EL RATÓN Y LA RANA . IDENTIFICARSE CON LO QUE NO SOMOS.



Un ratón que se paseaba a lo largo de un arroyo se hizo amigo de una rana.
Se reunían ambos, todos los días, a una hora fija, en el lugar de su primer encuentro con el fin de contarse historias y divertirse.
Un día, el ratón dijo a la rana:
"¡Oh, tú, el más noble de los animales! Desde hace mucho tiempo, deseo confiarte un secreto. Vienes del agua y a ella vuelves. Y yo, cuando te llamo desde la orilla del arroyo, no obtengo respuesta porque tú no me oyes. Mi corazón no se satisface con nuestros encuentros diarios. Me siento extraviado cuando no veo tu rostro. Para mí, eres la luz del día y la paz de la noche. Mi corazón desea estar contigo en todo instante. Pero tú ignoras todo de mi estado.
¡Oh, hermana mía! Yo vengo de la tierra y tú vienes del agua. Me es imposible
sumergirme en el agua. Es preciso que encontremos un medio para que te
lleguen mis llamadas."

Y propuso esta solución:

"Vamos a tomar un hilo muy largo y cada uno de nosotros atará una de sus
patas a uno de sus extremos. Así, cuando quiera verte, me bastará con tirar del
hilo."

Esta solución no gustó mucho a la rana y se negó.
Si la rana del alma está atada al ratón del cuerpo, es importunada sin cesar por este último, que tira del hilo.
El ratón insistió tanto que la rana acabó por ceder. Se ataron, pues, por medio de un largo hilo y, cada vez que el ratón tiraba de él, la rana subía del fondo del agua para conversar con su amigo. Ahora bien, un día, un enorme cuervo atrapó al ratón y alzó el vuelo. Arrastró al ratón y a la rana tras él, el ratón en su pico y la rana al extremo del hilo. La gente que vio este espectáculo dijo:

"¡Qué cosa tan asombrosa! Una rana, criatura acuática, cazada por un
cuervo!"
La rana, por su parte, se decía:

"¡Quien se hace amigo de una criatura que no es de su clase merece
ciertamente el castigo que yo sufro!

 Cuán acertado este cuento de Rumi ... vivimos identificados con las formas creyéndonos ratón...cuando en realidad quien ha venido a pasearse por esta vida es nuestra alma ( la rana). Ella es feliz contemplando la vida tal y como es ,,, no tiene necesidades mundanas y no necesita de otros para ser y vivirse en la experiencia humana.
Y este muchos de nosotros ni sabemos que vivimos encerrados en la cárcel de nuestra mente a merced de los vaivenes de los caprichos y miedos de esta. 

Aquello que anhelamos jamás podrá venir de la mente .. esa confianza que necesitamos está más allá de ella .
Hipotecamos nuestra alma a nuestro pensamiento atraves de un filo hilo invisible , nos vendemos por necesidades que nii siquiera son reales y acabamos sufriendo como consecuencia de ello.

Liberar ese alma es nuestra gran misión... detectar como ha sido atada para ir desanudando es un regalo para valientes.

Ahora sería conveniente que te plantearas estas cuestiones y si lo deseas me las remitas:

smkgab@gmail.com


Antes *
1)  ¿Que te dice el título de ésta fábula?
2) ¿ Crees que son amigos el ratón y la rana?

Durante*
1) ¿ Porqué crees que la rana ató su pata con la del ratón?
2) ¿Qué crees que pasará con el ratón? y con la rana?

Después   *
1) ¿Te gustó la fábula? ¿Porqué?
2) ¿Qué te parece lo que dice la moraleja? ¿Estás de acuerdo?

U abrazo hondo 

Soraya Founty

Usted tiene que dar antes toda el agua. Cuento La botella



Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada, sin ventanas y sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y del sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía:

“Usted necesita, primero, preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor, tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar”.

El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua. ¡Llena de agua! De pronto se vio envuelto en un dilema: si bebía aquella agua, el podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez tendría agua fresca, bien fría del fondo del pozo y podría beber toda el agua que quisiera, o tal vez no. Tal vez la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada.

¿Qué debía hacer?¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese el agua fresca o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda el agua, con la esperanza de que aquellas instrucciones, poco fiables, escritas no sabía cuanto tiempo atrás, fueran ciertas?

