Se abre la sesión. Cabezas y Corazones ¡Hagan Juego!

La elección de pareja parece ser fruto de un reparto de cartas con tan solo dos palos: corazones y cabezas. A partir de ahí, unos buscan a los otros y comienza el juego de armonizar diferencias. Al principio, cada palo alucina con el otro y celebra excitado su llegada. Más tarde llegan los juicios y rechazos al compatibilizar el enfoque de un ver, sentir y hacer lo que nada tiene que ver con la propia gafa. Por último, si el juego ha sido bien trazado, cada uno pasa un tiempo ensayando el papel del otro y, finalmente, misión cumplida, la completitud funciona.

¿En cuál de los dos tienes más acentos con tu actual pareja? En esta ocasión y aunque todos las personas tenemos toques de uno y otra, no vale repartir porcentajes, sino captar el acento global de la partida que más o menos toca.

Veamos, los corazones parecen más vulnerables y juegan a sensibilidad, afecto y entrega. Las cabezas parecen más duras, y operan desde la eficacia, el orden y la independencia. En realidad son las cabezas las vulnerables, y por ello se blindan como defensa a su sensibilidad aguda. El caso es que los corazones aunque parece que necesitan al otro y se apoyan, tienen más recursos de lo que parece, en realidad fluyen sin planificar y tratan de evitar el caos, armando el rompecabezas.

Los corazones desean complacer, se rayan ante la violencia y toman medidas de introversión cuando el peligro acecha. Las cabezas por el contrario saben que a poco que se entreguen y concedan, perderán el efímero mando que manejan, un aspecto por el que poniendo inteligencia avanzan activas como sea. Los corazones sienten, las cabezas piensan. Y ambos buscan atención plena.

A veces los corazones que tanto sienten, parecen tímidos. Y las cabezas que tanto calculan se manifiestan “lanzadas”. Unos echan de menos el abrazo vinculante que los protege, y las otras el poder que les confiere el salir de la ignorancia. Los unos desean querer y ser queridos, las otras no reconocen tal necesidad, por lo que se ocupan de abrir abanicos de opciones, no vayan a ser abandonadas.

Para unos será el abrazo afectivo lo que les “pone”, y para otras el poder de ejercer sus talentos en la plaza, energías ambas que reflejan el baile de opuestos que nos regala este planeta dual en el que no tenemos otra que reconocer, aceptar e integrar diferencias.

Lo más curioso de todo esto es que los corazones tienen la cabeza muy dentro, y lo mismo pero al revés, les sucede a las cabezas. Entonces ¿de qué va el juego? Pues tal vez de descubrir que eso que está fuera, es una parte de uno que al exterior se proyecta. Recordemos el arcano mayor de La Templanza: la cabeza en el corazón, y el corazón en la cabeza.
En la medida que reconozcamos que en realidad somos ese opuesto manifestado en quien de cerca nos acompaña, llegaremos a la conclusión que es mejor tener los defectos que vemos en el otro bien a raya, es decir, bien mirados ahí cerca pero en la distancia justa con nuestra pareja. Comprenderemos que precisamente tales defectos que nos parecen insoportables, resulta que al descubrirlos como propios, son justo el gran servicio de maduración que ejerce nuestra querida y odiada pareja.

Al parecer el juego está en descubrirse poco a poco en el otro, justo en lo que uno cree no ser, sin duda todo un camino que tiene que ver con el reconocimiento, y la aceptación e integración de la propia sombra.

Lo normal ante lo que nos irrita es echar los balones fuera, y pensar que no hay quien aguante a la persona que acompaña nuestra existencia, sin embargo cuando tenemos en cuenta que todo lo insoportable que vemos en ella, está en el interior de nuestra persona, las cosas cambian, y entonces preferimos tener todo ese mal rollo, delante, fuera y a raya.

El juego de las polaridades está servido. ¿Objetivo? Aflorar dentro lo que uno en la vida acompaña fuera. ¿Cómo? Con un kilo de compasión, paciencia y autoconsciencia. Aún así habrá que pinchar la arrogancia y el particular catálogo de exigencias. Convoquemos a la humildad y reconozcamos que cuando cese la galerna, volveremos a apreciar lo que un día nos unió en la aventura de la conciencia.

