DEMOCRACIA Y LOS MECANISMOS INCONSCIENTES DE LA MENTE




Hace años, mejor, siglos, que venimos apoyando, peleando, y juzgando a todos los sistemas, gobiernos, y líderes que rigen nuestro planeta. Parece no haber ningún acuerdo. Navegamos entre el inconformismo, la queja de bar, la indiferencia, y los actos de protesta rebeldía e indignación. Parece ver una brecha entre las nuevas llamadas New Age hacia transcender niveles de Consciencia Superiores y lo que la tele, periódicos y el común de la masa percibe sobre esta Crisis que es planetaria. Conversando con mi compañero en estos días con respecto al incidente ocurrido en estos días ( febrero 2012), con los estudiantes de IES Luis Vives de Valencia, y todo el movimiento de solidaridad que ha creado en España, comenzamos a preguntarnos qué relación pueden tener los Niveles de Consciencia, los mecanismos Inconscientes de la psiquis, y la democracia que parece estar presente de palabra pero no de obra. Para comenzar, son humanos los que están participando en los hechos, tanto en el rol de Poli, como de estudiante, profesor, presidente de Gobierno etc. Cada uno jugando un “Papel”, un rol según sea o crea que es conveniente. Quisiera abordar, mi reflexión primero remontándome a la raíz etimológica de la palabra Democracia, viene del griego demokratía ‘”gobierno del pueblo’”, formada por demos ‘”pueblo’” y kratein ‘gobernar’, de kratos ‘”fuerza’”. Juego con las palabras, gobierno del Pueblo, Fuerza del Pueblo, Gobierno Fuerza. Dice el Diccionario sobre el significado de Democracia: "Sistema político en el cual el pueblo ejerce el gobierno directamente o a través de la elección de representantes". Pues estos significados no parecen coincidir con la impresión de miles de personas en este planeta. En España, que es donde resido actualmente, uno de los lemas del movimiento de los Indignados del 15M es “DEMOCRACIA REAL YA”. Y aquí surge mi pregunta, ¿Se puede obtener una democracia real, es decir, justa, equitativa, sabia, honesta, compasiva, bondadosa cuando nuestros niveles de consciencia no reflejan dichas cualidades? ¿Acaso el sistema corrupto este nos refleja como Consciencia? Mírese un momento al espejo y pregúntese si esos juicios que atribuye a otros, no están dentro de Ud. Mismo. Respírese tranquilamente, la pregunta, mire si ve un rabo oscuro que le avergüenza. Mírelo atentamente.

Ahora bien, remembrando las clases de latín, y la tan aparente, ausente Democracia, se me viene a la mente la sentencia “VOX POPULI, VOX DEI” La Voz del Pueblo es la Voz de Dios. Y Yo digo que sí y no. Y es que un pueblo puedo poseer la Voz de Dios o no tenerla, no conocerla. Porque para encarnar la voz de Dios primero se debe “Conocer” o mejor experimentar a Dios, a Dios y Diosa Interna, en conclusión, encarnar nuestros maestros internos. Hace años que resuena en el tiempo: “Hombre Conócete a ti mismo, y conocerás al universo y sus Dioses”. Pero no me malinterpreten porque no estoy hablando de religión, estoy hablando de AUTOCONOCIMIENTO, Y AUTOEXPLORACIÓN, como diría Krishnamurti : “Una Revolución de la Mente” Pero qué pasa si hace años que nos vienen enviando maestros, señales, avisos y parece no ocurrir cambios reales, seguimos peleándonos como antes. (la historia lo refleja claramente).

