Cuando el príncipe es un sapo malvado



Seguramente te has preguntado ¿qué da lugar a la ruptura o una relación de apego?  

Digamos que se trata de una poción maléfica, que se toma al enamorarnos.

En vez de besar a la rana para que se convierta en príncipe, hay un pensamiento malvado que corrompe la magia del principio. Y lo peor es que va siempre contigo.

Te piensa a todas horas como si una sombra parlante te hablara en tu cabeza.

Para darte una pista ten en cuenta que ese pensamiento confabula en tu elección de manera que siempre tienes al lado aquello que más evitas. Y esto sucede porque hay temor.

Ese pensamiento toma la forma de una buena amiga, o de un compañero de trabajo, y por supuesto la pareja afectiva lo trae incorporado.

Acertamos a elegir a alguien que es fiel exponente de aquello que evitamos y que tarde o temprano responderá por arte de magia a ese pensamiento maléfico dándole cuerpo. Se convierte en el malvado de la película.

Supongo que ya ha surgido esta pregunta: ¿qué sentido tiene tener al lado aquello que se evita? 

En principio carece de toda lógica pero os aseguro que la tiene. Basta con acordarnos de nuestros conflictos afectivos.

Para animarnos a seguir leyendo os anticipo que lo que evitas es un tesoro. Sin embargo, mientras permanezca oculto el maleficio tiene pleno poder sobre nosotros.

Hacerle visible nos parece un salto al vacío porque nos resulta una incógnita. De ahí que persuadirnos al autoconocimiento tenga sus resistencias. 

Se trata de ir más allá de lo que se teme y apostar plenamente por la totalidad de lo que somos. Sin que medie un esfuerzo, ni tampoco impostando aquello que queremos.

Sería como un río que se deja ir totalmente en su propia corriente sin pretender ser otra cosa. Algo que al imaginarlo me entusiasma a seguir adelante una y otra vez.

De manera que saber encontrarnos con lo que evitamos y desde dónde es el camino a seguir para que una relación funcione.

¿Cómo hacerlo si hemos puesto a nuestro lado lo que evitamos como garantía para no conocernos? 

 Esta es la función de nuestro pensamiento maléfico.

Si en vez de crecer y potenciar lo que somos, poco a poco experimentamos la comodidad del inmovilismo, aunque la situación nos haga sufrir o nos sumerja en el plácido letargo del apego, hemos conseguido personalizar el maleficio. 

Lo que evitamos ha tomado cuerpo.

Ayuda reconocer que hay un mundo creado con la pareja que pareciera alejarnos de lo que se teme. Nuestra comodidad consiste en permanecer aguantando para no vernos. Entretenidos muchas veces en el sufrimiento pero aparentemente a salvo de cualquier revisión que nos revele que se trata del maleficio. 

Tomar la decisión de romper el encantamiento es el paso definitivo y pasa por dejar de jugar al escondite.  Dejar de escuchar lo que nos dice esa sombra parlante todo el día es clave. 

Abrir los ojos y escuchar siempre es lo primero. 
 
Fuente: http://www.gracielalarge.com

La piel, reflejo de las emociones


La frágil armadura que cubre al ser humano revela como un libro abierto estados de ánimo, emociones o problemas de salud. Muchas afecciones de la piel hunden sus raíces en trastornos emocionales sin resolver. La piel funciona entonces como un sistema de alarma.
La piel funciona como un escudo protector frente a un mundo al que estamos expuestos de forma continua. En su ayuda acude el sistema inmunológico, que tiene la capacidad de reconocer a aquellas sustancias nocivas para el organismo y cuyo contacto puede provocar una respuesta cutánea.


Estados de ánimo
Pero la piel es sobre todo un sofisticado termostato de nuestras emociones. Muchas de las reacciones cutáneas (sudor excesivo, palidez, rojeces, urticaria, pruito...) delatan ansiedad, miedos, angustias y tensiones.
La persona feliz o enamorada irradia luz por sus poros, mientras que su epidermis se vuelve opaca ante situaciones de tristeza o desilusión. Los estudios demuestran que el 80% de las enfermedades de la piel tienen origen psicosomático.
El estrés es otro grave trastorno que encuentra su principal vía de expresión a través de la epidermis. El acné tardío, que afecta a mujeres entre 35 y 45 años con la aparición de granos antes del ciclo menstrual sobre todo en cara y cuello, responde, en muchos casos, a situaciones de cansancio y estrés.
La tensión nerviosa favorece la liberación de adrenalina y ésta actúa sobre las glándulas sebáceas, que captan las hormonas en exceso que hay en la sangre y producen mayor cantidad de sebo.

Víctimas de la alergia
La alergia acumula en sus víctimas una fuerte dosis de agresividad y muchas personas proyectan en los alérgenes o sustancias que la producen aspectos ocultos de la personalidad y carencias afectivas sin resolver.
Así, la repulsa cutánea ante los perros y los gatos, que suelen invitar a la caricia, pueden reflejar la necesidad de carantoñas que sufre una persona. El polen de las flores se identifica con la fertilidad o la procreación, y denota la insolvencia del alérgico para asumirla. El polvo, símbolo de la suciedad exterior, suele relacionarse con algo interior que no se puede limpiar.