Ataques de ego los tenemos todos, pero también recursos para abrir el paraguas y esperar que pase la tormenta. A veces, conviene retirarse, y otras lograr estar presente, sosteniendo, lo más callados posible, mientras el otro saca sus demonios y pone en orden su casa.

Los corazones son cooperativos y colectivistas, las cabezas se expresan individualistas y competitivas. Los unos velan por la salud del grupo, los otros superan marcas y ambos al final benefician a la comunidad entera. En realidad el corazón parece más femenino al tiempo que los valores masculinos parecen venir de la cabeza. A veces los hijos se cruzan y si el padre es corazón, la hija sale amorosa y cooperativa, al tiempo que el hijo pilla el programa de la madre, tan masculina y cabecita como ella.

El corazón se muestra caótico pero perseverante, la cabeza parece tener ideas claras, pero con más facilidad abandona. Uno es algo lento y de largo recorrido, la otra es rápida pero en distancias cortas. Mientras que el corazón tiene motivos para ser y moverse, la cabeza busca estímulos que la enciendan. A veces los unos aman porque sí, porque se sienten protegidos por quien maneja agenda, al tiempo que las cabezas aman tan solo porque admiran, y precisan de cualidades ahí fuera que “devuelvan” y justifiquen su presencia.

Los corazones unen y relacionan, las mentes clasifican y analizan. Y el trabajo de ambos es integrar en una síntesis perfecta, lo que cada cual ve en el otro y antes no expresaba. La vida es extraña, nos regala la mitad implícita y la otra mitad expresa. Gran trabajo ese de la pareja, ya sea de amigos, de amantes o de familiares de la manada.
Los corazones se adaptan, las mentes exigen y condicionan. Los corazones tienden a disolver y soltar, las mentes por el contrario coagulan y centran. Los unos cantan y crean, las otras organizan y controlan. Y así como la cabeza conduce el carro, el corazón inspira la jugada. Mientras que la una piensa, discierne y cavila, el otro intuye, fluye y abraza. Y ambos se dirigen a la conciencia despierta.

Dos realidades aparentemente separadas que no existirían la una sin la otra. Y sucede que conforme el contacto con el otro avanza, nos reconocemos corazón y cabeza. Gran boda alquímica la que nuestros opuestos internos celebran.
Herman Hesse, aquel visionario que escribió Shidarta, decía que el mundo estaba conformado por dos tipos de personas: los racionales y los piadosos. Pues bien, el gran juego está servido, es tiempo de reconocer dentro, tiempo de abrazar e integrar, tanto lo que nos gusta como lo que no nos gusta, de la persona o comunidad que más cerca nos opone y acompaña.

Los seres evolucionan veloces. Y en el gran juego se ve cada día un mayor número de personalidades integradas. Se trata de entidades que bailan con los opuestos internos y se relacionan desde la afinidad y las resonancias. Bienvenidas pues las naranjas enteras.


Escuela española de Desarrollo transpersonal .

NO ESTÁS DEPRIMIDO, ESTÁS DISTRAIDO





No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla.
Distraído de la vida que te rodea: Delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones.
Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubistein interpretaba como nadie a Chopin a los 90. Sólo citar dos casos conocidos.
No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada.
Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.
Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida. Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo".
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.
Además, la felicidad no es un derecho sino un deber porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un sólo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mando matar seis millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mäiller, Mozart, Chopin, Beethoven, Caraballo, Rembrandt, Velásquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.
Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas ... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo tanto, fácilmente feliz. Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.
No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.
Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruyan hay millones de caricias, que alimentan la vida.
Pocas cosas tan bellas he recibido como estas palabras, que me parecen salidas no sólo de una alma buena, pero sobre todo muy humana. Ojalá y lo disfrutes tanto como yo y ojalá y todos los practiquemos. ¡A vivir se ha dicho! Y ¡Menos quejas! ¿No crees?.

por Facundo Cabral


Descubre que es el ego y como identificarlo




Decidí escoger especialmente éste tema, porque creo que es una de las grandes bases de la transformación y del crecimiento personal. Durante toda mi vida, siempre sentí un profundo sentimiento de insatisfacción y de soledad que me acompaño hasta que decidí profundizar en mí y en por que no terminaba nunca de ser feliz.



