Terapia NAIKAN:Método de autoobservación japonés




"El maestro interrumpe el silencio con cualquier cosa,
un sarcasmo, una patada. Así procede en la técnica
zen, el maestro budista en la búsqueda del sentido.
A los alumnos les toca buscar la respuesta a sus pro-
pias preguntas. El maestro no enseña ex cátedra una
ciencia ya constituida, da la respuesta cuando los
alumnos están a punto de encontrarla"
Jacques Lacan




El naikan es un método japonés de introspección sencillo e intensivo que ayuda a enfrentarse al propio yo de una forma serena y apacible y conduce a sanar las heridas más antiguas del alma y recuperar la fuerza y la alegría de vivir.

El concepto de salud mental, es en oriente (paticularmente en China, Tailandia, Corea y Japón) muy controvertido. De hecho, no parece estar regido por los cánones que nosotros conocemos. Cosa que responde más a la "metáfora social de la locura", que a los textos utilizados para darle dimensión científica.

En ese estado de cosas, han surgido algunos intentos cuasi-terapéuticos que se nutren de prácticas de neto corte ascético. Es así como el Taoísmo, el Budismo y el Sintoísmo han aportado lo suyo a la hora de concebir un sistema que se adecúe a la idiosincrasia de esos pueblos.

Para situar sólo un ejemplo, un brote psicótico, un ataque de gran mal epiléptico o un cuadro conversivo, suelen ser imputados a crisis espirituales. Esto no significa que la psiquiatría haga caso omiso del fruto de sus observaciones. Tampoco quiere decir que estemos en presencia de pueblos cuya ignorancia hace de obstáculo al progreso. Sólo significa que la ciencia, se encuentra (de ordinario) encorsetada por un puñado de prejuicios socio-culturales que impiden su ejercicio y cercenan su verdad.

En ese marco, hizo su aparición la Terapia Naikan, un método de auto-observación que se vincula lateralmente a al técnica Zen. La misma consiste en "... un procedimiento en el cual el discípulo examina sus experiencias pasadas y reflexiona sobre ellas; mediante estas reflexiones completa la reformación de su ser"

La duración habitual de la terapia Naikan, es en Japón de una semana. La misma transcurre en el más estricto silencio. Las comunicaciones entre los asistentes y los facilitadores se reduce a meras cuestiones organizativas relativas a dicha estancia y a las instrucciones inherentes a la práctica misma.

Luego de un período introductorio (los primeros 3 días) de meditación sobre un objeto abstracto (en general la propia respiración), se pasa a una segunda fase donde el alumno/paciente habrá de proceder al armado de una lista/inventario. En ella habrán de desfilar todas las figuras significativas que han interactuado con el sujeto en cuestión, a lo largo de su vida.

Esta tarea puede llevar todo un día completo. Es menester que quien se aplique a ello, sea despiadadamente honesto consigo mismo. Sólo así podrá recoger algo del fruto esperado.

Posteriormente se espera que el paciente (en un orden secuencial cronológico) haga desfilar por su conciencia meditativa a cada uno de los personajes "previamente inventariados". El facilitador (o Sensei) le efectuará preguntas puntuales tendientes a subrayar algunos ítems en los que pueden aparecer identificaciones imaginarias "coaguladas".

Se le pide al discípulo que considere no solamente lo que hizo o dijo (por ejemplo) su madre, sino también lo que él hizo o le dijo a ella durante el momento recordado. Suele hacerse más hincapié en la observación de uno mismo que en la de los demás...

Líneas arriba había hecho una referencia a que el proceso de marras apunta (en algún sentido) a lo que los psicoanalistas llamamos desidentificación. En las técnicas meditativas más diversas, el fin (palabras más, palabras menos) parece ser similar.


· Meditación Vipassana (concentración en el flujo y reflujo respiratorio).


· Za-Zen (meditación budista).


· Japam (meditación hinduista cuyo objeto de atención es un mantra).


· Meditación Shinsokan (concentración de base sintoísta que recae en imágenes de perfección).


· Letanías de la tradición Judeo-Cristiana.


· Etc.