Después de dudar durante un largo tiempo, decidió confiar y hacer lo que indicaba el mensaje. Derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear. La bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos. El hombre se esforzó más y más y, de repente, surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia: agua fresca y cristalina.

El hombre llenó la botella y bebió ansiosamente. La llenó otra vez y tomó aún más de su refrescante contenido. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase:

“Créame que funciona, usted tiene que dar antes toda el agua, para poder obtenerla nuevamente”

Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas.



ABUNDANCIA

Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas. Anatole France.


La mente humana suele tender a anticipar desgracias. Y sucede que cuando sufrimos antes de lo necesario, sufrimos más de lo necesario. Las estadísticas afirman que el noventa por ciento de nuestros sufrimientos los causan cosas anticipatorias que no han sucedido ni van a suceder. Si uno observa su mente, comprobará que funciona de manera fugaz e inquieta. Se mueve yendo y viniendo entre el pasado y el futuro y discurre rápida entre los polos de la antelación y la memoria. Pero tal función no tiene por qué conllevar la anticipación sufridora que, a menudo, tortura a muchas personas.


La mente cuida de nuestro cuerpo, revisando velozmente registros pasados, a la vez que los proyecta en sucesos por venir. Una función que, aunque nos protege de peligros y previene riesgos, puede generar pensamientos infundados acerca de desgracias venideras. No tenemos más que el presente. El estado de pre-ocupación es estéril, ya que lo apropiado es ocuparse, no pre-ocuparse que es lo mismo que ocuparse antes de tiempo. Recordemos que somos más felices y eficaces creando soluciones que dando vueltas en torno a los problemas. Entretanto, ¿qué mejor que abrir el corazón a la esperanza?.


Una mente que procesa el problema, que se acerca una y otra vez a éste y no crea soluciones, es una mente incompetente e incompleta. Una mente sana observa el problema y, rápidamente, lo suelta para reorientarse de inmediato hacia el vislumbre de las soluciones que correspondan. El miedo y la tensión, tan sólo cumplen su verdadera misión cuando movilizan la inteligencia hacia la acción que convenga. Conviene no engancharse al problema y dedicar un corto espacio de tiempo a dar vueltas al mismo, ya que una vez “visto” éste, donde realmente tenemos que poner nuestra visión, es en las soluciones certeras. No miremos tanto al veneno como al antídoto. Y, si al principio éste no se ve, tal ausencia no quiere decir nada. Por el mero hecho de “mirar” dicho espacio, los remedios y soluciones aparecerán progresivamente en la consciencia. Aquello en lo que uno enfoca su atención tiende a crecer, se trate de solución o de problema.


Cuando se quiere ayudar a una persona cuya mente se siente amenazada por problemas venideros, lo mejor que puede hacerse es ayudar a dicha mente a que se torne clara y esperanzada. De esta forma, estará más capacitada para enfrentar las pruebas que se avecinen con ecuanimidad y eficacia.


Entonces, ¿qué mejor apuesta que fomentar la esperanza? Sin duda, la esperanza es la mejor opción de nuestra mente y es el gran rasgo de la inteligencia del alma. La esperanza es complicidad y comunión con una sintonía más amplia. La esperanza es sintonía con ese Poder tan grande que mueve los átomos y las galaxias. Vivir en la esperanza es sentir que, llegado el momento de las encrucijadas, uno sabrá hallar las claves y decidirá lo que entonces haga más falta. La esperanza es saber que el tiempo va a favor y que, cada día, nuestra mente es más competente y sabia. Y de la misma forma que el Universo se expande a velocidades infinitas, nosotros también nos abrimos a lo que, en realidad, somos: Observadores del gran regalo de la consciencia.


Recordemos que al final, todo se arregla, y que, en realidad, nunca pasa nada. Además, si uno reflexiona, termina por reconocer que el dolor y las pérdidas pasadas abrieron nuevas avenidas internas por las que se expandió la consciencia. El dolor que tuvimos que soportar, acompañado de pérdidas, vació nuestro ego y “pinchó” ilusiones que nos esclavizaban. Más tarde, cuando las burbujas se desvanecen, sentimos mayor ligereza y vibramos en la sintonía del alma.


Texto perteneciente al libro del autor: "Inteligencia del alma"


Jose Maria Doria