Estaba convencida que por alguna razon, los demás no deseaban mi compañía o que el otro no cubría todas mis necesidades. Siempre tuve problemas de autoestima, me desanimaba con facilidad y me deprimía mucho no entender porque pese a que era consciente que tenía todas las cosas necesarias para ser feliz: un cuerpo sano, dinero, casa, una pareja ideal, coche, un gato ( que siempre quise tener uno), me podía comprar lo que quería, vivir plenamente haciendo lo que me apeteciera formando una vida independiente y disfrutando de todo eso con mi pareja... lo que podria decirse una vida con libertad y amor. Y pese a todo eso, donde no solia mirar todos los dias, me encontraba triste, deprimida, porque aun sentia que me faltaba algo. Y aunque investigaba dentro de lo que conocía, nunca llegue a saberlo... en ese momento y como necesitaba un culpable, le toco al que tenia mas cerca, y eche sobre mi pareja toda mi frustración, sin embargo, viviamos una relación muy dependiente, con lo cual todo reclamo que yo le hacía el procuraba cumplirlo. Cuestión que me frustraba aún más, porque pese a que cumplia mis exigencias, yo seguía sintiéndome insatisfecha. Es por ello, que sin ninguna razon demasiado sólida decidí cortar la relación, pero como no sabía como hacerlo, use a una tercera persona de trampolín, pensando que esa tercera tendría todo lo que yo anhelaba y encontraría al fin la felicidad.



Nada más alejado de la realidad, pues independientemente de la persona, no me permiti vivir un duelo de una relación que duro mas de 6 años si no que ademas, quise acoplarme a la vida y a la forma de otra persona, con los mismos esquemas que crei “universales” en cuestion de pareja. Y me encontré con un muro. Estos dos eventos importantes que se dilataron casi un año, me hizo verme en una situación emocional que se volvio incontrolable durante bastante tiempo, no solo no me reconocí si no que además todas mis creencias del mundo fueron cuestionadas.



Después de eso, no me quedó duda en saber que habia algo más de lo que conocía y me empece a plantear muy seriamente investigarlo y profundizar en ello. Es por ello que el tema del ego me parece sumamente acertado, pues cuando éste se derrumba por alguna gran caida que suframos en nuestra vida, si no sabemos identificarlo y manejarlo, puede sumirnos en un estado de sufrimiento de gran duración. Creo que es una parte importante en la autogestión de nuestros cambios internos porque es la base de donde radica todo nuestro sufrimiento.



¿Que es el ego?

La pequeña palabra "ego" ha tenido varios significados. Para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad. El ego, por lo tanto, es el punto de referencia de los fenómenos físicos y media entre la realidad del mundo exterior, los ideales del superyó y los instintos del ello.

Para el psicoanálisis freudiano el ello está compuesto por los deseos y los impulsos. El superyó (superego), en cambio, está formado por la moral y las reglas que un sujeto respeta en la sociedad. El yo (ego), por último, es el equilibrio que permite que el hombre pueda satisfacer sus necesidades dentro de los parámetros sociales.

La definición académica sitúa a la persona con "problema de ego" como jactanciosa, egoísta, desdeñosa, vanidosa y, por lo general, desagradable, o también, la persona dedicada al odio, la malicia y la destrucción. También se ha considerado al ego como algo que está dentro de nosotros, controlando nuestra vida cotidiana, presionándonos para que mostremos una "buena imagen". Atención: Se puede ser altruísta y bondadoso para mostrarse ante los demás... y eso también es ego. En terminos más sencillos el ego no es si no la idea que cada uno tiene de sí mismo. Es decir, que el ego no constituye mas que una idea, una ilusión, pero una ilusión que ejerce gran influencia.



Todo comienza desde que somos niños en el seno familiar en la figura de la madre y el padre que son los que crean nuestro mundo. Y cuanto más crecemos, más complejo se vuelve el ego, porque las opiniones de muchos más son reflejadas, alejándonos cada vez más de nuestro verdadero yo. Así nace lo que Edgar Tolle se refiere como el “yo falso” que es el que hemos construido con el tiempo en base al ego. Hasta aquí no habría ningún problema pues esta construcción es la que nos ha ayudado a desenvolvernos y relacionarnos con el mundo. Sin embargo, el ego basa nuestro bienestar y malestar en cuestiones ajenas a nosotros y por lo tanto en algo que no podemos controlar. Y es en este esquema donde se produce la base de todo el sufrimiento que nos rodea, pues nos creemos libres, cuando en el fondo nuestro bienestar depende de los demás. Es en este momento, donde le echamos la culpa al mundo de nuestro sufrimiento y vivimos constantemente creyéndonos víctimas de nuestra mala suerte o nuestro destino, cayendo así en un círculo vicioso del que nos sentimos atrapados y de difícil solución.