Entonces ¿Qué es lo que hace que sigamos caminando siempre por la misma calle, y que caigamos siempre en el mismo hueco? ¿Por qué no somos la VOZ DE DIOS? ¿por qué si sabemos que nos hace daño, seguimos la misma dinámica autómata? Y aquí es dónde quiero que conozcan a Annie Marquier, una interesante mujer francesa, investigadora de la Consciencia que ha realizado un modelo interesante en su libro “Libertad de Ser” que describe en un lenguaje accesible, los Mecanismos de defensa del Inconsciente y las estrategias de la mente inferior ( EGO) para auto-protegerse. Según el modelo, hay 5 Estructuras, o muros de contención que se forman a causa de una “memoria Activa” Es decir, una circunstancia en que la persona interpretó una situación con estrés, como dolor físico y psicológico. Entonces, la mente para auto-protegerse en el futuro monta una “muralla” para evitar que sucede el mismo dolor, como resultado, el individuo mira las cosas desde ese filtro basado en una experiencia pasada. Es decir, la percepción de la realidad se distorsiona totalmente. Pero y esto ¿qué tiene que ver con la Democracia y el sistema? Pues que mientras estemos en la “Trampa de las Estructuras Inconscientes” Somos autómatas y no podemos elegir realmente, leáse bien, no podemos elegir libremente porque estamos viviendo desde un mecanismo, osea, desde la no creatividad de nuestro Ser, o nuestro Maestro. Pongo un ejemplo cuando sale y pasa por las tiendas no puede “resistir” comprarse algo?¿Comprar le tranquiliza?¿no puede parar de comer chuches o pipas? Pues eso tiene que ver con la Estructura Oral que tiene su origen en una memoria activa relacionada con carencia, vacío, psicológico o físico, miedo a la pérdida, al abandono. La mayoría de la massa, que sostiene toda la industria del consumismo, está bajo la influencia de este mecanismo inconsciente. Nos venden pastillas físicas, para males metafísicos. No basta con criticar a quiénes consumen, sino comprender que son seres humanos poseídos por mecanismos que están por fuera de su foco de atención. Es importante saber que los mecanismos no son las personas, somos mucho más, pero es misión de cada uno investigarlo.
Ahora bien, Otra estructura interesante es el sistema de defensa Maso, su carga emocional está relacionada con impotencia, cólera, resentimiento, parte del miedo a ser maltratado, despreciado, manipulado y explotado, por lo tanto actúa o como sumiso, o como rebelde. Esto me recuerda a un escritor Español (no recuerdo el nombre), que era antifranquista, cuando Franco murió, estaba desolado, y le preguntaban el por qué y dijo: “ Ahora a quién voy a atacar?” Luego se volvió anti-comunista. El rebelde siempre necesita una energía de oposición, lo curioso es que al oponerse, le da más energía a su “enemigo” Ley física: Si empujas, habrá resistencia. No digo que sea malo o bueno adoptar una postura, lo que digo considero es que es importante averiguar cuáles son las reales motivaciones que nos llevan a comportarnos cómo nos comportamos. Cuando yo simpatizaba con el comunismo, exigía Justicia al mundo, ¿Por qué? Porque en mi infancia tuve la sensación de que no fueron justos. Desde que comencé a trabajar esos aspectos internos de mi pasado, se acabó la “Che Guevara” que estaba en mi. No era real, era una postura intelectual en respuesta a una herida del pasado. Esto no le gusta a los revolucionarios, y es respetable, aún necesitan pelear, están en su derecho. Todo es necesario. Pero exigirle al mundo lo que no nos dieron en la infancia es una vía muy dolorosa.



¿En qué nos convierte entregar nuestro verdadero poder personal a mecanismos Inconscientes de Defensa, osea al Ego inmaduro? Mire a su alrededor, y el pasado de la humanidad. En eso.


Si no conoce a su enemigo LOS MECANISMOS DE SU MENTE ¿Cómo va a librarse de su prisión?