Bloqueo emocional:

En general, la piel se relaciona con la valoración de sí mismo ante el exterior.
Por ser la envoltura corporal, representa la imagen que el ser humano tiene de sí
mismo. Una persona que quiera saber qué imagen tiene de sí misma solo tiene que describir su piel. Cualquier problema en la piel se relaciona con la vergüenza que la persona afectada siente ante sí misma. Le concede demasiada atención a lo que los demás puedan pensar de ella, así como a sus juicios. No se permite ser ella misma y se rechaza fácilmente. A menudo se siente herida en su integridad. También es una persona muy sensible a lo que sucede en el exterior, que se deja tocar demasiado fácilmente por los demás (en sentido figurado) y a la que le resulta difícil amarse tal como es. Cuando el problema dérmico se acompaña de pus, significa que no soportas a alguien o algo, hasta el punto de que te ocasionas este problema para alejarte. Un problema dérmico grave es un recurso excelente para alejar a los demás. La piel ayuda a establecer contacto con otras personas, pero también puede ser un medio para aislarse. Una persona puede avergonzarse tanto de lo que es o de lo que podría ser, que se rehúsa a acercarse a otro y utiliza su problema como excusa. Se vuelve "intocable". Quisiera "mudar de piel", es decir, cambiar por completo.
Cuando la persona ha intentado acercase a alguien sin éxito y como
consecuencia guarda mucho rencor y enojo, puede crearse un cáncer de piel. Si el
problema altera solamente la parte superficial de la piel, por ejemplo, el vitíligo, la
persona afectada vive con dificultad una separación, una pérdida de contacto o una pérdida de comunicación. La siente como un rechazo o una ruptura definitiva. Es el tipo de persona que quiere salvar a los demás, sobre todo a los miembros del sexo opuesto.

Bloqueo mental:
La piel es un órgano muy visible para ti y para los demás, por lo tanto, cuanto
más obvio sea el problema, y más te moleste, con más énfasis indica que tu forma
de pensar y tus creencias con respecto a ti te molestan, y que es urgente que lo
veas. Para rehacer la imagen que tienes de ti mismo, dedica un tiempo a tomar
nota de tus cualidades, y después de que hayas hecho la lista, agrega una más
cada día. El importante mensaje que recibes es que te concedas derecho a ser un
ser humano, con debilidades, límites y miedos, sin creer que por ello ya no vales.
Tienes derecho a tomar una decisión para salvar el pellejo sin acusarte, aun
Cuando ésta no sea conveniente para tus seres queridos. Tu valor proviene de la calidad de tu corazón, de la persona especial que eres en lo más profundo de ti mismo, y no de lo que ocurre en el mundo físico.


El CASO DE LA  PSORIASIS

La psoriasis consiste en una superproducción de células cutáneas,
creando un amontonamiento de células muertas, una piel más espesa, placas rojas gruesas o en gotas y que están cubiertas de fragmentos de sustancias córneas blanquinosas. Si tengo psoriasis, estoy entre los 2% de la población del globo que padece esta enfermedad. También, suelo ser hipersensible y tengo una gran necesidad de amor y cariño que no está colmada, ecordándome quizás otro período difícil de mi vida. En ese momento, tengo probablemente un muy gran sentimiento de abandono o de estar separado de alguien o de algo que quería mucho. Porque la psoriasis implica que hubo doble separación75, es decir frecuentemente frente a dos personas diferentes.
Podría ser que me hayan separado de mis dos padres cuando era niño. La piel está afectada porque, para mí, siendo niño, lo que más necesito es el contacto físico con mis padres o con cualquier otra persona a quien amo y con quien me siento próximo. La doble separación puede ser con mi madre y con uno de mis hermanos o hermanas, o con mi cónyuge y un proyecto de trabajo ( “mi bebé”), o cualquier otra combinación que implique una separación con dos personas o dos situaciones que amo y que me amo mucho. El hecho de estar o de sentirme separado me impide tener este contacto, sobre todo con relación al tacto, por lo tanto de mi piel, con estas personas a quienes amo. Habrá por lo tanto aparición de la psoriasis. Ahora, tengo tanto miedo de estar herido que quiero guardar cierta distancia entre mí y los demás. La psoriasis es una bella
manera que tiene mi cuerpo de protegerse contra un exceso de acercamiento físico y de protegerse contra mi vulnerabilidad. Vivo pues un conflicto interior entre mis necesidades de acercamiento y mi miedo el cual me hace poner distancias. Debo pues liberarme de ciertos “patterns” mentales y actitudes que se han acumulado y que, ahora, ya no tienen razón de ser, ya que están apagados y muertos. Acepto  ahora mi sensibilidad; aprendo a hacer cosas para mí y no sólo en función de lo que los demás esperan de mí. Y aunque la psoriasis haya ocurrido probablemente después de un suceso doloroso o de un golpe emocional, acepto  que esto forme parte del proceso natural de La vida y de mi crecimiento y que me vuelva más fuerte y más sólido
interiormente.
Doble separación: En el caso del eczema, se trata de una simple separación, con una sola persona o situación.

