Mi amigo el insomnio:Tratamiento del insomnio y problemas de sueño ...








La gran mayoría de nosotros, especialmente en épocas  donde nos sentimos inquietos, preocupados  o bien como parte del proceso de crecimiento personal y espiritual hemos tenido problemas para dormir, insomnio, sueños angustiosos, ensoñaciones que nos inquietan o despertares repentinos nocturnos sin poder dormir después. Es importante saber qué es lo que está ocurriendo  en realidad para no inquietarnos…nuestro inconsciente se está adaptando a los cambios y necesita de su tiempo… conviene permitirle ese espacio para expresarse y dejar de resistirse… Puedes utilizar esos momentos para levantarte de la cama y hacer cosas…
Sé que es importante dormir pero si seguimos resistiéndonos y obligándonos a dormir cuando no podemos nos frustraremos y como resultado la situación continuará más allá de lo que es necesario.
Algo que me ayuda a mi mucho es postrarme en la cama ... en la misma postura que  los musulmanes cuando rezan … y rendirme… este acto de psicomagia implica aceptación y realmente por mi experiencia es muy sanador  y contribuye a que el ego suelte el control …
Mientras me postro digo: me rindo, renuncio a esta lucha…




Después de este ejercicio te propongo un ejercicio de PNL  muy efectivo:
El objetivo de este ejercicio es soltar toda la tensión, soltar el estrés acumulado durante el día y por la resistencia por no dormir…
Sigue estos pasos:
Siéntate en un lugar donde puedas sentarte y estar tranquilo al menos durante 3 minutos
Puedes escuchar el ejercicio en mi canal de YouTube... en el siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=Zjxdo7nPBhE&feature=youtu.be


Aquí te dejo también unas recomendaciones para dormir bien:


·         Deja las preocupaciones en otra habitación de la casa , te  imagino diciendo :¡ cómo si fuera tan fácil ¡ , Es cuestión de práctica , si le dices a tu mente que piensas hacerlo … ella al final acabará siguiéndote .. además si lo piensas... la mayor parte de tus preocupaciones exigen acción y mientras duermes poco puedes hacer… además el nuevo día y si has descansado te atraerá nuevas ideas…
·         Evita llevar trabajo a la cama ya que te pondrá en estado de alerta
·         Evita escuchar programas violentos, noticias negativas o programas que te alerten… Personalmente llevo tres años sin apenas ver la tv y puedo decir a ciencia cierta  que esta medida ha contribuido a que hoy tenga una mente más feliz
·         Si hay algún ruido o goteo  etc… levántate y soluciónalo
·         Antes de acomodarte para dormir , respira profundamente un par de veces y piensa en lo relajado que vas a dormir : prográmate para el sueño 

A mí me es útil hacer un ejercicio programado en el curso de educación de las emociones:


Antes justo de dormir digo:

Decreto a mi mente pensante que durante el sueño me abra…. (Aquí añades lo que deseas…. Por ejemplo a una mayor lucidez... a una mayor paz… etc)

  • No olvides hacer el ejercicio de concentración física y relajación  que antes he mencionado y que puedes escuchar en YouTube.
Si tienes  o has tenido episodios de insomnio te invito a que durante estos días visites mi canal de YouTube  ya que iré colgando más ejercicios que te podrán ser útiles.
Recuerda que en realidad todo lo que sucede es para tu crecimiento… no le hagas la guerra… relájate, confía y fluye.

Abrazo hondo.

Soraya Founty

Psicóloga y Terapeuta Integral







QUITAR LA PENA A UN NIÑO

 
 
 
 
Algunas veces los padres no pueden satisfacer el deseo de sus hijos
(por ejemplo, se ven obligados a emigrar de un sitio que el pequeño
ama, o a causa del divorcio se le separa de uno de sus progenitores, o no
se tiene el dinero suficiente para regalarle lo que pide, o se muere un
abuelo, etc.). Esto provoca una pena grande al niño, pudiendo encerrarse
en sí mismo, perder el apetito, cesar de sonreír, etc. Para resolver estas
situaciones, aconsejo:

Los padres deben fabricar un muñeco que se parezca al niño, provisto
de un rostro exageradamente triste. Le dirán: «Esta es tu pena. Vamos a
sacarla a pasear. La llevaremos al cine (o a otro sitio que agrade al
apenado)». El niño deberá ir con el muñeco en sus brazos y sentarlo a su
lado mientras ve la película. Si van a una heladería, puede frotar con su
helado la boca del muñeco, etc. Al final de un día lleno de
entretenimientos, siempre el niño habiendo cargado con su «pena», se
atarán en el muñeco tantos globos rellenos de gas como sean necesarios
para que, al soltarlos, el muñeco se pierda en las alturas. «¿Ves? Tu
pena se va hacia el cielo. De ella se encargarán los ángeles. Ahora tú
puedes estar contento.»

