Vivir la gratitud






La oración al Universo debiera ser la llave del día y el cerrojo de la noche.T. Fuller.
  1. Nuestros abuelos, antes de acostarse, rezaban tres avemarías. Y por lo que parece, no sólo estaban convencidos del poder redentor de dichas fórmulas, sino que además se sentían tranquilos sabiendo que sellaban el día con sus devotas creencias. Algo que aseguraba la protección en un más allá que, tar
    de o temprano, enfrentarían.

    Han pasado ya muchas cosas desde entonces. La ciencia y la revolución tecnológica han colonizado territorios mentales que antes pertenecían a religiones e iglesias. La conquista de la razón ha barrido viejas creencias míticas y, actualmente, el televisor despide cada noche al abrumado espectador de concursos y crónicas. El mito de un dios-padre ha sido retirado de la escena. Y, sin embargo, el ser humano no es más feliz que aquellos "abueletes" que entonaban su alma, recordando cada noche el sentido supremo de la existencia. Ante este panorama racional y sin vuelta, uno se pregunta, ¿qué oración puede hacer un prosaico ciudadano que desee entonarse con su paz interna?

    El habitante del emergente siglo XXI tiende a practicar, cada mañana, unos minutos de respiración consciente mientras se reconoce a sí mismo como Testigo en la existencia. Se trata de unos momentos en los que se recuerda quién es y para qué vive, mientras orienta su propósito para el día entrante y activa la atención sostenida en su consciencia. Una vez llegada la noche, la Tecnología de la Transformación le ofrece un ejercicio de increíbles resultados. Se trata de recapitular mentalmente o por escrito, el día vivido como si fuera una película. Cuando a lo largo de dicha revisión se llega a un episodio en el que se observa una actitud y conducta inapropiada, se procede a "cortar" el trozo de película "no óptimo". A continuación, nuestra mente "filma", mediante la imaginación, un episodio sustitutivo, pero, en este caso, recreando una nueva y más sabia conducta. El mapa mental resultante no sólo supone una nueva opción neuronal sino que además, cuando la vida enfrente una situación repetida, brotará sin esfuerzo la nueva opción de conducta diseñada. El nuevo episodio se coloca en la cinta de la película y se sigue adelante "como si no hubiese pasado nada".

    El mencionado ejercicio activa de tal forma la consciencia que, conforme se practica una y otra vez, se comprueba como durante la jornada, hay instantes en los que, de pronto, uno se siente "observado con efectos retroactivos" por el futuro testigo de la noche, con lo que nuestra vida aumenta en calidad de atención. Cada noche que apostamos por el despliegue de la lucidez, no sólo nos convertimos en creadores de nuestro ego y destino, sino que además mantenemos un hilo de crecimiento y optimización personal que da sentido a nuestras vidas. Tras recorrer la película, merece la pena agradecer el día vivido con sus luces y sus sombras. Agradecer que somos más conscientes y porque, a pesar de las tormentas, intuimos que todo es perfecto tal cual se presenta.

    Al realizar este examen, uno se ve sorprendido por la cantidad de matices, tanto luminosos como sombríos, que nos han sucedido durante un solo día. ¿Acaso puede haber mejor oración que dedicar unos minutos a desarrollar la calidad de nuestra persona? Poco a poco, lo que antes, durante la jornada, sucedía efímero y se volatilizaba como "agua entre las manos", ahora se vive con mayor plenitud y consciencia. Cada mañana y cada noche, en medio de la tecnología, merece la pena crear el hábito de respirar conscientes, dar las gracias y recordar quién es uno y el para qué de su existencia



    Texto perteneciente al libro del autor: "Inteligencia del alma"

    Jose Maria Doria jmdoria@escuelatranspersonal.c om

Los miedos cómo trabajarlos...