De tal suerte, con respecto, a la “Democracia Real” yo me pregunto ¿Cómo se puede esperar la democracia real, basada en la libertad, sabiduría, compasión, etc, cuando nuestras acciones, están basadas en mecanismos Inconscientes repetitivos? Por cierto dichos mecanismos SON ALIMENTADOS POR TODA LA INDUSTRIA, Observe esta, se alimenta el miedo, toda crisis comienza por la tele, toda pandemia comienza por los medios. ¿Quién se beneficia con que ud. Sea poseído por la Estructura Oral ( vacío, necesidad de llenarse física o psicológicamente)? ¿Quién se beneficia con que ud. No descubra la verdadera Voz de Dios? Por lo tanto, NO PUEDE HABER DEMOCRACIA CUANDO EL MISMO SISTEMA QUE DICE PREGONARLA, NOS INDUCE ( Y NOSOTROS OBEDECEMOS, TOMANDO POR OBEDECER EL NO SALIR DE LA CÁRCEL MENTAL DE LOS PATRONES REPETITIVOS Y CONDICIONAMIENTOS) A LA NO REALIZACIÓN DE NUESTRO DIOS INTERIOR. Pero cuidado, esa no es su responsabilidad, el sistema no es nuestro Padre y nosotros sus hijos pequeños indefensos. TENEMOS EL PODER de dejar de ser manipulados primero trabajando con nuestro peor enemigo: ESA VOCESITA en la cabeza que no se calla nunca, ella ha sido creada para estar de acuerdo con todo lo que el mundo externo cree que es correcto.

Para finiquitar, considero que mientras la humanidad no transcienda la “mente inferior” es susceptible de ser manipulada por otros. También, debería “invalidarse” a todos los sistemas del mundo, porque son sostenidos a costa de nuestra esclavitud mental, son alimentados por nuestra miopía espiritual, a la luz de esto, cómo se puede confiar en las elecciones que nosostros mismos hacemos si no las realizamos desde nuestro verdadero conocimiento de nosotros mismos, desde nuestra sabiduría interna? ¿Cómo se puede hablar de elección, libertad, cuando ni siquiera somos capaces de dejar nuestros vicios ( especialmente mentales)? Mientras sigamos ahí, estamos en la trampa. Considero que el simple hecho de ser conscientes, al menos intelectualmente, de que no somos lo que realmente somos y que algo en nosotros nos impide ser, es un buen comienzo; considero que las verdaderas revoluciones deberían comenzar en una investigación exhaustiva entre padres e hijos que miran sus pasado y su árbol genealógico y todas las joyas ocultas en el mismo; es cuando el foco de mirada deja estar afuera, para venirse hacia dentro. Propongo que en cada casa padre y niños se analicen con amor sus patrones repetitivos, que se aprenda a usar el Tarot para vernos con compasión. El estudio de la Mente y sus tendencias no es algo que debería ser exclusivo de monjes Tibetanos, de Punset, o de Psicólogos. Si eres humano, y tienes una mente, una consciencia, ¿no es mejor que aprendas a conocerla para usarla tú, y no que ella te use a ti?


¿Quién necesita ver tele cuando se está despierto y la vida misma es su propio escenario? ¿Quién necesita de polis cuándo la gente ya conoce su bondad más fundamental y actúa desde ese centro? ¿Quién necesita terapeutas cuando tú mismo te acompañas y te observas y te sanas con tu luz interior? Esto me llevo a la conclusión de que EL SISTEMA EXISTE TAL Y CUAL COMO ES PORQUE CREEMOS EN ÉL y aunque hagamos contra-cultura, también seguimos creyendo y dándole más fuerza. Personalmente considero que las revoluciones sino van de la mano CON UNA CLARA TOMA DE CONSCIENCIA TRANSPERSONAL (más allá de la persona, del yo falso) se convierten en pataletas de ahogado. El sistema es como el ego y sus pensamientos cargados de pasado, emoción, miedo, sistema recompensa-castigo y dolor, cuando lo observas y eres EL TESTIGO ETERNAMENTE PRESENTE, desaparece. Por lo tanto: lo único que invalida un sistema corrupto, egoísta, insano, destructor de la madre tierra, que no tiene compasión ES LA LUZ DE LA CONSCIENCIA COLECTIVA. La revoluciñon de la mente.