Alejando Jodorwsky .

¿Qué es la felicidad?

 
 
 
La felicidad surge cuando deja de intervenir lo viejo -la memoria, el pensamiento- y uno deja que surja el momento presente con todo su esplendor.
La felicidad surge del ser consciente y del obrar apropiadamente en la vida cotidiana. La felicidad no puede buscarse, porque con el mismo “buscar” aparece el ego... y jamás se ha oído decir que alguien egoísta pueda haber sido feliz, al menos en los niveles que la vida otorga a quienes permiten disolver el “yo”.
En un nivel más elemental, la felicidad es una llamada universal de todo ser humano. Casi todo ser humano quiere por encima de todo alcanzar la felicidad, pero realmente pocos la consiguen. Da la impresión de que la felicidad no es de este mundo, como si fuera algo fugaz que circula a nuestro alrededor, pero que nunca llegará a invadirnos interiormente.
¿Cómo podemos definirla? Podríamos decir que es todo aquel conjunto de cosas buenas que cualquier ser humano es incapaz de no querer. Pero hay que decir, antes que nada, que la felicidad es un estado de ánimo, un estado del alma; es una vivencia personal, subjetiva, interior, que ve la propia vida y siente de ella una impresión positiva (felicidad) o negativa (infelicidad).
Se siente feliz aquella persona ocupada en desarrollar esa inclinación natural, que trabaja por llenar su vida de contenido, superando todas las dificultades que irán surgiendo con el tiempo en el intento de conseguir esa empresa.
¿Qué cosas son las que pueden hacer feliz al ser humano? ¿El dinero, la riqueza, el poder, la fama, la gloria, la salud, el bienestar, los distintos placeres, el verse libre de preocupaciones? La felicidad es siempre una ilusión, un proyecto incompleto, inacabado, que está siempre haciéndose. Pero, de una forma concreta, la felicidad descansa sobre dos pilares: conocerse a sí mismo, por un lado, y tener un proyecto de vida, por otro. Ahí se esconde la felicidad.
Ser feliz consiste, por tanto, en aquella forma de vida que desarrolla el mismo ser humano, en la que despliega una personalidad hecha, sólida, firme, con sello propio, con la cual se siente identificado, a gusto, satisfecho, tranquilo, en paz interior. Esta es la puerta inicial de entrada para la felicidad.
Una persona desequilibrada, desajustada, neurótica, inmadura, sin hacer, será muy difícil que se sienta feliz, porque no se ha encontrado consigo misma, no ha hallado la clave que le armoniza por dentro y le hace una conducta adecuada y positiva por fuera.
El proyecto de vida no es otra cosa que anticipar el futuro programándolo aproximadamente. El proyecto personal debe tener tres ingredientes esenciales: amor, trabajo y cultura. Estas van a ser las notas fundamentales que lo definen. Si la felicidad es proyecto, futuro, anticipación, quiere decir que la felicidad consiste en vivir con ilusiones, en vivir hacia delante, con esperanza.
El amor es la pieza clave de la felicidad. No hay felicidad sin amor. Por amor tiene sentido la vida. Nada hay tan grande como el amor. El amor es la fuerza que nos impulsa a seguir buscando nuevos caminos a recorrer. Pero existe una gran variedad de estilos y de formas de amar. Desde el amor a la patria, pasando por el amor a la justicia, al orden, a las antigüedades, hasta llegar al amor entre un hombre y una mujer o el amor a Dios. Aquí nos vamos a referir especialmente al amor humano, al que se establece entre dos personas de distinto sexo.
Según eso, podemos afirmar que el amor es un sentimiento grato, positivo, goloso, alegre, mediante el cual quedamos prendidos de otra persona con la que queremos compartir la vida. El amor es así un regalo de la naturaleza, gracias al cual la vida se ilumina y todo cobra un relieve especial.
El trabajo es algo decisivo en la vida de un ser humano. Nos pasamos la vida trabajando. No hay felicidad sin amor y sin trabajo, ambos conjugan el verso «ser feliz». La satisfacción por el trabajo bien hecho, terminado en su momento, retrata a la persona que lo hace.
Y la cultura es libertad, porque es criterio y saber a qué atenerse.


