqueda científica en sí. La humanidad necesita continuar con las búsquedas científicas y religiosas sin enredarse o confundirse con sus subproductos. Realmente ambas -la búsqueda espiritual y científica- son dos indagaciones complementarias de la realidad. Cualquier sentimiento de antagonismo entre ellas es producto de la estrechez en la visión. La ciencia tiene que ver con lo que es mensurable; la religión tiene que ver con la búsqueda de descubrir y entender lo inmensurable. Un científico no es inteligente si niega la existencia de lo inmensurable.

No hay nada que se le pueda llamar anti-ciencia, hay mucho más allá de la ciencia. Las dos búsquedas tienen que ir de la mano. Nosotros no únicamente necesitamos tener una comprensión de las leyes que gobiernan el fenómeno que está ocurriendo en el mundo externo alrededor de nosotros, sino también necesitamos descubrir orden y armonía en nuestra conciencia. El entendimiento humano es incompleto a menos que cubramos ambos aspectos de la realidad; la materia así como también la conciencia. En efecto, la división entre las búsqueda científica y espiritual es en sí una creación de la mente humana. La realidad es una totalidad indivisa que incluye la materia y la conciencia. Nuestros pensamientos, siendo limitados por la nuestra experiencia, dividen el mundo externo del interno de nuestra conciencia, en mucho de la misma manera que nuestra mente divide el tiempo del espacio, aunque ambos son aspectos de un único continuum. Ambos -el hombre científico y el religioso- necesitan estar agudamente concientes de las limitaciones de la mente humana y trascenderlas si aspiran a tener una percepción holística de la realidad. La educación necesita orientarse a la creación de una mente que pregunta, que cuestiona, que es a la vez científica y religiosa al mismo tiempo si hemos de prevenir la crisis que está enfrentando la moderna civilización.

. Por el Prof. P. Krishna. Ex-Rector del Centro de Educación de Rajghat Fundación Krishnamurti de la India, Varanasi. Traducción: Salvador D. Rojas Abril 10, 2005.-

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