¡Atrevámonos a sentir el miedo! ¡Hablemos con él! ¡Hagámoslo nuestro mejor aliado! “Cuando tengas miedo, ¡asústate! ¿Para qué crear una dualidad? Cuando se presente la ocasión de tener miedo, ten miedo, tiembla de miedo y deja que el miedo se apodere de ti.
Cuando aparezca el miedo, tiembla como una hoja agitada por el viento. Y será maravilloso. Cuando haya pasado, te sentirás tan sereno y tranquilo como cuando se aleja una fuerte tormenta dejándolo todo tras ella tranquilo y sosegado. ¿Por qué andar luchando siempre contra algo? El miedo aparece, pero es natural,completamente natural. Es imposible imaginar un hombre que no tenga miedo; estaría muerto. El miedo forma parte de tu inteligencia, no hay nada malo en ello. El miedo demuestra simplemente que la muerte existe y que los seres humanos pasan aquí unos instantes. El temblor indica que no vamos a quedarnos aquí para siempre, que no nos vamos a quedar eternamente; apenas unos días y ya nos habremos marchado. Admite el miedo. Solo debes tener en cuenta una cosa: cuando admitas el miedo y tiembles, obsérvalo y disfrútalo, pues observándolo lo trascenderás. Veras que el cuerpo está temblando y que la mente está temblando, pero descubrirás n punto en tu interior, un centro profundo, que permanece indiferente. La tormenta se aleja, pero en lo más profundo de ti queda un centro inalterado; es el ojo del huracán” (OSHO)

  INTIMANDO CON TU MIEDO. 