¿Qué es la felicidad?
¿Por qué preguntamos "qué es la felicidad"? ¿Es ese el enfoque correcto? ¿Es la correcta manera de investigar? No somos felices. Si fuéramos felices, nuestro mundo sería por completo diferente, nuestra civilización, nuestra cultura, serían total y radicalmente distintas. Somos seres humanos infelices, triviales, carentes de valor, peleadores, vanos, nos rodeamos de cosas inútiles, nos satisfacemos con ambiciones mezquinas, con el dinero y la posición social. Somos seres desdichados, aunque podamos poseer conocimientos, dinero, casas ricas, muchos hijos, automóviles, experiencia. Somos seres humanos tristes, sufrientes, y debido a que sufrimos, deseamos la felicidad; y así nos dejamos arrastrar por aquellos que nos prometen esa felicidad, social, económica o espiritual.
¿De que sirve, cuando estamos sufriendo, preguntar de qué sirve la felicidad? ¿Podemos comprender el sufrimiento? Ése es nuestro problema, no cómo ser felices. Somos felices cuando no estamos sufriendo: debemos, pues, comprender qué es el sufrimiento. Pero, ¿Podemos comprender qué es el sufrimiento cuando una parte de nuestra mente está escapando en la búsqueda de la felicidad, de una salida para la desdicha? (1)

Felicidad, satisfacción o conformismo.
¿Qué es lo que buscamos la mayoría de nosotros? ¿Qué es lo que deseamos? Especialmente en este mundo inquieto, donde todos tratan de encontrar alguna clase de paz, de felicidad, un refugio. Es importante, sin duda, averiguar qué es lo que intentamos buscar, qué es lo que intentamos descubrir. ¿No es así? Probablemente, la mayoría de nosotros busca una cierta clase de felicidad, cierta clase de paz, un lugar quizás especial y mágico. En un mundo dominado por la confusión, las guerras, las disputas, las luchas, anhelamos un refugio donde pueda haber algo de paz. Creo que eso es lo que desea la mayoría de nosotros. Y así proseguimos la vida, colgando de un hilo nuestra efímera y frágil felicidad.
Ahora bien, lo que buscamos, ¿es la felicidad, o buscamos alguna clase de satisfacción, comodidad o conformismo? Hay una diferencia entre felicidad y satisfacción. ¿Puede uno buscar la felicidad? Quizá pueda encontrar la satisfacción, pero es obvio que no podrá encontrar la felicidad. Por lo tanto, antes de entregar nuestras mentes y nuestros corazones a algo que exige una gran dosis de seriedad, atención, reflexión, cuidado, debemos descubrir, ¿no es así?, qué es lo que buscamos: si es felicidad o satisfacción y conformismo.

El verdadero gozo.
Muy pocos de nosotros disfrutamos plenamente de algo. Es muy pequeño el júbilo que nos despierta la visión de una puesta de sol, o ver una persona atractiva, o a un pájaro en el vuelo, o un árbol hermoso, o una bella danza. No disfrutamos verdaderamente de nada. Miramos algo, ello nos entretiene o nos excita, tenemos una sensación que llamamos gozo. Pero el disfrute pleno de algo es mucho más profundo, y esto debe ser investigado y comprendido.
Para conocer el verdadero gozo, uno debe ir mucho más profundo. El júbilo no es mera sensación. Requiere una mente extraordinariamente alerta, que pueda ver ese "yo" que acumula más y más para sí mismo. Un "yo" así, un ser así, jamás podrá comprender este estado de felicidad en el que no existe "uno" que es feliz. Debemos comprender esto tan extraordinario, de lo contrario, la vida se vuelve muy trivial, superficial y mezquina: nacer, aprender unas cuantas cosas, sufrir, engendrar hijos, asumir responsabilidades, ganar dinero, tener un poco de entretenimiento intelectual y después morirse.