Espejo del alma
El pruito y la urticaria manifiestan la irritación contra el mundo y las personas que la padecen suelen ser hipersensibles e incapaces de expresar sus emociones.
Más allá de sus causas físicas o químicas,se relaciona la urticaria con la depresión y ven en esta lesión cutánea una exteriorización emocional del que se siente abandonado a su suerte y muy irritado con la vida.
La psoriasis y la alopecia se manifiestan ante la desilusión, el luto o una grave pérdida emocional. Desde el punto de vista psicosomático, la epidermis que se escama de forma progresiva expresa el dolor de la falta y se recubre de escamas a modo de blindaje en un reclamo de aislamiento.


Dinámica Espiral y Evolución de la Conciencia Humana, por Ken Wilber




La Spiral Dynamics considera que el desarrollo humano procede a través de ocho estadios generales a los que también denomina memes. (Hay que decir, en este punto, que el término “meme” está siendo hoy en día utilizado con significados tan diversos y contradictorios que, en opinión de muchos críticos, carece de todo sentido.) Como ejemplificaremos a continuación de manera exhaustiva, desde la perspectiva de la Spiral Dynamics, un meme es simplemente un estadio básico del desarrollo que puede expresarse en cualquier actividad. En opinión de Beck y Cowan, los memes (o estadios) no son niveles rígidos, sino olas fluidas, solapadas e interrelacionadas que dan lugar a la compleja dinámica espiral del desarrollo de la conciencia. Como dice Beck:

«la Espiral no es simétrica sino muy compleja y no evidencia tanto tipos definidos como mezclas muy diversas. Se trata, más bien, de mosaicos, redes y combinaciones».
Beck y Cowan usan nombres y colores diferentes para referirse a los distintos memes u olas de la existencia. Y aunque el uso de los colores casi siempre asusta, Beck y Cowan -que, por cierto, suelen trabajar en zonas de graves conflictos raciales- han descubierto que resulta sumamente útil alejar la mente del color de la piel y centrarse, por el contrario, en el “color del meme”. Además, la investigación ha seguido confirmando que todos los individuos disponen de la capacidad potencial de acceder a todos los mentes. En consecuencia, las líneas de tensión social ya no giran en tomo al color de la piel, la clase económica o el grupo político, sino del tipo de meme desde el que esté operando la persona. En un caso concreto, por ejemplo, ya no se trataría tanto de “negro versus blanco” como de azul versus púrpura o de naranja versus verde, por ejemplo, con la ventaja de que, si bien el color de la piel no puede cambiar, el nivel de conciencia sí que puede hacerlo. Como dice Beck: «el foco de atención no se centra tanto en tipos de personas, como en tipos en las personas».

Los seis primeros niveles son “niveles de subsistencia” y están marcados por lo que Graves denomina “el pensamiento de primer grado”. Luego tiene lugar una revolucionaria transformación en la conciencia que implica la emergencia de los “niveles de ser” y del “pensamiento de segundo grado”, del cual hay dos grandes olas. Veamos ahora una breve descripción de las ocho olas, del porcentaje aproximado de población mundial que se halla en cada una de ellas y de la tasa de poder social de la que goza.’’

1. Beige: Arcaico-instintivo. Se trata del nivel de la supervivencia básica, un nivel en el que resultan prioritarios el alimento, el agua, el calor, el sexo y la seguridad y en el que la supervivencia depende de los hábitos y de los instintos. Apenas si existe yo,diferenciado y la perpetuación de la vida requiere de la agrupación en hordas de supervivencia.
Se halla presente en las primeras sociedades humanas, en los recién nacidos, los ancianos, los últimos estadios de quienes padecen la enfermedad de Alzheimer, los locos que vagabundean por las calles y las masas hambrientas.

Porcentaje aproximado de la población adulta que se halla en este nivel: 0,1 %. Tasa de poder que posee: 0%.
2. Púrpura: Mágico-animístico. Está determinado por el pensamiento animista y por una extrema polarización entre el bien y el mal. Los espíritus mágicos pueblan la tierra y a ellos hay que supeditarse apelando a todo tipo de bendiciones, maldiciones y hechizos. Se agrupa en tribus étnicas. El espíritu mora en los ancestros y es el que cohesiona a la tribu. Los vínculos políticos están determinados por el parentesco y el linaje. Parece “holístico” pero, en realidad, es atomístico (”cada recodo del río tiene su nombre pero el río carece de nombre”).

Se halla presente en la maldición vudú, los juramentos de sangre, el rencor, los encantamientos, los rituales familiares, las creencias y las supersticiones mágicas de la etnia. Fuertemente implantado en los asentamientos del Tercer Mundo, las bandas, los equipos deportivos y las tribus.

10% de la población, 1% del poder.


3. Rojo:
Dioses de poder. Comienzo de la emergencia de un yo ajeno a la tribu; poderoso, impulsivo, egocéntrico y heroico. Espíritus míticos, dragones, bestias y personas poderosas. Los señores feudales protegen a sus subordinados a cambio de obediencia y trabajo. Fundamento de los imperios feudales (el poder y la gloria). El mundo se presenta como una jungla llena de amenazas y de todo tipo de predadores. Dominantes y dominados. El yo campa a sus anchas sin cortapisas de ningún tipo.
Se halla presente en el rebelde sin causa, la mentalidad fronteriza, los reinos feudales, los héroes épicos, los líderes de las bandas, los malvados de las películas de James Bond, los mercenarios, las estrellas del rock, Atila, rey de los hunos y El señor de las moscas.