No deja de ser interesante el hecho de que tales concepciones (en especial las dos primeras) conciban la desidentificación como debilitamiento del yo hacia su mínima expresión y no como abolición del mismo. Esto es así debido a que en tanto el yo es una ficción que surge prioritariamente como producto de identificaciones imaginarias (es decir que su entidad misma es ficcional), una apuesta que se dirija a abolir una ficción... no dejaría de ser ni más ni menos que otra ficción (¡!). Por ello, y utilizando una analogía, podemos decir que el mejor modo de disminuir el poder fantasmagórico de una sombra es encender más luces y no intentar aplastarla a pisotones.


La Terapia Naikan, que en su raíz se encuentra imbuida de los conceptos enunciados precedentemente, ha pasado por el filtro de U.S.A. (recibiendo influencias de la Asociación Americana de Análisis Transaccional). Tales modificaciones occidentalizadas, tuvieron por objeto que el sujeto adquiera (con posterioridad a la experiencia vivencial) un aprendizaje proclive a expandir su conciencia inmediata y autoreferente. Veamos de qué modo:


1. Irse a un sitio donde no tenga ninguna distracción sensorial durante un largo período de tiempo.


2. Imaginarse mirando una pantalla en blanco (en su mente).


3. Vea a su madre en la pantalla. Cuando surjan imágenes de incidentes entre usted y su madre, pregúntese (mentalmente): "¿Qué hice o dije yo entonces?"


4. Concéntrese sobre lo que usted hizo o no hizo o no tuvo intención de hacer.


5. Repita el ejercicio anterior con otras figuras parentales (hasta agotar stock).


6. ¿Qué aprende Ud. acerca de sí mismo?


3 PREGUNTAS CLAVE

La introspección, Naikan debe centrarse en el propósito de dar respuesta a tres preguntas en relación con esa persona y durante ese periodo:


. ¿qué hizo por mí esa persona durante ese periodo?

. ¿qué hice yo por ella durante ese mismo periodo?

. ¿qué dificultades le causé en este periodo?


A cada periodo de cinco años se dedica aproximadamente una hora y media de análisis y reflexión. Al cabo de esa hora el practicante recibe la visita del guía, a quien debe responder de forma breve las tres preguntas naikan.

Se va descubriendo qué ha sido correcto a su juicio y qué no en su comportamiento ante la vida. Por ello, durante el retiro naikan crece la confianza en la propia capacidad de observación y valoración, lo que se convierte en una base sólida para reorientar el futuro.

Como muchas técnicas orientales, es profundamente concreta. Para poder responder a estas preguntas es necesario irnos a hechos, incidentes, acciones









El que sufre antes de lo necesario sufre más de lo necesario

 
 
 
ARMONIA

El que sufre antes de lo necesario sufre más de lo necesario. Séneca

Si uno cultiva su paz interior mediante la práctica de la acción correcta, sentirá tal grado de confianza que cualquier anticipación acerca de lo mal que pueden ir las cosas, será interpretada por su mente profunda como un pensamiento virus y su disolución será automática. La anticipación negativa de acontecimientos dolorosos genera sufrimiento en el presente de lo que, paradójicamente, puede suceder o no en el futuro ¿Acaso no es mejor pensar que cuando las cosas sucedan, dispondremos de las soluciones consiguientes? En realidad, antes de que suceda lo que uno teme, lo más probable es que alguno de los elementos implicados haya sufrido alguna modificación ¿Acaso no puede suceder también que cuando llegue el mañana, pueda incluso ya darnos igual lo que hoy nos atormenta?

Existen personas que tienen un cierto grado de adicción a vivirse en el problema. Sus mentes tienen el hábito de crearse tensión e incertidumbre acerca de lo que llega. Es muy frecuente que el programa mental de anticipación y victimismo de estos sujetos haya sido fotocopiado de alguno de sus progenitores. Un aspecto que, si bien ayuda a comprenderlos, no les exime del trabajo de instalar nuevos programas mentales. Para conseguir tal reorientación positiva, primeramente conviene devenir consciente de los momentos cotidianos en los que sale a la luz nuestra parte negativa y crítica. Seguidamente, es aconsejable cultivar la atención sostenida al trazado de nuevas opciones de pensamiento más profundas y expansivas. De otro modo, las ideas estériles, además de intoxicar al propio psicocuerpo y al medio ambiente, angustian y atormentan.