¿A qué tienes miedo? , ¿miedo a crecer?, ¿miedo a sentir?, ¿miedo a aceptar responsabilidades?, ¿miedo a abrirte?, ¿miedo a la soledad?, ¿miedo a ser tú mismo? Todas las personas escondemos algún resquicio de miedo el fondo de nuestro interior. Unas veces lo tenemos detectado, lo vemos claramente y sabemos ponerle un nombre. Pero en otras tantas ocasiones, tan sólo contamos con una sensación que nos produce malestar e incomodidad, pero que no sabemos como llamar. Y si alguien nos pregunta, “¿pero qué es lo que te pasa?”, decimos “no sé, pero estoy raro, hay algo dentro de mí que me produce una sensación bastante incómoda, estoy intranquilo, como tenso, asustado, pero en realidad, no se lo que es”. Como hemos dicho algunos miedos los tenemos a flor de piel y se encuentran en la superficie, ya los concomemos de sobra, son como amigos nuestros que nos acompañado durante prácticamente toda la vida. Pero otras veces nuestro miedo se encuentra soterrado, escondido bajo capas y capas, que hemos ido colocando encima de él, muchas veces de forma inconsciente, para taparlo y que no nos haga daño. Nosotros lo enterramos en lo mas hondo de nuestro SER, como si al dejarlo allí guardadito, ya no nos fuéramos a acordar de que existe y ya no nos fuera a molestar más. Pero aún encontrándose en las aguas del olvido, flotando a la deriva, ese miedo está presente y tiene algo que decirnos.
cuenta algo sobre nuestra vida, sobre algún hecho pasado que dejó una huella profunda en nosotros, y nos hemos dedicado a ignorar. Pero nuestro miedo, no se olvida de esos hechos, porque los sigue teniendo presente, porque nos sigue causando malestar. Y él quiere que los identifiques, que los reconozcas y los saques al exterior para poder luz en ellos y poder sanarlos y sanarte a ti mismo. Ejercicio: Conectemos con nuestros miedos. En este ejercicio, nos vamos a permitir hacer algo qua ya pocas veces nos damos el permiso de hacer. ¿De qué se trata? Pues se trata de SENTIR. Si, así es, nos vamos a concentrar en nosotros mismos y vamos a dar permiso a nuestro cuerpo, a nuestra mente, y a nuestras emociones, para que se expresen con total y absoluta libertad. Paso 1: A esta técnica se la conoce como “la Técnica de las 40 respiraciones” Nos va a ayudar a conectarnos con nuestro centro y con nuestro cuerpo, a que podamos relajarnos y destensarnos, para permitirnos sentir en toda su expresión todas las sensaciones, recuerdos y sentimientos que lleguen a nosotros. Pues bien, nos acostamos en un lugar cómodamente, puede ser la cama o el sofá, si no te es posible, realízalo en una silla en la que estés cómodo y con la espalda pegada al respaldo. Para realizar este ejercicio, vamos a proceder a contar 40 respiraciones.
La secuencia es la siguiente: cogemos el aire por la nariz, de forma lenta y gradual, notamos como al inspirar hinchamos el abdomen, realizando así una respiración diafragmática, y sin retener el aire,
procedemos a soltarlo también expirando por la nariz, mientras mentalmente decimos “unoooo”. Con cada respiración que hagamos, iremos notando como se ralentizan las respiraciones, siendo cada una de ellas más largas y graduales. Mientras vas realizando las respiraciones, puede ser que lleguen a tu mente, recuerdos, pensamientos, imágenes, no te preocupes, tú dales cabida, pero sin desconectarte de tus respiraciones. Irás notando como todo tu cuerpo se relaja y se destensa. Como tu abdomen cada vez se hincha un poco más. Notas como entra ese aire que te purifica, llenándote de vitalidad y sacas al exterior todo el aire viciado de las tensiones que habías ido acumulando a lo largo del día. Cuando llegues a las 40 respiraciones, quédate tranquilo, sereno, sin moverte del lugar donde te encuentras. Tan sólo dedícate a sentir. Paso 2: Sintamos nuestro interior. Durante nuestra vida, aprendemos a utilizar la tensión como escudo para protegernos. Por lo tanto, ahora que hemos conseguido bajar nuestro escudo protector, podemos colarnos por esa ranura y tratar de investigar que se encuentra dentro de él. En esta práctica, tan sólo nos vamos a dedicar a sentir, a observar que tipo de emociones y de sentimientos llegan a nosotros y en qué zonas de nuestro cuerpo se manifiestan.
Quizás sintamos que hay lugares de nuestro cuerpo, que no se expanden y no se destensan. En esas ocasiones con suavidad, dirige
la inspiración hacia esos lugares para sentir de forma más intensa que se esconde dentro de ellos. Por lo tanto, ahora que ya estamos relajados y tranquilos, ha llegado el momento de que conectemos con nuestro miedo o miedos. Podemos tratar de conectar con un miedo que tenemos detectado y reconocido, o simplemente dejar que afloren nuestros miedos sin ningún tipo de guía preestablecida. Piensa en esos miedos, siente esos miedos, esos miedos que te causan malestar e insatisfacción y conecta con ellos. Realiza las siguientes “preguntas de poder”:
• ¿Qué sientes? No tengas miedo, ahora estás a salvo, por lo tanto permítete sentir.
• ¿Qué emociones te provoca?
• ¿Qué sentimientos llegan a ti?
• ¿Se expande de la misma forma en todas las zonas de tu cuerpo?
• ¿Hay lugares de tu cuerpo donde sientes esas emociones o sensaciones con mayor intensidad? ¿o de distinta forma?
• Tan solo, permítete sentir.
• ¿Qué ocurre en tu cuerpo?
• ¿Qué quiere ser dicho, oído o hecho?
Quédate tranquilamente conectando con esas emociones y sentimientos que llegan a ti, que hoy deciden expresarse en ti, porque tu les has otorgado la libertad para que hablen, para dejarse ser, porque hoy tú has decido escucharles.
Tómate el tiempo que necesites. Conectando con tu cuerpo. Paso 3: Redacta esas emociones y sentimientos. Tras haberte permitido entrar en tu sentimientos y emociones con libertad. Tras haber dejado hablar a tu cuerpo y corazón. Ahora toca que recopiles la información que te ha llegado. Redacta en tu cuaderno, las emociones que han ido llegando a ti, cómo ha sido su transcurso y su intensidad, si de expresaban de igual forma en todas las zonas de tu cuerpo. Habla también en tu cuaderno, de los sentimientos que has ido teniendo a lo largo de la conexión. ¿Qué te provocaban esos sentimientos? ¿Cómo te hacían sentir? ¿Te conectaban con recuerdos o hechos pasados? ¿Llegaba a tu mente alguna imagen? Escríbelo todo, con absoluto detalle, para poder recordar y conectar con ello, cuando necesites indagar un poco más.