20 % de la población y 5% del poder.

4. Azul: Orden mítico. La vida tiene un sentido, una dirección, un objetivo y un orden impuesto por un Otro todopoderoso. Este orden impone un código de conducta basado en principios absolutistas y fijos acerca de lo que está “bien” y de lo que está “mal”. El acatamiento de ese código y de esas reglas se ve recompensado, mientras que su violación, por el contrario, tiene repercusiones muy graves y duraderas. Fundamento de las antiguas naciones. Jerarquías sociales rígidas y paternalistas, sólo hay un modo correcto de pensar. Ley y orden, control de la impulsividad a través de la culpa, creencias literales y fundamentalistas y obediencia a una ley impuesta por un Otro fuertemente convencional y conformista. A menudo asume un aspecto “religioso” o “mítico” [en el sentido mítico-pertenencia, motivo por el cual Graves y Beck se refieren a él como nivel “santo/absolutista”], aunque también puede asumir el aspecto de un Orden o de una misión secular o atea.

Se halla presente en la América puritana, en la China confuciana y en la Inglaterra de Dickens, en los códigos de honor de la caballería, en las obras buenas y caritativas, en el fundamentalismo islámico, en las “buenas obras” de los scouts, en el patriotismo de la “mayoría moral”.

40% de la población y 30% del poder.

5. Naranja: Logro científico. En esta ola, el yo “escapa” de la “mentalidad azul del rebaño” y busca la verdad y el significado en términos individuales. Es un nivel hipotético-deductivo, experimental, objetivo, mecánico y operativo (o, lo que es lo mismo, científico). El mundo se presenta como una maquinaria racional bien engrasada que funciona siguiendo leyes naturales que pueden ser aprendidas, dominadas y manipuladas en propio beneficio. Muy orientada hacia objetivos y especialmente (en Estados Unidos) hacia el beneficio material. Las leyes de la ciencia gobiernan la política, la economía y los asuntos humanos. El mundo se presenta como una especie de tablero de ajedrez en el que destacan los ganadores. Alianzas comerciales y explotación de los recursos de la Tierra en beneficio propio. Fundamento de las sociedades de estados.
Se halla presente en la Ilustración, La rebelión del Atlas (la novela de Ayn Rand), Wall Street, la Costa Azul, la clase media emergente de todo del mundo, la industria de la moda y de la cosmética, la búsqueda del triunfo, el colonialismo, la guerra fría, el materialismo y el liberalismo centrado en uno mismo.

30% de la población y 50% del poder.


6. Verde: El yo sensible. Centrado en la comunidad, en la relación entre los seres humanos, en las redes y en la sensibilidad ecológica. El espíritu humano debe ser liberado de la codicia, del dogma y de la división; el respeto y la atención a los demás reemplaza a la fría razón; respeto y cuidado por la tierra, Gaia y la vida. Establece vínculos y uniones laterales y es contrario a las jerarquías. Yo permeable y relacional centrado en redes. Enfasis en el diálogo y las relaciones. Fundamento de las comunidades de valor (agrupaciones libremente elegidas basadas en sentimientos compartidos). Toma de decisiones sustentada en la conciliación y el consenso (desventaja: dilación “interminable” del proceso de toma de decisiones). Presta atención a la espiritualidad, la armonía y el enriquecimiento del potencial humano. Fuertemente igualitario, antijerárquico, centrado en valores plurales, en la construcción social de la realidad, en la diversidad, el multiculturalismo y la relativización de los valores, una visión del mundo a la que habitualmente se conoce con el nombre de relativismo pluralista. Subjetivo y centrado en el pensamiento no lineal; fomenta la cordialidad, la sensibilidad, el respeto y el cuidado por la Tierra y por todos sus habitantes.

Se halla presente en la ecología profunda, el postmodernismo, el idealismo holandés, el counseling de Rogers, el cuidado por la salud canadiense, la psicología humanista, la teología de la liberación, el Consejo Mundial de las Iglesias, Greenpeace, los derechos de los animales, el ecofeminismo, el postcolonialismo, Foucault/Derrida, lo políticamente correcto, los movimientos en pro de la diversidad, los derechos humanos y la ecopsicología.

10% de la población y 15% del poder.


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Con la actualización del meme verde, la conciencia humana experimenta un verdadero salto cuántico hacia “el pensamiento de segundo grado”, un salto que Clare Graves califica de “avance trascendental” que permite “llegar a profundidades de significado anteriormente insondables”
. Dicho en dos palabras, con la emergencia de la conciencia del segundo grado, el ser humano puede pensar tanto vertical como horizontalmente (utilizando tanto las jerarquías como las heterarquías), con lo cual puede abarcar, por vez primera, el espectro completo del desarrollo in¬terno y advertir la importancia crucial que tiene cada nivel, cada meme y cada ola en la salud global de todo el proceso espiral del desarrollo.