Un día un malicioso ilusionista hizo correr la voz de que sería capaz de enseñar a un burro a hablar. Su habilidad en la creación de rumores era tal, que pronto llegó a oídos del Rey semejante idea. Cuando se presentó ante la corte, juró y perjuró al propio Rey que sería capaz de enseñar a hablar a cualquier burro si tan sólo le concedía tres años viviendo en palacio. Ante tal planteamiento el monarca le dijo: -“de acuerdo, pero si no lo logras al finalizar el plazo fijado mandaré cortar tu cabeza”-. El ilusionista aceptó y entre dientes musitó: -“y en tres años de manjares y de buen vivir, ¿no se morirá antes el rey, el burro o yo?”-

Las estadísticas más recientes señalan que el 90% de los sufrimientos que el ser humano padece son generados por cosas que no han sucedido ni van a suceder. El hecho de aprender a erradicar tales pensamientos virus de la corriente mental supone el verdadero yoga de atención. Cuando la mente es invadida por semejantes ideas, el sujeto se ve obligado a mantener un constante estado de alerta. Se trata de una gimnasia mental que, sin duda, fulmina los pensamientos inútiles e indeseables y ayuda a conocer los entresijos de la propia mente. Esta práctica también propicia a relativizar el mundo de las ideas y posibilita un salto en la expansión de consciencia.

Es frecuente observar como muchas madres tildadas de “buenas” se anticipan a imaginar desgracias en sus hijos mayores cuando éstos se retrasan en llegar a casa. Cuidado con ese aspecto de algunos seres que se preocupan “tanto” por los demás, cuando afirman que lo hacen porque los quieren y “necesitan”. Tal vez, dichos vínculos, en la mayor parte de los casos, tienen que más que ver con patrones patológicos de dependencia que con relaciones de amor y convivencia. Los hechos que acontecen en la vida son totalmente neutros. En realidad, es nuestra mente la que interpreta y da significado positivo o negativo a las cosas que pasan. Desde tal perspectiva, aprender a pensar bien lo que sucede es una de las más valiosas competencias de la persona.
 
Del libro Inteligencia del Alma . J.M Doria 

lOS JUEGOS DE PODER: EL CHANTAJE EMOCIONAL Y EL TRIANGULO DRAMATICO.





Los juegos de poder se pueden ejercer desde la sutileza o desde la total imposición. Se realizan haciendo uso de la fuerza o haciendo uso de la psicología mediante herramientas como el miedo, la amenaza, la intimidación o el chantaje emocional. Se encuentran en nuestras relaciones personales y en nuestro entorno de trabajo. Están presentes el mercado a través de todas esas actividades que intentan dirigir nuestra atención y nuestro deseo hacia diferentes productos o servicios. Los puede detectar en el ruedo político donde se utilizan todos los días para impulsar las medidas, propuestas y acciones que cada una de las formaciónes intentan sacar adelante. Incluso aparecen en nuestra sociedad, donde encontramos formas de opresión de unos grupos hacia otros desde las más sutiles hasta las más dominantes.
Establecemos juegos de poder desde la escasez, cuando explotamos el miedo que tienen los demás a verse privados de las cosas que necesitan, a encontrarse en una situación de extrema necesidad. También lo hacemos desde la intimidación, utilizando el miedo que los demás tienen hacia la violencia. La mentira es también un recurso para abusar del poder en la medida que utiliza la culpabilidad y el temor a la confrontación que tiene la persona manipulada. También podemos ejercer el poder desde la pasividad, utilizando la no acción o la omisión para ejercer nuestro poder sobre el otro.
Steiner enumera los diferentes juegos de poder en los que partipamos las personas, muestra las pautas para reconocerlos y define algunas posibles respuestas desde la colaboración.
Si detecta que alguien está utilizando un juego de poder para que usted haga algo que no quiere, o deje de hacer aquello que quiere, puede actuar de diferentes formas. Puede reaccionar con otro juego de poder aún mayor, e iniciar una escalada que será respondida con sucesivos juegos. También puede someterse al juego y alinearse se forma sumisa con la persona que intenta ejercer su poder. La tercera opción es la de neutralizar el juego con otro juego de poder que colapse el anterior. La última de las respuestas es la de la cooperación, la de buscar un espacio común en el que ambas partes puedan alcanzar sus objetivos. Esta última es menos evidente, pero también es más creativa y nos abre espacios alternativos al abuso del poder, a la manipulación o la imposición.