¿Quién me va a “comer el coco” si yo ya sé porque estoy conectada con mi DIOS/DIOSA interna? ¿Para qué voy a usar tantas cosas si ya estoy llena de mi fuente interior? (que por cierto es gratis) ¿quién necesita de las empresas telecomunicaciones, si yo puedo conectar telepáticamente con mis seres queridos? ¿Por qué voy a necesitar de más si yo ya tengo mucho poder personal en mi corazón?¿quién me va a enseñar de Dios si yo ya lo he experimentado? SOMOS MAESTROS, engatusados, en un rol conductual, y aunque no lo sepamos, LO QUE ES, ES Y SIEMPRE SERÁ. Con amor,

Por Luna A. Barajas Montiel.Terapeuta Transpersonal.
 http://tarottranspersonal.blogspot.com.es


12 PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA



1. ORDENA TU VIDA

Sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida – Así que mientras menos posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar, organizar y mover, más próximo estarás de ser libre.

2. ELIMINA DE TU AGENDA LAS ACTIVIDADES Y OBLIGACIONES INNECESARIAS E INDESEABLES

Dile “no” a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria.

3. ASEGÚRATE DE QUE TU TIEMPO LIBRE SEA LIBRE

Pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película con un ser querido, cenar con los hijos o hacer ejercicio, es más inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las conversaciones inútiles.

4. SACA TIEMPO PARA LA MEDITACIÓN Y EL YOGA

Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un contacto consciente con Dios

5. REGRESA A LA SENCILLEZ DE LA NATURALEZA

No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza, camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el mar; siéntate frente a una fogata, monta a caballo o esquía en la nieve.

6. MARCA DISTANCIA ENTRE TÚ Y TUS CRÍTICOS

Dales una bendición silenciosa a quienes andan buscando defectos o son amigos de las confrontaciones y apártate de su energía tan rápido como sea posible.

7. SACA UN TIEMPO PARA TU SALUD

Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz ejercicio

8. JUEGA, JUEGA, JUEGA

Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar toda tu vida.

9. DISMINUYE EL RITMO

Cuando vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día gris. Siéntate en un centro comercial y observa cómo todas las personas parecen ir deprisa y sin rumbo alguno.

10. HAZ TODO LO POSIBLE PARA EVITAR LAS DEUDAS

Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida.

11. OLVÍDATE DEL VALOR EFECTIVO

No te niegues a los placeres de la vida por razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una rebaja.

12. ACUÉRDATE DE TU ESPÍRITU

Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética o difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás enca¬minado a la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres.

WAYNE DYER

Soy un verdadero escéptico. Más allá de los sentidos y del control social








Un escéptico es la persona que no cree. Sin embargo, es preciso creer en algo para sustentar el juego de la vida y encontrar un motivo para salir de la cama por la mañana. Por lo menos, es preciso creer que existe un suelo que te va a sostener. Realmente, la experiencia de la vida exige que depositemos confianza en un sinfín de cuestiones. Tenemos que creer en que cuando hemos abierto los ojos por la mañana existe una coherencia entre nuestras comprensiones acumuladas en la memoria y la realidad que ahí fuera nos aguarda. Y aún más, confiamos en poder pensar, hablar, comunicarnos con los demás e independientemente de lo que pensemos, hablemos u opinemos, depositamos automáticamente nuestra confianza en una enorme base de creencias irrenunciable si queremos compartir la realidad con los demás. De modo que, como vemos, escéptico estrictamente hablando, no es posible ser, ya que la experiencia depende de la creencia.