Así pues, cada ola superior “trasciende e incluye” a sus predecesoras, lo cual quiere decir que va más allá de ellas (las trasciende), al tiempo que las engloba en su misma estructura (las incluye). Una célula, por ejemplo, trasciende pero incluye a las moléculas que, a su vez, trascienden pero incluyen a los átomos. Decir que una molécula trasciende a un átomo no es decir que las moléculas odien a los átomos, sino que los aman, los incluyen en su propio entramado, los abrazan, no los marginan. Por ello cada ola de la existencia constituye un ingrediente esencial de todas las olas subsiguientes, y todas deben ser, en consecuencia, adecuadamente respetadas e incluidas.

Además, cada una de las olas puede verse activada o reactivada en respuesta a las distintas circunstancias que nos depara la vida.- Así, las situaciones de emergencia estimulan los impulsos rojos del poder; el caos reactiva el meme azul del orden; la búsqueda de un nuevo trabajo incentiva los impulsos naranja del logro y el matrimonio y la amistad pone en marcha el meme verde de la intimidad. Todos los memes, pues, aportan algo sumamente importante.
Lo que ninguno de esos memes puede hacer, no obstante, es darse plena cuenta de la existencia del resto de los memes. En consecuencia, cada uno de los memes del primer grado considera que su visión del mundo es la única adecuada y, por tanto, reacciona negativamente cada vez que se siente amenazado. Por ello también el meme azul del orden se siente muy incómodo con la impulsividad roja y con el individualismo naranja, que el meme naranja del logro considera que el orden azul es cosa de personas muy rígidas y que la vinculación propia del meme verde es cues¬tión de gente muy blanda. El igualitarismo del meme verde, por su parte, no admite fácilmente la excelencia, el ordenamiento jerárquico de valores, las grandes imágenes ni nada que pueda parecer autoritario y por ello también suele reaccionar con mucha virulencia en contra del meme azul, del naranja y de cualquier otro meme posterior al verde.

Este estado de cosas empieza a cambiar con la emergencia del “pensamiento de segundo grado”, una modalidad plenamente consciente de los estadios interiores del desarrollo que permite -aunque no lo haga de un modo claramente articulado- dar un paso atrás y asumir una visión más global. Por ello el pensamiento de segundo grado reconoce y comprende el papel que desempeñan -y, en consecuencia, la necesidad- del resto de los memes. Por esta razón la conciencia de segundo grado no sólo piensa en términos de un determinado nivel sino de la espiral completa de la existencia.

Así, cuando el meme verde comienza a aprehender los muchos y muy diversos sistemas y contextos que existen en las diferentes culturas, el pensamiento de segundo grado, que no en vano es conocido también con el nombre del meme sensible (es decir, sensible a la marginación de los demás) va un paso más allá y, al advertir los ricos contextos que vinculan estos sistemas plurales, comienza a integrar los sistemas separados en espirales y holoarquías integrales y holísticas. El pensamiento de segundo grado, dicho en otras palabras, resulta útil para pasar del relativismo al holismo o, lo que es lo mismo, del pluralismo al integralismo.

La extraordinaria investigación llevada a cabo por Graves, Beck y Cowan señala que la conciencia integral de segundo grado se despliega, al menos, a través de dos grandes olas:

7. Amarillo:
Integrador. La vida se presenta como un caleidoscopio de jerarquías [holoarquías], sistemas y formas naturales cuya prioridad principal gira en tomo a la flexibilidad, la espontaneidad y la funcionalidad. Las diferencias y las pluralidades pueden integrarse naturalmente en corrientes interdependientes. El igualitarismo puede complementarse, cuando es necesario, con grados naturales de ordenamiento y excelencia, con lo cual el rango, el poder, el estado y la dependcencia del grupo se ven reemplazados por el conocimiento y la idoneidad. El orden mundial prevalente es el resultado de la existencia de diferentes niveles de realidad (memes) y de las inexorables pautas del movimiento de ascenso y descenso en la espiral dinámica. El gobierno adecuado facilita la emergencia de entidades pertenecientes a niveles de complejidad cada vez mayor (jerarquía anidada).

1% de la población y 5% del poder.


8. Turquesa:
Holístico. Sistema holístico Universal. Holones/olas de energías integrativas; integra el sentimiento y el conocimiento; múltiples niveles entrelazados en un sistema consciente.” Orden universal consciente y vivo que no se basa en reglas externas (azul) ni en lazos grupales (verde). Tanto teórica como prácticamente, es posible una “gran unificación”, una Teoría del Todo. Hay ocasiones en que desencadena la emergencia de una nueva espiritualidad que engloba la totalidad de la existencia. El pensamiento turquesa utiliza todos los niveles de la espiral, advierte la interacción existente entre múltiples niveles y detecta los armónicos, las fuerzas místicas y los estados de flujo que impregnan cualquier organización.

1% de la población, 1 % del poder.