1.- EL TRIÁNGULO DRAMÁTICO  S. Karpman

Lo principal para todo profesional y, en especial, en el campo de las
drogodependencias, en el que es muy fácil representar el rol de Salvador, consiste en no caer
en el juego llamado por Karpman Triángulo Dramático. Karpman, discípulo de Eric Berne
(creador del Análisis Transaccional) lo expresa con este gráfico:
El Triángulo Dramático representa tres roles diferentes, en los que suele manifestarse
el profesional: Salvador, Perseguidor y Víctima. Estos son roles que se ejercitan de manera inconsciente y repetitiva. Se producen mediante intercambios verbales y no verbales. A estas transacciones comunicacionales del Triángulo Dramático se les llama juegos psicológicos o de relación; éstos se aprenden durante la infancia en el seno de la familia y escuela y se utilizan para confirmar los mitos existenciales de cada uno. Por ejemplo, en la vida se ha venido a sufrir... o no te puedes fiar de nadie, también ¿por qué siempre me ocurre lo mismo?. También se utilizan para manipular a los demás, es decir, para que los otros hagan algo sin pedírselo directamente y para evitar la intimidad, pues los juegos del Triángulo distancian de forma conflictiva a las personas, alejándolas de tener encuentros abiertos y sinceros.
El Triángulo Dramático, también ha sido llamado el Triángulo de la Supervivencia,
pues durante la infancia asumimos estos papeles para poder sobrevivir emocionalmente.
Cualquier niño empieza por sentirse Víctima, porque es imposible que todas sus necesidades sean satisfechas, y sobretodo, la necesidad básica de sentirse amado incondicionalmente. El niño no siempre puede decir No, pues depende de los adultos. El niño que se siente Víctima en casa pasa a ser un Perseguidor en el colegio, con sus compañeros/as. Lo mismo ocurre en la etapa adulta, cada persona escoge una manera de protegerse de su propio dolor emocional,
unos tendrán tendencia a cuidar a los demás haciendo de Salvadores, otros descargarán su
resentimiento sobre los otros haciendo de Perseguidores y unos terceros seguirán como niños
indefensos e impotentes en el papel de Víctimas.
Los tres roles del Triángulo son un intento errado de conseguir afecto. A veces, se
prefiere recibir reproches como una forma de recibir amor. El Salvador actúa bajo el influjo de la culpa, la Víctima bajo el influjo del resentimiento, mientras que el Perseguidor bajo el influjo de la agresividad.


2.- DISTINGUIR LOS PAPELES

Cada vez que una persona representa de forma inconsciente uno de los papeles del
Triángulo Dramático está entrando en un juego emocional y acabará sintiéndose mal. Para
poder detectar cuando estamos entrando en el Triángulo Dramático, debemos aprender a
distinguir entre los papeles representados de forma consciente y auténtica, donde el resultado suele ser positivo, y los papeles representados de forma inconsciente e inauténtica, donde el resultado es negativo.


