UBUNTU: SOMOS UNO



"Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y le dijo a los niños que aquel que llegara primero ganaría todas las frutas.

Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, después se sentaron juntos a disfrutar del premio.

Cuando él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: UBUNTU, ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?

UBUNTU, en la cultura Xhosa significa: "Yo soy porque nosotros somos."

 

 

 

 

 

 


La canción de tu vida




Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan hasta que aparece la canción del niño. Saben que cada alma tiene su propia vibración que expresa su particularidad, unicidad y propósito. Las mujeres entonan la canción y la cantan en voz alta. Luego retornan a la tribu y se la enseñan a todos los demás.

Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción.

Luego, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le canta su canción.

Cuando se inicia como adulto, la gente se junta nuevamente y canta.

Cuando llega el momento de su casamiento, la persona escucha su canción.

Finalmente, cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su cama e igual que para su nacimiento, le cantan su canción para acompañarlo en la transición.

En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual los pobladores cantan la canción. Si en algún momento durante su vida la persona comete un crimen o un acto social aberrante, se lo lleva al centro del poblado y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor. Entonces le cantan su canción. La tribu reconoce que el castigo no es la corrección para las conductas antisociales; es el amor y el recuerdo de su verdadera identidad.

Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros. Tus amigos conocen tu canción y te la cantan cuando la olvidaste. Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o las oscuras imágenes que muestras a los demás. Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu totalidad cuando estás quebrado; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estás confundido.

La felicidad está dentro : la Anciana y la aguja


 
 
 
Quería compartir con vosotros este precioso cuento que ha llegado hasta mí como un propósito más de ayudar al ser humano en su despertar espiritual. Que lo disfrutéis.

Una anciana buscaba con visible preocupación un objeto por el angosto empedrado de una concurrida callejuela. Enseguida, un atento muchacho, percibiendo el apuro en el que se encontraba la mujer, se dirigió a ella diciendo:
–¿Qué busca, señora? Tal vez yo pueda ayudarle.
La mujer alzó el rostro sorprendida y contestó:
–Busco una aguja que se me ha perdido hace un momento, si es tan amable, le agradecería el gesto enormemente.
–Por supuesto –contestó el joven, pensando en la sencilla aguja–. Será un placer.
Y de esta forma se puso a buscar junto a la anciana la aguja perdida.
Pero pasaba el tiempo y no encontraban nada, al menos no lo que buscaban con tanto ahínco. Muchos viandantes que pasaban por allí se incorporaron a la búsqueda, llegando a la desesperación y desistiendo al poco tiempo.
El primer joven que se había acercado a ayudar a la mujer anciana, confuso por la infructuosa búsqueda, tuvo una idea: le preguntaría a la mujer dónde la había perdido y se pondría a buscar en aquel lugar. La mujer le respondió:
–La perdí en casa pero he salido a la calle a buscarla porque aquí hay más luz.
El muchacho quedó atónito, casi avergonzado por la respuesta.
–¡Pero, señora! –le replicó algo indignado–: ¿No cree que lo acertado sería buscarla en su casa pese a que en la calle haya más luz?
La mujer sonrió levemente mientras una mirada de compasión asomaba a sus ojos.
–¿Parece absurdo, verdad? Pero, descuide joven, porque no lo es. Yo también llevo años sufriendo por muchos de ustedes…–explicó la anciana–. El problema de muchas personas es buscar fuera lo que tienen dentro, pues el miedo no les deja ver bien en su propio interior.