Con menos del 2% de la población en el pensamiento de se¬gundo grado (y tan sólo un 1 % en el meme turquesa), el pensamiento de segundo grado es relativamente raro hoy en día y constituye una auténtica “vanguardia” de la evolución colectiva del ser humano. Beck y Cowan ilustran este tipo de conciencia con ítems que van desde la noosfera de Teilhard de Chardin hasta la emergencia y expansión de la psicología transpersonal, las teorías del caos y de la complejidad, el pensamiento sistémico integral-holístico, las integraciones pluralistas de Gandhi y Mandela afirmando con toda claridad que se halla en marcha un proceso de actualización de memes todavía más elevados…








Mapa de las Olas del Desarrollo / Espiral Dinámica

Modalidad mental-cultural: paralelismo aproximado del desarrollo evolutivo. 
Desarrollo Individual  Desarrollo Colectivo
Aparición del Yo Testigo / Sin edad de comienzo específica. Kosmocéntrico / Desarrollo Post-Post Convencional
SALTO CUALITATIVO DE CONCIENCIA / CONCIENCIA DE TRECER GRADO / "Hacia lo no-dual"
Self Holístico / Sin edad de comienzo específica. Individualismo Colectivo / Comenzó 30 años atrás.
Self Integral / Sin eded de comienzo específica. Comunidades Integrales / Comenzó 50 años atrás.

SALTO CUALITATIVO DE CONCIENCIA / CONCIENCIA DE SEGUNDO GRADO / "Ser" 
Self Sencible / Se desarrolla entre los 15 y los 21 años. Comunidades de Valores / Comenzó 150 años atrás.
Yo orientado a Logros / Se desarrolla entre los 9 y los 14 años. Estados Corporativos / Comenzó 300 años atrás.
Yo Regla-Rol / Mítico Tardío / Se desarrolla entre los 7 y los 8 años. Naciones Antiguas / Comenzó 5000 años atrás.
Yo Egocéntrico-Impulsivo / Mítico Temprano / Se desarrolla entre los 3 y los 6 años. Imperios Feudales / Comenzó 10000 años atrás.
Yo Mágico-Animista / Se desarrolla entre los 1 y los 3 años. Orden Étnico Tribal / Comenzó 50000 años atrás.
Yo Instintivo / Se desarrolla entre los 0 y los 18 meses. Hordas de Supervivencia / Comenzó unos 100000 años atrás.

CONCIENCIA DE PRIMER GRADO: "PERSONAL Y DE SUBSISTENCIA"


Fuente: Fragmento de Una Teoría de Todo de Ken Wilber, reproducido por Sé y Haz


La testarudez de la mente y la resistencia al cambio





La mente humana es perezosa  se autoperpetúa a si misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al auto-engaño. En cierto sentido, creamos el mundo y nos encerramos en él. Vivimos enfrascados en un diálogo interior interminable donde la realidad externa no siempre tiene entrada. Buda decía que la mente es como un chimpancé hambriento en una selva repleta de reflejos condicionados. Tu mente, al igual que la mía, es hiperactiva, inquieta, astuta, contradictoria. La mente no es un sistema de procesamiento de la información amigable, predecible y fácilmente controlable, como ocurre con muchos computadores; nuestro aparato psicológico tiene intencionalidad, motivos, emoción y expectativas de todo tipo. La mente es egocéntrica, busca sobrevivir a cualquier costo, incluso si el precio es mantenerse en la más absurda irracionalidad.

Carlos, un joven de 17 años, cree que su cara se parece a una vejiga porque, según él, el cuello es demasiado ancho respecto de la cabeza. Carlos no está loco ni sufre de daño neurológico alguno,sin embargo, se detesta y se ve monstruoso cada vez que mira su imagen en el espejo. Cuando se le midió la proporción cabeza-cuello para "demostrarle" que estaba dentro de los parámetros normales, rechazó enfáticamente el procedimiento. Dijo que las estadísticas estaban equivocadas y que el terapeuta pretendía engañarlo para evitarle el sufrimiento. Carlos padece un trastorno dismórfico corporal, cuya característica es una distorsión de la auto imagen expresada como: "Preocupación por algún defecto imaginado o exagerado del aspecto físico". De más está decir que Carlos no tiene ningún defecto físico.

En estos casos, el error en la percepción de la imagen corporal es evidente para todos, menos para quien padece el trastorno, que se empeña en defender su punto de vista aun a sabiendas de que tal creencia le está destruyendo la vida.

La pregunta que surge es obvia: ¿Por qué en determinadas situaciones continuamos defendiendo actitudes negativas y autodestructivas a pesar de la evidencia en contra? ¿Por qué permanecemos atados a la irracionalidad pudiendo salimos de ella? Anthony de Mello decía que los humanos actuamos como si viviéramos en una piscina llena de mierda hasta el cuello y nuestra preocupación principal se redujera a que nadie levantara olas. Nos resignamos a vivir así, limitados, atrapados, infelices y relativamente satisfechos, porque al menos mantenemos los excrementos en un nivel aceptable. Conformismo puro. La revolución psicológica verdadera sería salirnos de la piscina, pero algo nos lo impide, como si estuviéramos anclados en un banco de arena movediza que nos chupa lentamente. El pensamiento que nos prohíbe ser atrevidos y explorar el mundo con libertad está enquistado en nuestra base de datos: "Más vale malo conocido que bueno por conocer". La piscina.