1.- La persona SALVADORA va por la vida prestando ayuda, a cambio de mantener la
dependencia de los otros hacia él. Por una parte, necesita Víctimas y, si no las encuentra, las crea; por otra, al ser ayuda inauténtica, se queja continuamente de sus esfuerzos. Suele decir siempre se aprovechan de mi generosidad.
La percepción interna del Salvador es que los otros le necesitan y asume la responsabilidad de solucionar los problemas de la Víctima, pues cree que la Víctima no puede pedir ayuda ni resolver su situación.
Según Steiner el Salvador hace por los otros más de lo que le corresponde y, a menudo, se
obliga a sí mismo a hacerlo, aunque sienta que no quiere hacerlo. Prioriza las necesidades de los demás por encima de las suyas, porque no tiene conciencia de lo que quieren realmente.
El Salvador actúa bajo el influjo de la culpa y por la necesidad de sentirse superior. Lo
que consigue haciéndose cargo de los problemas de los demás es evitar sentir su propio
sufrimiento: ojos que no ven, corazón que no siente.
Un ejemplo típico de la representación del papel de Salvador es el siguiente: Las esposas
de los alcohólicos no llegan a comprender que sus infinitos sacrificios, su desinterés y su
buena voluntad en soportar los abusos del alcohólico, seguidos del perdón, le perjudican más que le ayudan. (Steiner,1992, Los Guiones que vivimos). Muchos alcohólicos se ponen en tratamiento especializado y dejan de beber, cuando la esposa da un ultimátum del tipo: separación matrimonial o tratamiento en un Centro especializado en alcoholismo. Teniendo en cuenta que la amenaza por sí sola no funciona, sólo cuando la esposa realmente actúa y prepara la separación en serio, es cuando ésta deja de hacer de Salvadora del alcohólico - Víctima y hace algo para ayudarse a sí misma e indirectamente ayuda también a confrontar al marido alcohólico con su problema.
Un profesional de la salud (médico, psicólogo, asistente social, etc...) puede representar el rol de Salvador cuando empieza a hacer horas extras y ni las cobra ni las recupera. También, cuando se extralimita en sus funciones, cuando se esfuerza más que el usuario, cuando se responsabiliza de los casos de sus compañeros, etc...
Es fácil saber si uno ha caído en este papel, cada vez que el profesional se siente mal en
relación con sus clientes, cuando experimenta sentimientos de tristeza, decepción, impotencia, cansancio o rabia es señal de haber asumido un papel que no le corresponde. El profesional que hace de Salvador se dirige a sus usuarios con una de estas actitudes: Yo estoy bien, tu estás mal y voy a hacer mía la responsabilidad de tú malestar o yo estoy mal, tú estas mal, pero yo te veo peor y voy a responsabilizarme de tu malestar.
Otra de las formas que tiene el profesional para darse cuenta de que está haciendo más
esfuerzo que el usuario y, por tanto, que está vivenciando el papel de Salvador consiste en atender y escuchar el propio cuerpo, éste no engaña nunca. Por ejemplo, el caso del profesional que está intentando convencer de algo al usuario éste último le sigue la corriente con un tiene razón, pero... Si el profesional empieza a notar dolor de espalda, cansancio físico, dolor de cabeza, mareo o cualquier otro mensaje corporal durante la entrevista o al finalizar ésta, entonces es que ha asumido el papel de Salvador.


2.- La VÍCTIMA se las arregla para no acertar en hacer bien las cosas; envía mensajes
verbales y/o no verbales quejándose, de su indefensión; su comportamiento es
autodestructivo, y provoca su humillación o sufrimiento y finja estar desconcertado. La
actitud de la Víctima se suele representar por algunos usuarios de Servicios de la
Administración que intentan poner el cebo al profesional. para que represente el papel de
"Salvador".
La actitud de la Víctima suele ser: Yo estoy mal, tú estás mal y vamos arreglárnosla para
que yo esté peor o yo estoy mal, tú estás bien y quiero que te hagas cargo de mi malestar.
La Víctima siente culpa, inferioridad, tristeza y tiene una baja autoestima. Su sentimiento
básico es de resentimiento contra la vida que le hace sufrir y contra los Salvadores que siguen incapacitándola con su ayuda.
En términos generales, podríamos decir que un infante depende de los adultos y, por tanto, puede ser una auténtica Víctima; por el contrario, la persona adulta tiene capacidad de decisión y es responsable de cambiar su situación.


3.- El PERSEGUIDOR se comporta bajo el influjo de la agresividad, quiere satisfacer sus
necesidades y actúa en interés propio, poniendo a los demás en situaciones difíciles o de
sufrimiento. Su lema es pisa antes de que te pisen. Su juego preferido se llama te pillé.
El juego de Perseguidor establece unas pautas de comportamiento rígidas, por lo estrictas
o por lo poco prácticas; exige que se cumplan a rajatabla y suele cebarse en personas dotadas de una personalidad vulnerable, aquellas se complementarán con el Juego que marque el Perseguidor, haciendo de Víctimas.
Existen tres clases de comportamiento Perseguidor: Activos, actúan para satisfacer sus necesidades, pero pasando por encima de los otros.Vengativos, su propósito es castigar a los otros y tener la sensación de triunfo, de haber ganado. Pasivos, éstos persiguen por defecto, al no hacer lo que les toca o no cumplir con sus obligaciones, pone a los demás en serios apuros, provocándoles ansiedad o preocupación.
Si llevásemos la actuación de cada rol al dramatismo máximo, podríamos decir que el
Perseguidor puede ser un homicida, la Víctima. puede llegar a suicidarse y el Salvador puede legar a enfermar psicológica o físicamente por cuidar a los demás.



 Continúa...

 Lluís Camino Vallhonrat
Notas
El otro lado del poder, de Claude Steiner, está publicado en castellano por Editorial Jeder. Puede consultar un extracto del libro en la siguiente dirección.