¿Podemos buscar, perseguir la felicidad? 
¿Es felicidad ser conscientes de que somos felices? En el instante mismo en que somos conscientes de nuestra felicidad dejamos de ser felices, eso ya no es felicidad. La felicidad, de la misma forma que el amor, no son cosas que podamos perseguir, llegan. Pero si las buscamos, nos evadirán.
La mente y el pensamiento jamás pueden encontrar la felicidad. La felicidad no es, como lo es la sensación, una cosa que pueda perseguirse y encontrarse. La sensación podemos encontrarla una y otra vez, porque siempre la perdemos, pero la felicidad no puede ser encontrada. La felicidad que podamos recordar es tan sólo una sensación, una reacción a favor o en contra del presente. Lo que se ha terminado no es la felicidad, la experiencia de felicidad que se ha acabado es sensación, porque el recuerdo es pasado y el pasado es memoria y sensación. La felicidad no es sensación. Podemos recordarla pero no revivirla. La mente, con sus recuerdos y experiencias no puede ser feliz, el reconocimiento mismo impide el vivir el momento presente con toda la plenitud que necesita el ser feliz.

¿Podemos hallar la felicidad por medio de cosas?
¿Qué entendemos por felicidad? Algunos dirán que la felicidad consiste en obtener todo lo que deseamos. Uno desea un coche, lo obtiene y es feliz. Deseamos cosas, el logro, el éxito, llegar a ser virtuosos... y si lo conseguimos somos felices y si no las conseguimos somos desdichados. Así, lo que muchos llaman felicidad es obtener lo que desean.
Buscamos la felicidad por medio de cosas, de pensamientos e ideas, a través de la relación. Por lo tanto, se vuelven sumamente importantes las cosas, la relación y las ideas, no la felicidad. Cuando buscamos la felicidad por medio de algo, ese algo adquiere un valor mayor que la felicidad misma. Buscamos la felicidad en la familia, en la propiedad, en el nombre, entonces, la propiedad, la familia, el nombre, adquieren una extrema importancia, ya que la felicidad es buscada a través de un medio; de esa manera, el medio destruye al fin.
¿Puede la felicidad hallarse a través de algún medio, de alguna cosa hecha por la mano o por la mente? ¡Es tan obvio que las cosas, las relaciones y las ideas son impermanentes, que siempre terminan por hacernos desdichados! Las cosas son impermanentes y se gastan y se pierden; la relación constituye un fricción constante, y la muerte aguarda; las ideas y las creencias carecen de solidez, de permanencia. Buscamos la felicidad en ellas, sin darnos cuenta de su impermanencia. Así es como el dolor se convierte en nuestro constante compañero.

¿Cómo puede llegar a nosotros la felicidad?
Es el "yo", es el "ego", el que desea y quiere obtener las cosas. Es el "yo" el que disfruta, el que desea más felicidad, el que escudriña, el que busca, el que anhela más felicidad, el que lucha, el que se vuelve cada vez más refinado, el que jamás quiere llegar a su fin.
Sólo cuando el "yo", en todas sus sutiles formas, llega a su fin, hay un estado de bienaventuranza que no es posible tratar de adquirir, un éxtasis, un verdadero júbilo libre de todo sufrimiento, de toda corrupción.
Nuestro "yo" sólo es un recuerdo, un conjunto de pensamientos sin realidad objetiva. Cuando la mente trasciende el pensamiento del "yo", del experimentador, del observador, del pensador, puede haber entonces una felicidad incorruptible. Esta felicidad no puede ser permanente -en el sentido con que usamos esa palabra-, pues está más allá al tiempo y al espacio. Pero nuestra mente está siempre buscando una felicidad que tenga permanencia, algo que perdure, que continúe. Y ocurre que el deseo mismo de continuidad es corrupción.
Si podemos comprender el proceso de la vida y explorar el río del conocimiento propio, comprenderlos sin condenar, sin decir que es bueno o es malo, entonces surge una felicidad creadora que no es "tuya" ni "mía". Esa felicidad creadora es como la luz del Sol. Si deseamos conservar la luz del Sol para nosotros mismos, ese ya no será más el claro y cálido Sol dador de vida. De igual manera, si deseamos la felicidad porque estamos sufriendo, porque hemos perdido a alguien o porque no hemos tenido éxito, entonces eso es tan sólo una reacción. Pero cuando la mente puede ir más allá, encontramos que existe una felicidad que no pertenece a la mente, y que es el verdadero gozo, el auténtico júbilo.


Fuente:http://www.proyectopv.org

El valor de las fantasías







Observo que tenemos fantasías sexuales. Y dada la diversidad de relatos que hay entre la gente con la que hablo de ello, me pregunto si tales “guiones” dicen algo de quien los genera.