La mayoría de las personas mostramos una alta resistencia al cambio. Preferimos lo conocido a lo desconocido, puesto que lo nuevo suele generar incomodidad y estrés. Cambiar implica pasar de un estado a otro, lo cual hace que inevitablemente el sistema se desorganice para volver a organizarse luego asumiendo otra estructura. Todo cambio es incómodo, como cuando queremos reemplazar unos zapatos viejos por unos nuevos. Teilhard de Chardin consideraba que todo crecimiento está vinculado a un grado de sufrimiento. El cambio requiere que desechemos durante un tiempo las señales de seguridad de los antiguos esquemas que nos han acompañado durante años, para adoptar otros comportamientos con los que no estamos tan familiarizados ni nos generan tanta confianza. Crecer duele y asusta.

La novedad produce dos emociones encontradas: miedo y curiosidad. Mientras el miedo a lo desconocido actúa como un freno, la curiosidad obra como un incentivo (a veces irrefrenable) que nos lleva a explorar el mundo y a asombrarnos.

Aceptar la posibilidad de renovarse implica que la curiosidad como fuerza positiva se imponga a la parálisis que genera el temor. Abandonar las viejas costumbres y permitirse la revisión de las creencias que nos han gobernado durante años requiere de valentía.

Ahora bien, podemos llevar a cabo la ruptura con lo que nos ata de dos maneras: (a) lentamente, en el sentido de desapegarse, despegarse, o (b) de manera rápida, lo cual implica "acepto lo peor que podría ocurrir" de una vez por todas, en el sentido de soltarse, saltar al vacío, jugársela sin anestesia.

Las teorías o las creencias que hemos elaborado durante toda la vida sobre nosotros mismos, el mundo y el futuro se adhieren a nuestra psiquis, se mimetizan con todo el trasfondo informacional y las convertimos en verdades absolutas. Les hacemos demasiado caso a las creencias que nos han inculcado de pequeños. Si toda la vida te han dicho que eres un inútil, es probable que tu mente se crea el cuento y organice una base de datos sólida alrededor de la incompetencia percibida. Entonces, decir: "Soy inútil" es mucho más que una opinión, es una revelación convertida en dogma de fe. El slogan educativo con los años se convierte en un mandato difícil de ignorar:"Si mis padres y amigos me lo dicen, por algo es". Así nace el paradigma, es decir, la certeza incontrovertible de que soy como me han dicho que soy.

Desde pequeña, Clara siempre había sido considerada la "menos capaz de la familia", tanto por sus hermanas como por sus padres y maestros. La mujer no había sido disciplinada, estudiosa y acatada como esperan la mayoría de los centros educativos, sino más bien hiperactiva e impulsiva. A sus treinta años, se mostraba distraída, rebelde y poco convencional. Su espíritu creativo e inquieto la había llevado a estudiar artes plásticas y danza, mientras sus dos hermanas habían preferido carreras más tradicionales. Para orgullo de su padre, un empresario exitoso y de gran reconocimiento social, la hermana menor había estudiado ingeniera de sistemas y la mayor había obtenido una maestría en administración de negocios.

Clara no era precisamente una oveja negra, pero sí parecía de otra familia. Se vestía de manera extravagante, le gustaba la Nueva Era, leía poesía, no se había casado y tenía actividades que su núcleo familiar consideraba como "poco normales".

En cierta ocasión participó en una manifestación a favor del matrimonio entre homosexuales, lo que llevó a su madre a pensar que necesitaba ayuda psicológica y le consiguió una cita con un psiquiatra que además era cura.

Clara incorporó desde su temprana infancia mensajes negativos relacionados con su desempeño y desarrolló un esquema de incapacidad con el cual luchaba de tanto en tanto sin mucho éxito. En cierta ocasión el padre de Clara me manifestó su preocupación ante la posibilidad de que ella sufriera de ciertas limitaciones intelectuales.

Si el esquema de inseguridad permanecía desactivado, se aceptaba a sí misma de manera incondicional, era alegre y derrochaba sentido del humor. Pero si el esquema negativo se activaba (por ejemplo, si fracasaba en algún proyecto o si alguien la comparaba con su hermanas o si su padre la ignoraba) dejaba de ser la mujer feliz y chispeante para convertirse en una persona insegura, retraída e irritable. Cuando la idea de incapacidad se imponía, no había razones ni argumentos que la pudieran hacer cambiar de opinión. En esos momentos "oscuros", como ella los llamaba, dudaba de todo y pensaba que su vida no tenía sentido, buscaba desesperadamente la aprobación de su padre y odiaba a sus hermanas.

Un día cualquiera un acontecimiento inesperado modificó la relativa calma familiar: le diagnosticaron cáncer de próstata al padre de Clara. Su madre y las dos hermanas se derrumbaron. La ingeniería de sistemas y los negocios internacionales no podían hacer mucho para ayudar al pobre hombre. Contra todo pronóstico, fue Clara quien le puso el pecho a la adversidad y lideró la cuestión.