En esencia, el ego o idea de uno mismo,  supone una forma distorsionada de afirmar y vivir la existencia. A esta máscara social (el ego) le gusta la aprobación, quiere controlar situaciones y personas, y se apoya en el poder porque vive en el temor.



Es en base a todo lo comentado, que a través del ego buscamos desesperadamente en el exterior nuestra felicidad. Es por ello, que nos cuestionamos, que es lo que nos hace falta para poder ser felices, proyectándonos de ésta manera en un futuro que solo existe en nuestra imaginación con ese objeto, sensación, circunstancia etc que no tenemos en el ahora. Y así constantemente, impidiendonos alcanzar finalmente nuestra felicidad plena.



Las estrategias del ego



Diferentes personalidades

El ego se caracteriza porque en su estructura esta formado por múltiples personalidades o personajes que de forma inconsciente nuestro ego escoge como buenamente a ido aprendiendo de su entorno y conforme a lo que le han enseñado para resolver un conflicto emocional, un comportamiento, un miedo, una sensación o un pensamiento. De ésta manera, dentro de nosotros en una situación concreta somos poseídos por un personaje que interpreta su papel. Ya sea nuestro “yo salvador”, “yo valiente”, “yo timido”...



Y aunque todos tenemos formas parecidas de sub-personalidade, la diferencia es que en la misma circunstancia no todos aplicamos o utilizamos la misma. Eso es lo que diferencia a una persona de otra ante un mismo evento. Nada más y nada menos que el sub-carácter del ego que toma control del mismo y reacciona de una u otra forma según sus cálculos de probabilidades, expectativas y confianza en su misión última. Todas esas vocecitas internas y diferentes que tomamos en nuestra cabeza son los denominados “arquetipos del ego”, según explica Jung en su trabajo en el desarrollo de los arquetipos de la humanidad.



Somos muchas personalidades a la vez y tenemos muchas máscaras.El hecho de saber reconocerlas cuando estan usurpando a nuestra verdadera personalidad es lo que nos permite desenmascararnos y poner a nuestro ego donde le corresponde, es decir, a uestro servicio. Nuestro ego es realmente una voz en nuestra cabeza que toma mil caras distintas, pero no nos representa. No confundirlo y aprender a reconocerlo es el descubrimiento de toda una fachada que se cae de repente y que te muestra las cosas desde otra perspectiva, más sana y amorosa.



Auto-alimentación del ego
Nuestro ego  necesita una fuente de energía para sobrevivir por sí mismo y realizar su función que es hacer que el ser humano “sobreviva”. El ego tiene que manejar las emociones y sentimientos hasta tal punto, que muchas veces prefiere protegernos de ellas y no lidiar con la carga energética que suponen. Además, también se alimenta de nuestros pensamientos generados en nuestra mente en según que situaciones. Por ejemplo en una situación de sentimiento de injusticia, tu ego se podría alimentar en la recreación en una posible venganza hacia esa persona que te hizo algún mal. Así el ego genera éste tipo de pensamientos para poder alimentarse, porque una de sus partes se ha sentido herida cuando te han hechado la bronca y debe sacar su lado vengativo. Sabe que no harás de verdad eso que le gustaría que hicieras, asi que te pone toda la situación en tu pantalla mental y la reproduce una y otra vez. Cada subpersonalidad se alimenta de ciertas emociones y puesto que la mente no distinga de algo real que ha sucedido o imaginado que ha sido visualizado, la emoción y la energía generada es la misma. Tu parte cobarde se alimenta imaginando como te defiendes y ganas una pelea, tu parte víctima se imagina humillando a personas con las cuales se sintió inferior etc...



Estas proyecciones mentales tienen tanto poder que alimentan más y más esas personalidades nuestras y, en vez de hacerlas desaparecer, consiguen que tengan cada vez más fuerza. Por eso, cuando te des cuenta tú mismo que estás imaginando situaciones de este tipo, representaciones teatrales en las cuales eres el protagonista tienes al ego generando energía para sí mismo. El ego no tiene porque jugar ninguno de éstos papeles ( “vengador”, “salvador”, “víctima”) el ego debe ejecutar nuestro rol social a partir de las instrucciones de nuestro yo interior, que siempre nos guiará con sabiduría si aprendemos a escucharle.