Fuente : Extracto tesis Helena Ramos Mira .Terapeuta transpersonal

Aprender la paciencia






Al realizar el presente ejercicio mental, aprenderá las maneras de interrumpir una actividad y de esperar a que suceda un evento. Ambos conceptos –interrumpir y esperar- son los componentes claves de la paciencia.
En lugar de seguir los pasos secuenciales, simplemente lea las situaciones de ejemplo que siguen (o invente situaciones propias) y realice dos o tres al día de cada una de las categorías.

Ejemplos de situaciones para aprender a interrumpir una actividad:

1.- Mientras escucha una canción que le agrada en el radio o aparato de sonido, cambie las estaciones o apague el estéreo en la mitad de la canción. No regrese a la estación de radio hasta que no esté seguro de que la canción ha terminado. El mismo principio se aplica a la televisión.
2.- En la mitad de cualquier tarea doméstica deténgase y espere treinta minutos antes de retomar la tarea.
3.- Cuando esté leyendo el periódico, una revista o libro, deténgase en la mitad de una página y no regrese a la historia por 24 horas (obviamente sin escoger material que sea importante para su trabajo).
4.- Mientras se relaja sentado en un lugar cómodo póngase de pie y haga alguna actividad diferente aunque no le agrade hacerlo en ese momento.

Ejemplos de situaciones para aprender a esperar (la paciencia) a que tenga lugar un evento:

1.- Mientras espera en la fila de un restaurante o tienda, deje pasar a varias personas a propósito para  que se les asigne mesa o sean atendidas antes que usted.
2.- Mientras conduce un vehículo, deje que lo rebasen otros.
3.- Cada vez que se encuentre listo para comer, deténgase y espere 30 minutos antes de comenzar.
4.- Elija una cita que haya programado y a propósito llegue 30 minutos antes de lo que normalmente suele hacerlo (si le gusta llegar cinco minutos antes entonces llegue con 35 minutos de anticipación).
La lección del presente ejercicio es que el mundo no se termina cuando se ve forzado a ser paciente. Descubrirá que su mente aprenderá a distraerse mientras usted espera, y sus deseos e impulsos perderán algo de su poder sobre usted. Entonces, se moverá fácilmente de tener paciencia en situaciones autoimpuestas a contar con ella cuando otros lo interrumpen o lo demoran. 

VISUALIZACIÓN DE LAS EMOCIONES Y DE LOS SENTIMIENTOS


Utilizar metáforas y la imaginería (otros le llaman fantasía dirigida) para menguar los efectos de emociones que afectan negativamente al individuo.

En PNL usan bastante la referencia de una pantalla de cine donde la persona se imagina estar sola y proyecta la situación emotiva que le afecta, teniendo ahí la oportunidad de transformar la proyección de dicha película, es decir, de manipular mentalmente –para bien- los acontecimientos de su pasado o de su futuro, lo cual le beneficia en actitud y como herramienta de afrontamiento. Otro ejemplo que utilizan en la PNL es imaginar una emoción  o sentimiento negativos como si estuviera representado en  una bola negra, que se va empequeñeciendo hasta que pueda tomarla con las manos y acudir a d depositarla a un cesto de basura o a tirarla a un abismo Otro más: que imagine una emoción negativa como una gran mancha negra en una pantalla de cine, estando él solo sentado en una única butaca. En la parte inferior izquierda habrá una pequeña luz, que representará la emoción opuesta, es decir, la positiva. Luego, hay que recordar la emoción negativa elegida y en el momento de más intensidad y molestia hay que pensar o decir “¡CAMBIAZO!” Para entonces cambiar bruscamente y tapar la mancha negra con la luz que se ampliará hasta abarcar toda la pantalla. Repetir esto varias veces para aumentar el efecto. 


Todos estos ejercicios pueden resultar muy utiles simepre y cuando te permitas sentir y vivir las emociones y lo que te llega a tu vida antes de trabajar con ellos ...