Durante el año y medio que duró el tratamiento, la "hija limitada" se convirtió en el principal soporte afectivo de la familia. Les enseño a meditar, impuso la sana costumbre de expresar emociones y defendió el derecho del enfermo a saber la verdad. Se entendió con los médicos y con la depresión de su padre, estudió el tema del cáncer a profundidad y "gerenció" todo el proceso de cura. En fin, Clara mostró que tenía el don de una "fortaleza amable" y una excelente aptitud para enfrentar las situaciones difíciles, una cualidad que había pasado desapercibida para todos, incluso ella misma. Lo más interesante es que por primera vez actuó sin buscar la aprobación de nadie. Su argumento era concluyente: "Me nace".

Las situaciones límite siempre nos confrontan y si somos capaces de aprovecharlas, podemos revisar nuestra mente a fondo. Las situaciones límite pueden hundirte o sacarte a flote, conformar un síndrome de estrés postraumático o formatear el disco duro. Las creencias más profundas se tambalean cuando nuestras señales de seguridad desaparecen, y allí el cambio es inevitable.

Después de la dolorosa experiencia, el esquema de ineficacia de Clara perdió fuerza. De manera similar, el estereotipo familiar de creerla "muy rara" desapareció y fue reemplazado por una actitud más positiva y respetuosa frente a ella. Pese a las mejorías, Clara pidió ayuda profesional y su auto eficacia subió como espuma. La terapia logró instalar un nuevo esquema adaptativo: "Soy capaz, el mundo no es tan crítico como pensaba, y si lo fuera ya no me importa. Mi futuro está en mis manos, en buenas manos".
La conclusión parece obvia: nos convencemos de lo que somos, asumimos el papel que el medio nos asigna como si fuéramos ratones de laboratorio.

Pero cabe la pregunta: ¿Y si no hubiera situaciones límite que nos precipiten al cambio? ¿Si nuestra vida se quedara anclada a la rutina y a la resignación de sufrir por sufrir? Sencillo y complejo a la vez: debemos crear nosotros mismos las condiciones límite. Hay que crear la capacidad de pensarse y repensarse a la luz de nuevas ideas. Los procedimientos psicológicos más eficientes para que el cambio se genere consisten en llevar al paciente de manera adecuada y responsable, a enfrentar lo temido, lo desconocido o lo inseguro. Es allí, durante la exposición en vivo y en directo, que la realidad se encarga de actualizar nuestro software, de curarnos, de ponernos en el camino de la racionalidad y enderezar la distorsión.

Una vez las creencias se organizan en la memoria, las defendemos a muerte, no importa cuál sea su contenido. Quizás ésta sea la base de la irracionalidad humana. Dicho de otra forma: una vez instaladas las creencias, defendemos por igual las saludables y las no saludables, las racionales y las irracionales, las correctas y las erróneas, aun cuando nuestro lado consciente piense lo contrario.

¿Por qué no somos capaces de descartar lo inútil, lo absurdo o lo peligroso de una vez? Siguiendo a Krishnamurti, si vemos un precipicio no necesitamos hacer cursos de Precipicio I, Precipicio II y Precipicio III para concientizarnos del riesgo. El hecho se impone, la percepción directa es suficiente: vemos el peligro y no dudamos en retirarnos, "entendimos", y punto. ¿Por qué entonces en la vida cotidiana caemos tantas veces por el precipicio? ¿Por qué repetimos los mismos errores? ¿Por qué nos cuesta tanto asumir una actitud racional frente a los problemas? ¿Somos masoquistas, ignorantes o testarudos?

Recuerdo a un señor que temía tragarse la lengua. Dormía sentado, sólo se alimentaba de líquidos y apenas lograba comunicarse con los demás, pues trataba de mantener la lengua quieta (¡el órgano más móvil de nuestro cuerpo!). Como tal objetivo era prácticamente imposible de alcanzar, el señor se sentía todo el tiempo al borde de una muerte por asfixia. El pensamiento automático que lo invadía una y otra vez era terrible: "Si me trago la lengua, moriré". Obviamente el temor formaba parte de un síndrome más complejo que no detallaré aquí. Lo que me interesa señalar es que ninguna explicación lógica y racional sobre la imposibilidad de tragarse la lengua funcionó. La única estrategia que mostró resultados positivos fue exponerse a lo temido: "¡Tráguese la lengua, inténtelo, a ver si es capaz!" Después de varios ensayos infructuosos, la retroalimentación fue concluyente: "Sí, usted tenía razón, no puedo", dijo evidentemente aliviado.

¿Qué proceso intervino para que mi paciente finalmente lograra modificar su creencia irracional? La realidad, ella se impuso de manera correctiva, los hechos le mostraron de manera irrefutable lo absurdo de su creencia. Una experiencia vital vale más que mil palabras (o muchas horas de consulta). La información que llega de la experiencia directa es mucho más terapéutica que la teoría, aunque las dos son necesarias. Como veremos en la tercera parte del libro, la primera es la fuente de la sabiduría y la segunda, el fundamento de la erudición. Conozco muchas personas desbordantes de conocimiento científico pero sin sentido común.

El camino es aquietar la mente e inducirla a que se mire a sí misma de manera realista. Una mente madura, equilibrada y que aprenda a perder. Una mente humilde, pero no atontada. Una mente abierta al mundo, vigorosa y con los pies en la tierra.

Walter Riso, Extractado de Pensar bien, sentirse bien