Trascender al Ego

Citando a Tolle cuando habla sobre el ego, explica que nos solemos mover principalmente en dos tiempos: pasado y futuro, siendo el presente un simple puente de enlace en estos dos. Ambos son espacios que solo estan en nuestra mente, no son reales, por lo tanto no son controlables. Aunque de lo que si podemos estar seguros es en el Ahora o momento presente. Esto al ego le incomoda muchisimo, porque normalmente no esta satisfecho con su situación actual, lo podemos identificar facilmente cuando nos sorprendamos moviendonos: en la queja, el victimismo, el juicio etc.



Así pues la forma más efectiva de trascender al ego es siendo conscientes de nuestro ahora, dejando a un lado las proyecciones pasadas y futuras. De este modo, posicionamos al ego en una situación de incómoda ( pero necesaria) aceptación de nuestro momento actual, porque lo que es ahora, es lo que es y no es modificable. Sin embargo y llegados a este maravilloso punto, la buena noticia es que el exterior no se puede cambiar, pero si podemos cambiar como nos afecte a nosotros y el primer paso para conseguir la transformación interior es practicar la desidentificación del ego, esto nos sitúa en un cambio de paradigma que nos obliga a experimentar y a crear experiencias reales. El ego en su “buen hacer”, intenta protegernos de las experiencias todo lo posible, nos aleja de los “peligros” que otros dicen haber experimentado, creando de forma inconsciente una jaula que nos protege de supuestas posibilidades “negativas” encerrandonos en una burbuja de protección que nos aleja de  nuestro principio básico que es la creación de experiencias, o dicho de otra forma vivir la vida. Cabe destacar con todo ésto que no quiero decir, que lo eliminemos o lo ataquemos, al contrario, al desidentificarnos de nuestro ego, es cuando conseguimos que no nos domine para poder emplearlo a nuestro favor y conseguir de éste modo, la felicidad plena en cada instante en el único espacio tiempo en el que nos situamos: el presente.


¿Como nos desidentificamos del ego?



Ser presencia

En primera instancia y como comentaba anteriormente, el primer elemento es el impulso de querer trascender a nuestro ego. Ésto es importante porque el ego, encontrará mil argucias para seguir teniendo poder en nosotros y una de ellas y la más común es el escepticismo, el miedo... a la entrada de un modo de hacer diferente, es decir, moverse por medio del Ser.



El Ser no cuestiona, analiza ni juzga, solo es presencia y observa, tanto los movimientos externos como los internos. Empieza a mirar más detenidamente que es lo que ocurre en nuestro interior, como reaccionamos en diferentes ocasiones, de donde vienen nuestros pensamientos hasta encontrar el pensamiento iniciador y se mueve por impulsos e intuiciones. Es decir, el Ser tiene carácter de no forma por ello no es tangible, ni visible y eso va en contra de las normas del ego, que necesita control a su alrededor para sentirse seguro. Mientras que el Ser procura “des-protegerse” abrirse a lo desconocido porque entiende perfectamente las leyes de la vida que son la in-permanencia, el fluir y el Ahora, porque en el fondo no hay nada de que protegerse.



Es un cambio de paradigma y esto el ego no lo puede entender, es imposible intentar llevar a cabo el camino de la liberación del ego a través de él, porque él no puede auto-sabotearse, incluso entenderá que es ¡una locura!¡te vas a volver loco, no sabrás quien eres!. Trascender al ego significa ésto que estamos hablando, ver más alla de él, dejar que sea el Ser quien nos dicte, porque solo a través de él podremos construir nuestras verdaderas experiencias y vivir una vida auténtica.



Un ejercicio práctico que podemos llevar a cabo para ayudarnos a vivir el presente es prestando atención a los movimientos rutinarios que hacemos normalmente de forma automática, como por ejemplo, atender nuestra respiración, estar atentos en el momento en el que entra y sale de nuestra nariz, la sensación que se produce cuando inspiramos y expiramos y recrearnos en esto; prestar atención a nuestro alrededor observarlo como si nunca lo hubiesemos visto; atender cuando subimos las escaleras; Escuchar el cantar de los pajaros... Todo ello nos genera una sensación de presencia silenciosa y nos distinguimos en un estado de paz interior. 



