COMPASION: El método de Atisha:



Cuando inspires —escucha con cuidado porque es uno de los mejores métodos—, cuando inspires, piensa que estás inspirando todas las miserias de todos los habitantes del mundo. Toda la oscuridad, toda la negatividad, todo el infierno que existe por doquier, los estás inspirando.

Y deja que sean absorbidos en tu corazón.


Puede que hayas oído hablar de los llamados pensadores positivos de Occidente.
Ellos dicen justo lo contrario; en realidad, no saben lo que dicen.
Dicen: «Cuando espires, arroja de ti todas tus miserias y negatividades; y cuando inspires, inspira alegría, positividad, felicidad, regocijo».

El método de Atisha es exactamente lo opuesto: cuando inspires, inspira todo el sufrimiento y las desgracias de todos los seres del mundo: pasados, presentes y futuros.

Y cuando espires, espira toda la alegría que tengas, toda la dicha que tengas, todas las bendiciones que tengas.


Espira, derrámate en la existencia. Éste es el método de la compasión: bebe todo el sufrimiento y derrama las bendiciones.
Y si lo haces te quedarás sorprendido.

En el momento en que tomas todos los sufrimientos del mundo dentro de ti, dejan de ser sufrimientos.
El corazón transforma la energía inmediatamente.
El corazón es una fuerza transformadora: bebe la miseria, y transfórmala en dicha... después derrámala.
Una vez que has aprendido que tu corazón puede hacer esta magia, este milagro, querrás repetirlo una y otra vez.

Pruébalo. Es uno de los métodos más prácticos, es simple y produce resultados inmediatos.
Hazlo hoy mismo y mira qué pasa.
Ésta es una de las prácticas de Buda y sus discípulos.



Atisha es uno de sus discípulos, de la misma tradición, de la misma línea.


Buda repite una y otra vez a sus discípulos: «Ihi passiko; ¡venid y ved!». Son gente muy científica.
El budismo es la religión más científica de la tierra; de ahí que vaya ganando terreno en el mundo.

A medida que el mundo vaya haciéndose más inteligente, Buda se hará cada vez más importante.
Tiene que ser así. Conforme aumente el número de gente dedicada a la ciencia, Buda tendrá un mayor atractivo.
Él convencerá a las mentes científicas, porque dice: «Todo lo que digo puede ser practicado».
No os dice: «Creedlo», lo que os digo es: «Experimentad con ello, experimentadlo, y sólo entonces, si lo sentís en vosotros mismos, confiad en ello.
Y si no es así, no hace falta creer».

Prueba este precioso método de compasión: toma en ti toda la miseria y derrama sobre el mundo la alegría.


OSHO

El árbol inútil

El árbol inútil



Lao Tsé se hallaba viajando con sus discípulos, cuando llegaron a un bosque donde cientos de leñadores estaban cortando árboles. El bosque entero había sido casi totalmente cortado, salvo por un gran árbol, con miles de ramas. Era tan grande que diez mil personas podían sentarse bajo su sombra.
Lao Tsé pidió a sus discípulos que fueran y preguntaran porqué este árbol no había sido cortado. Fueron y preguntaron a los leñadores, y ellos dijeron:
—Este árbol no sirve para nada. No se puede sacar nada de él porque cada una de las ramas está llena de nudos, nada es recto. No se puede usar para combustible porque el humo es peligroso para la vista. Este árbol no sirve para nada, por eso no lo hemos cortado.
Los discípulos volvieron y le contaron a Lao Tsé. El rió y dijo:
—Sean como este árbol. Si son útiles, serán cortados y se convertirán en muebles para la casa de alguien. Si son hermosos, serán vendidos en el mercado, se convertirán en una mercancía. Sean como este árbol, no sirvan para nada… y entonces crecerán y llegarán a ser grandes y vastos, y miles de personas hallarán sombra debajo de ustedes.