Todas
Las personas tenemos unas necesidades emocionales particulares y a la vez
compartidas, no solamente como individuos sino también por el hecho de
pertenecer a un sexo en concreto. Cuando las personas tenemos una necesidad
emocional tendemos a pensar que las otras personas tienen la misma y con la
mejor de las intenciones intentamos cubrir las necesidades ajenas en función de
las propias. Esta situación se evidencia notablemente en la relación de pareja
y es por este motivo por el que tanto los hombres como las mujeres aportamos a
la relación aquello que necesitamos o querríamos que el otro aportara.
Las personas nos configuran en un entramado complejo y rico de necesidades
emocionales y aun así podríamos sintetizar todas estas necesidades en una sola:
la necesidad de AMOR. Tanto los hombres como las mujeres tenemos un abanico de
necesidades que podríamos resumir en estas categorías:
Los hombres necesitan
· Confianza
· Aceptación
· Aprecio
· Admiración
· Aprobación
· Ánimo
Las mujeres necesitan
· Afecto
· Compresión
· Respeto
· Devoción
· Valoración
· Seguridad
Evidentemente, todos los hombres y todas las mujeres de alguna manera necesitan
estos doce elementos que configuran la emoción del amor. Definir estas
necesidades básicas como femeninas o masculinas no significa que la otra
persona no las necesite también, pero entendemos como necesidad básica aquella
que es precisa satisfacer antes de poder recibir y apreciar plenamente las
otras necesidades que configuren el AMOR.
El hombre es receptivo y capaz de apreciar los seis elementos de amor
necesarios para la mujer en el momento en que sus propias necesidades básicas
están satisfechas. Una mujer es receptiva y capaz de dar al hombre aquello que
necesita en el momento en que sus necesidades estén cubiertas.
¿Cómo podemos hacer que se de esta reciprocidad? Pues haciéndome responsable
"yo" de dar al otro lo que necesita y es bien seguro que el otro
entonces será capaz de dar todo aquello que yo necesito.
LA MUJER NECESITA AFECTO, EL HOMBRE CONFIANZA
Cuando un hombre demuestra interés por los sentimientos de la mujer y una
preocupación sincera por el bienestar, la mujer se siente amada y atendida.
Cuando el hombre con esta manera de tratarla hace que la mujer se sienta
especial, ella empieza, de una forma natural a confiar en él, se percata del
afecto que él le demuestra. Cuando la actitud de la mujer hacia el hombre es
abierta y receptiva, el hombre sabe que se confía en él. Confiar en un hombre
es creer que hace todo lo que puede y desea lo mejor para esta mujer. Cuando el
hombre sabe que ella confía en él, el hombre dará todo su afecto y mostrará
toda su atención hacia los sentimientos de la mujer.
LA MUJER NECESITA COMPRESIÓN, EL HOMBRE ACEPTACIÓN
Cuando un hombre escucha a una mujer sin juzgarla pero con solidaridad,
compresión y afinidad cuando ella expresa sus sentimientos, la mujer se siente
y se sabe entendida. Una actitud comprensiva recoge el sentimiento de que la
persona que esta escuchando se esfuerza por valorar aquello que se le está
comunicando. Cuanto más comprendida se siente una mujer más fácil le será
aceptar al hombre tal como es. Cuando una mujer recibe al hombre tal como es y
no intenta cambiarlo, él se sentirá aceptado. Esto no quiere decir que él sea
perfecto, pero le está indicando que ella no esta intentado mejorarlo, que tal
como es y con todo aquello que hace por ella, se siente totalmente satisfecha.
Cuando el hombre se siente aceptado puede entender a la mujer.
LA MUJER NECESITA RESPETO, EL HOMBRE APRECIO
Cuando el hombre responde a la mujer reconociendo y dando prioridad a sus necesidades,
ella se siente respetada. Si con su conducta el hombre tiene en cuenta lo que
ella piensa y siente, la mujer estará segura de ser respetada. Por ejemplo,
regalar flores o recordar un aniversario, son elementos esenciales que hacen
que una mujer aprecie que él quiere cubrir sus necesidades y deseos.