Escepticismo para justificar la estrechez de miras
Habitualmente, se suele asociar el término escéptico a aquella persona que tan solo cree en lo palpable, lo verificable por los sentidos y en aquellas creencias e ideas tradicional o científicamente aceptadas como ciertas. En mi opinión, no es adecuado llamar escéptico a este tipo de persona, aunque esté tan extendido este uso, ya que más bien es una persona que cree profundamente en sus sentidos y que no cree inconscientemente en “lo de siempre”. Puede tratarse de una persona con un tremendo miedo a resultar ingenuo, engañado o dañado, también puede ser alguien atrapado en el temor al rechazo, personas que quieren encajar y por ello asumen las creencias “socialmente verificadas y demostradas”, las menos extravagantes. La mayor parte de las veces son personas que emplean esta sobriedad científica y escéptica para justificar su estrechez de miras y su miedo a la apertura mental –siempre perturbadora.
Muy familiar nos resulta considerar que lo verdaderamente cierto –o evidente- es tan solo lo que nos muestran los sentidos, lo palpable, se trata de una de las claves del materialismo imperante. Sin embargo, los sentidos alcanzan tan solo a una finísima capa de la realidad: un conjunto de frecuencias bastante escaso para la visión, un espectro de vibraciones sonoras verdaderamente limitado, y ya no hablemos de las limitaciones experienciales del resto de los sentidos tradicionales. De hecho, las investigaciones con microscopio y desintegradores de partículas nos hacen ver lo radicalmente distinta que se muestra la realidad según el “aparato” que se emplea para observarla. Es una primera noción de que los sentidos solo nos dan acceso a un muy limitado nivel de la verdad.
Mas allá de las vibraciones que recogen y traducen en electricidad nuestros sentidos, nuestra mente organiza la percepción. Ahora si que podemos olvidarnos de la evidencia que los mal llamados “escépticos” atribuyen a los sentidos. Las creencias profundas de cada persona, criadas durante toda su experiencia vital, afectan poderosamente a la experiencia de lo percibido, aunque nuestros transductores -los sentidos- sean mecánicamente similares.