Las fantasías sexuales son episodios mentales que nos fabricamos para aliviar nuestros deseos más ocultos, y a menudo, compensar determinadas carencias. En este sentido cada guión fantástico que fabrica la mente tiene que ver directamente con nuestras realidades más íntimas. De hecho, sentimos cierto alivio cuando nos recreamos en tales historias, ya que a un nivel profundo lo que estas hacen es “compensar” aspectos de nuestra vida que de otra forma, quedarían sumergidos, haciendo presión en la conducta cotidiana.

Tengamos en cuenta que el cerebro no “distingue” entre lo que imaginamos y lo que propiamente vivimos, es decir, que para él todo guión imaginado y emocionalmente sentido “por dentro”, es una experiencia que se registra al mismo nivel que las sucedidas en lo que llamamos “fuera”. Es por ello que la facultad de imaginar, no solo puede dar alas a quienes lo deseen, sino que a su vez puede equilibrar nuestras partes devaluadas, frustradas e incluso enfermas.


¿Qué episodios pueden ser considerados como fantasías sexuales?

Por ejemplo un niño que ha sido ridiculizado en clase por sus compañeros y se siente profundamente despreciado, puede de pronto “imaginar” que es un héroe con poderes y que ante un peligro que enfrentan sus compañeros de clase, logra salvarlos, llevándose el consiguiente aplauso de todos y la admiración secreta de la niña que le gusta. Esta inocente visualización generará emociones sanadoras y contribuirá a reparar el dolor embolsado que este niño ha tragado sin poder recolocar su autoestima dañada. Este sentimiento de poder refuerza su propia imagen, al tiempo que le permite sentirse persona valorada y querida.

A nivel sexual, es muy frecuente en mujeres escuchar fantasías acerca de episodios en los que varios hombres las poseen y estimulan. En algunas de ellas, tales hombres son majestuosos servidores, y en otras rudos guerreros de testosterona hasta las orejas. A veces la fantasía es romántica y sucede con embelesamiento, otras es sexualmente fugaz como lo pueda ser en un avión, en un tren, o bien en unos servicios mientras hace la compra. A veces las fantasías suceden en otros tiempos de la historia, y otras veces combinando seres del mismo sexo y situaciones insospechadas.

Muchos hombres por su parte imaginan también lo que no les resulta fácil experimentar, por ejemplo, dos, tres o más esclavas, geishas o amantes que con él interactúan unas veces inconquistables y otras sumisas. En estos procesos aparecerán encuentros, encantamientos, trances y toda clase de situaciones que regocijarán una parte de la persona con deseos no satisfechos: un rechazo, un abandono, una carencia histórica…

En este sentido, conviene observar la maquinación de nuestra mente y si se da el caso, permitirse el nacimiento de la fantasía, ya que al igual que nuestros sueños, esta brota desde el trasfondo emocional que nos moviliza. En realidad si observamos nuestra fantasía, podemos incrementar la comprensión de nosotros mismos, y abrirnos con compasión a un ego que las necesita y registra.

Si a esto añadimos que la mente es graciosa y que alguna vez puede llegar a pensar: ¿Y si algún día lo que uno imagina, resulta que no casualmente va y sucede de forma repentina?

Desde esta perspectiva convendrá distinguir entre imaginar y fantasear. Pues así como la imaginación se basa en un guión creado sobre una base de realidad, por el contrario la fantasía no conoce límites y escapa del tiempo, el espacio y la pura lógica. Un ejemplo de este desbordante derroche lo represente Alicia en el país de las Maravillas. Sin duda un relato ante el que nadie pretende vivirse tal y como se despliega su trama. Sin embargo el hecho de imaginar tiene otro calado y aunque termine por volar, se construye desde una base cotidiana. ¿Acaso el arquitecto no imagina la casa que más tarde convertirá en ladrillo y piedra.


Nada ocurre sin ser previamente imaginado.

En realidad nuestras fantasías sexuales pueden no solo ser episodios imaginados, sino también contener un coktail que añade y mezcla el vuelo infinito de la irrealidad onírica. Es por ello que la forma concreta con que se reviste la fantasía, así tal cual no suceda. Sin embargo, lo que sí es probable que tarde o temprano, el núcleo emocional que originó la insatisfacción, un día llame a nuestra puerta para convertirse en experiencia manifiesta.



Por José María Doria
Publicado en Claves de Amor y Relaciones el 9 de septiembre de 2013