Si la mujer se siente respetada le es tremendamente fácil demostrarle el
aprecio. Cuando la mujer reconoce haber recibido un beneficio personal y valora
los esfuerzos y la conducta del hombre, él se siente amado. Cuando el hombre
nota que su necesidad de amar esta cubierta adquiere fuerza y está motivado
para respetar más a aquella mujer.
LA MUJER DA DEVOCIÓN, EL HOMBRE ADMIRACIÓN
Cuando el hombre puede dar prioridad a las necesidades de la mujer y con
orgullo se compromete a apoyarla y satisfacerla, la mujer se siente halagada,
especial. Una mujer florece cuando un hombre da más importancia a los
sentimientos y necesidades de ella que no a sus propios intereses: el trabajo,
el estudio, el ocio. Cuando la mujer sabe que tiene esta necesidad cubierta le
resultará muy sencillo admirar a este hombre.
Admirar a un hombre significa mirarlo con orgullo, gozo y una aprobación
complaciente. El hombre se siente admirado cuando ella se embelesa con su
manera de ser y de hacer, sus dotes únicas, que pueden ser su particular estilo
de humor, su integridad, su capacidad de compresión, su tenacidad, etc. Cuando
un hombre se siente admirado por una mujer le resulta sencillo sentir devoción
hacia ella.
LA MUJER NECESITA VALORACIÓN, EL HOMBRE APROBACIÓN
Cuando el hombre no opone resistencia u objeciones a los sentimientos y deseos
de la mujer ni lucha contra ellos, por el contrario, acepta y confirma su
validez, la mujer se siente valorada. Cuando una mujer se siente valorada por
el hombre ve confirmado su derecho de sentir lo que siente. Si una mujer se
siente valorada por el hombre le será fácil dar la aprobación a este hombre.
Cada hombre lleva un héroe en el fondo de su ser y quiere que su dama lo
descubra. La aprobación de la mujer es la prueba que el hombre necesita superar
con tal de demostrarse que es merecedor del amor de ella. Cuando un hombre
supera cualquier prueba que se imponga y consiga la aprobación de la mujer
fácilmente puede valorar los sentimientos de ella.
LA MUJER NECESITA SEGURIDAD, EL HOMBRE ÁNIMO
Cuando el hombres demuestra una y otra vez que ama, entiende, respeta, valora y
se dedica a su compañera, ella puede sentirse segura de su amor.
El hombre acostumbra a creer que tan pronto ha cubierto las necesidades
afectivas de la mujer y ella se siente feliz y segura, la mujer tiene que saber
que él la quiere. No es así. Con la finalidad de satisfacer la necesidad de
seguridad, el hombre no tiene que olvidar darle seguridad una y otra vez. Si la
mujer se siente segura podrá envalentonar al hombre. Una actitud confortadora,
animadora y emotiva por parte de la mujer, da esperanzas y valor al hombre ya
que le da confianza en sus capacidades y en su manera de hacer. Cuando el
hombre se siente estimulado, envalentonado, valorado, apreciado y aceptado por
la mujer de una forma espontánea y natural, ofrece a la mujer todo lo mejor que
hay en él.
Cuando una mujer no sabe qué necesidades básicas tiene que cubrir y le da al
hombre un amor preocupado en lugar de un amor confiado, puede sin saberlo estar
boicoteando la relación. Cuando un hombre hace cosas por una mujer, pero estas
no sirven para que la mujer se sienta segura y confiada, puede sin querer estar
saboteando la relación. El entendimiento de las diferentes necesidades
emocionales del otro sexo y la motivación por satisfacerlas es fundamental con
tal de que una pareja crezca y haga que cada miembro como consecuencia sea
mejor.