Economía interpretativa
Además, y por si fuera poco, nuestro sistema perceptivo automáticamente “modifica” lo que recogen nuestros sentidos con el fin de simplificar y facilitar la comprensión de lo percibido –como está ampliamente demostrado por la Gestalt- y dedicar menos energía a la interpretación de la realidad. Esta economía interpretativa con la que está dotada nuestra percepción da como resultado que, en gran medida, se podría decir que nuestros sentidos nos engañan. Existe un sinfín de dibujos y ejercicios visuales que demuestran tales anomalías.
Para no profundizar más en este asunto, basta preguntarte: si realmente solo crees en los sentidos ¿cómo puedes saber que piensas, sientes o te emocionas? ¿Niegas tu realidad más humana?
La genuina corriente filosófica del escepticismo, lejos de conformarse con los paradigmas sociales y muy lejos de la habitual adoración a los sentidos propia de la era materialista, pretendía precisamente una revolución en la comprensión de la realidad humana. Desde el siglo IV a. de C., se enfrentaron a la religión y sus conceptos de un dios creado a imagen y semejanza de las debilidades humanas, desafiaron a las supersticiones, a la moral –la existencia de lo bueno y lo malo- y desconfiaron de todo discurso que tuviera como bandera “verdad” alguna. Estimularon el relativismo y el subjetivismo que hoy tanta relevancia tienen en el nuevo pensamiento. El escepticismo profundiza en las raíces de la humildad, el reconocimiento de que todo saber humano es parcial y se enfrenta radicalmente a las ideas establecidas.
Bajo un punto de vista más profundo y, por supuesto, sencillo, el verdadero campo de creencias al que se limita un escéptico es lo que podríamos llamar el “sentir de la evidencia”, aquello que se siente como evidente. Como vemos, se trata de un sentimiento, algo intangible, claramente personal e intransferible, lo que define lo auténticamente evidente. Son nuestro sentimientos, y no nuestros sentidos, los que nos conectan con “la verdad” –o mejor dicho, nuestra verdad accesible en el ahora- seamos o no conscientes de ello.
El escepticismo nos invita a profundizar en una sincera y revolucionaria búsqueda personal más allá de nuestros sentidos y más allá de la conciencia social.
Yo creía que era un creyente, una persona de fe. Ya no lo creo. Al profundizar, me he dado cuenta de que soy un terrible escéptico. Un verdadero escéptico. Alguien que no cree en lo aparente, en lo creado artificialmente, en lo tradicionalmente evidente. He cotejado mi “sentir de la evidencia” y he descubierto mi profundo escepticismo.
No creo que haya nadie bueno ni malo, lo cual implicaría que hubiera alguien mejor que otro, y no creo en el elitismo. No creo que nadie sea egoísta o altruista. Es un juego en el que se juega de diferentes maneras. No creo ni siquiera que nadie sea nada que se pueda definir. Lo que hagas o lo que dejes de hacer no te hará mejor ni peor. No creo que nadie se merezca nada, tampoco creo que merezcamos todo, más bien no creo en la existencia del merecimiento. No creo en el éxito ni en el fracaso, siempre son puntos de vista limitados y fragmentados.
No creo en el miedo, es un experimento. No creo en la muerte, ni siquiera en la muerte del cuerpo. Ni siquiera creo en la enfermedad. No creo que una corriente produzca un resfriado, ni que un despiste produzca un accidente. No creo en las causas que conocemos. No creo en la virtud del esfuerzo. No creo que esforzarse sirva para nada, si no es para reforzar otras falsas creencias hijas del sacrificio, en el cual no creo. No creo en el premio ni en el castigo. Es el juego de manipular las consecuencias según nuestras infantiles exigencias. No creo en la educación. Los niños crecen sanos si son libres, sin interferencia, sin más, ellos mismos. No creo en el compromiso, aunque haga sentir seguras a las personas, no creo en la seguridad, tan famosa hoy, no creo en limitación cualquiera de la libertad.
No creo en la manipulación encadenada de las estructuras sociales. No creo en las instituciones, ni en las leyes, aunque en nuestro juego se multiplican como una plaga. No creo en el trabajo. El hombre se ha hecho esclavo de si mismo, sin importar su condición financiera o social, en la cual no creo. No creo en la justicia, actuar en nombre de ella es arrogancia, solo tiene sentido para el que no puede verla en todas las cosas. Y si la ves en todas las cosas, entonces no existe justicia ni injusticia. No creo en los fuertes y débiles, en los ricos y pobres, en las víctimas y los verdugos, en los buenos y malos, en las diferencias que contemplamos y fabricamos. No creo que nadie sea más importante que nadie. Ni siquiera creo en la “importancia” que conocemos. No creo en la propiedad de ningún tipo. No creo que poseamos nada nunca, jugamos muchos juegos basados en la creencia del miedo y la carencia.
No creo que el amor de madre sea incondicional, condicionado a su hijo en exclusiva. No creo en la familia como algo más importante que otra cosa cualquiera. Otro grupo en el que nos resguardamos marcando el “nosotros” y el “ellos”. No creo en la inocencia de los niños mas allá de la inocencia de cualquier adulto, ya esté encarcelado, acusado de terrorismo o nombrado presidente de los Estados Unidos. Porque no creo en la inocencia ni en la culpa. No creo en las naciones, por supuesto, unidas o sin unir, desarrolladas o en “vías de desarrollo”, no creo que existan. No creo en las banderas, ni en los cargos, ni en las posiciones. No creo en los papeles que representamos.
No creo en lo que veo, ni en lo que oigo. No creo en tus ideas. No creo en las cosas que las personas me cuentan. No creo en mis pensamientos, juguetones, caprichosos y limitados. ¡Esto es verdaderamente ser escéptico!
No creo ni siquiera en mi escepticismo. Por ello vivo cada día empapándome de una realidad en la que no creo, cabalgando en la ilusión, arrojado a la aventura del misterio. Sintiendo cada una de estas cosas que no creo como si fueran las más reales partes de mí. Estoy entregado, rendido a mi papel en el juego. Todo me afecta, me hace reír y llorar. Y cuando llego al fondo de mi corazón, recuerdo que no creo. Entonces despierto, me libero y estoy en paz.
Sobre todo, no creas en lo que te digo.

Página web de Jorge Lomar