Evitar alimentar al ego

Cuando escuchamos a un pensamiento, nosotros somos conscientes de él y además somos conscientes de ser testigos de él. Esto es lo que se denomina una nueva dimensión de conciencia. Mientras escuchamos al pensamiento somos capaces de sentir una presencia consciente, denominado “yo profundo” o “Ser”, que se localiza más allá del pensamiento. El ego entonces pierde su poder sobre nosotros y se calma al no recibir la energía que producimos al identificarnos con él. Este sería el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.

Cuando ocurre ésto, se experimenta una discontinuidad en la corriente mental, o como explica Tolle: “una brecha de “no mente”. Cuando comenzamos este proceso del “darse cuenta” vislumbramos pequeñas rupturas en la continuidad del fluir mental, esperimentando una sensación de paz y quietud. Comenzamos pues, a encontrarnos en nuestro estado de percepción y en sintonía con nuestro “Ser”, estamos más despiertos y nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor porque no hay ninguna niebla de pensamientos que lo obstruya. Es por ello, que podemos estar más alerta y más despierto porque vivimos completamente en el presente y empezamos a manejarnos y trabajar en él.





Observar nuestras emociones

A través de nuestras emociones podemos conocer también a nuestra mente, pues nuestro cuerpo nos dará un reflejo verdadero. Si hay un conflicto aparente entre ellos, la cabeza me dice que si, pero mi corazón me dice que no... será la emoción la que diga la verdad. Ojo, no la verdad última de quienes somos pero si la verdad relativa de su estado mental en ese momento. El conflicto entre los pensamientos superficiales y los procesos mentales inconscientes son muy comunes. El inconsciente no lo podremos conocer como tal a través de la mente pero si a traves de nuestro cuerpo por medio de las emociones. Por eso, escuchar nuestras emociones, escuchar nuestros movimientos emocionales, nos acerca a conocer a nuestro “yo falso”.



Una práctica interesante para poder estar más atentos a nuestras emociones es que cuando seamos conscientes de una emoción preguntarnos a nosotros mismos ¿que estoy sintiendo en éste momento? Y es la practica de observarlas lo que las hace salir a la luz.



Este proceso no es facil, porque normalmente si no estamos siendo presencia, es probable que la emocion se apodere de nosotros y tomen el control nuestra mente y nuestra emoción. Experimentando un circulo vicioso en el que la mente alimenta la emoción y la emoción alimenta la mente, que se mantendrá lo que dure el conflicto. Es por eso que en estos casos de no presencia una practica sana sería la de acudir a ese momento por medio del recuerdo y observar con mayor calma que procesos mentales y emocionales se estaban moviendo en esa situación.





El tema del ego es muy extenso y hay muchos puntos que merecen la pena ser tocados, aquí he  desarrollado los que creo más esenciales, aunque hay muchas técnicas y procesos para el despertar puesto que, dependiendo de la persona y en su vida personal pueden existir una serie de bloqueos o paradigmas muy afincados como ciertos. En cuyo caso, el proceso del despertar es una practica comprometida con nosotros mismos y que nos acompañará toda la vida, puesto que el ego siempre va a estar ahí y no sabemos realmente que estrategias inconsciente hemos aplicado para sobrevivir en el mundo y que ahora se apoderan de nosotros. Aunque las cosas son más simples de lo que parecen, estar afincados en un estado mental y no saber salir de él crea mucho sufrimiento innecesario. El ego se mueve en dos emociones todas las demas son sub-categorías de estas pero en resumen todo parte de una emoción de amor y de miedo. El ego se mueve principalmente en el miedo y es asi como se alimenta, mientras que el ser se mueve en el amor. Saber discernir estas dos y aplicarlas constituye un gran paso hacia nuestra liberación y es la base de todo nuestro sufrimiento.



Seamos amoroso con nosotros mismos y seremos amorosos con el mundo.



La proyección es la base de toda percepción. El mundo que ves es lo que tú has puesto en él y nada más. () Es el testimonio de tu estado mental, la imagen exterior de un estado interior. Tal como una persona piensa, así percibe. Por lo tanto, no intentes cambiar el mundo; opta por cambiar tu manera de pensar el mundo. Anónimo


 Gema Segundo .Diseñadora e Ilustradora