El sonreír interior: Una práctica de alquimia taoísta


El sonreír interior es una práctica de alquimia taoísta. Se trata de evocar una verdadera sonrisa que uno puede ir dirigiendo a diferentes partes del cuerpo (órganos, músculos, glándulas, sistema nervioso, etc.). Esta sonrisa produce energía de alto nivel, es una energía afectuosa con un gran poder sanador. La finalidad del sonreír interno es movilizar y aumentar el qi (energía) para obtener salud, longevidad y alegría. También ayuda a combatir el estrés, de un modo más profundo y duradero que otras técnicas. Mantak Chia, Maestro taoísta, además plantea que, sonreír a los propios órganos hace que éstos se expandan, que se hagan más suaves y húmedos y, por tanto, más eficaces. Asimismo, el sonreír interior puede aumentar nuestra capacidad de atención y concentración, mejora nuestro potencial de aprendizaje al generar un mayor y mejor ánimo para aprender, incrementa la facultad de comunicación, multiplica nuestras capacidades e incrementa nuestra energía. Sirve además para tomar mayor consciencia del propio cuerpo, para expulsar las emociones negativas y disminuir el dolor y la enfermedad.
Si bien, la práctica del sonreír interior puede hacerse en cualquier momento o lugar, existen ciertas condiciones que pueden ser tomadas previamente para hacer de éste un ejercicio meditativo. Se puede elegir un lugar tranquilo y ojalá suficientemente ordenado, para que la energía pueda circular e idealmente se debe practicar con ropa cómoda que permita que mantengamos una temperatura adecuada.
La posición ideal para esta práctica es la misma que para la meditación, es decir, sentado/a en posición de loto o medio loto, o sobre el coxis sentado/a al borde de una silla, pero sin apoyar los genitales, porque son un centro de energía importante que no se debe bloquear. En caso de estar en una silla, las piernas deben estar separadas, ojalá una delante de la otra para tener la sensación de que estamos firmes y podemos ponernos de pie en el momento que sea necesario. Los pies tienen que estar bien apoyados en el suelo. Tanto si se está sentado/a en una silla o en un cojín, es importante mantener la espalda derecha, pero no rígida, manteniendo su curvatura normal. Los hombros levemente hacia atrás y relajados. Las manos pueden estar apoyadas sobre las piernas con las palmas hacia arriba o enlazadas a la altura del vientre. En cuanto a la respiración, ésta debe ser observada, desde un principio, hasta que pueda volverse suave, larga y tranquila, para entrar en un estado de mayor tranquilidad.Luego, se comienza a evocar la sonrisa interior. Primero es fundamental relajar la frente, luego se puede comenzar a recordar alguna situación, paisaje o cualquier cosa que pueda evocar esta sensación de alegría, de amor incondicional, de ternura, de cuidado. Una imagen que puede servir, es la de mirar un bebé, trayendo al propio rostro el semblante que acompañaría a esta acción. También puede llegarse a esto, sin la necesidad de acudir a recuerdos, sino simplemente intentando generar una sensación como la anteriormente descrita de manera espontánea. Resulta útil esbozar una leve sonrisa en el rostro, involucrando los ojos, para poder lograrlo.
Cuando ya se ha alcanzado esta sensación, es posible hacer fluir la energía de la sonrisa hacia el entrecejo, dejándola actuar en ese lugar, permitiendo que nuestro rostro se relaje. Posteriormente, se puede llevar la sonrisa hacia diferentes áreas del rostro y del cuerpo. Se puede recorrer el cuerpo, sonriendo a cada órgano, a cada glándula y tejido, deteniéndose en aquellos lugares que sentimos que se encuentran más tensos o con molestias. Siempre ocupándonos de que la calidad de nuestra sonrisa sea buena, plena de amor, compasión y ternura. Resulta positivo ir agradeciendo a cada órgano o porción de nuestro cuerpo, por la función que cumple, permitiéndole relajarse y mostrar su verdadera naturaleza, es decir, sus cualidades cuando se encuentra en estado de equilibrio.
El orden del recorrido puede ser variable, de acuerdo a lo que uno vaya sintiendo. Se puede practicar el sonreír interior en un área específica del cuerpo si así se desea o se requiere, o puede hacerse un recorrido por todo el cuerpo. Una forma de hacerlo es, por ejemplo, pasando primero por la zona anterior, luego por la línea media y finalmente por la zona posterior del cuerpo.
Cuando se termina el recorrido, es importante sonreír a nuestro cuerpo en toda su longitud, con mucho amor y cuidado hacia uno mismo, dejando que la sonrisa fluya de arriba hacia abajo, como una cascada.

Antes de finalizar la práctica, es bueno almacenar la energía proveniente de la sonrisa en Dan Tien, un punto que se encuentra bajo el ombligo, porque esta zona puede manejar de manera sana la energía generada por este ejercicio, evitándose los posibles efectos negativos de la meditación por un exceso de energía en la cabeza o en el corazón. Es posible también mover la energía con la mente en un espiral las veces que se considere necesario. Así la energía del sonreír interior queda almacenada en el ombligo, disponible para cualquier parte del cuerpo cuando se necesite.

“¿Es mejor casarse o permanecer soltero?”





Entrevista a Joan Garriga.Psicoterapeuta Gestaltico

Tengo 55 años. Nací en Bellpuig (Lleida) y vivo en Barcelona. Soy psicólogo. Tengo dos hijos, Aram (33) y Tomàs (17) de dos matrimonios. . . que acabaron en divorcio. ¿Política? ¡Espiritualidad al poder! ¿Creencias? “Dios es más que yo mismo”, como decía san Agustín

El buen amor

“Yo soy yo y tú eres tú. No estoy en el mundo para colmar tus expectativas, ni tú estás en el mundo para colmar las mías. Yo estoy para ser yo mismo y vivir mi vida, tú estás para ser tú mismo y vivir tu vida. Si nos encontramos, ¡será hermoso! Si no nos encontramos, nada habrá que hacer”. Es el pensamiento de Fritz Perls -creador de la terapia Gestalt- al respecto de la relación amorosa de pareja, que Joan Garriga ha aplicado a miles de parejas desde que cofundó hace 26 años el Institut Gestalt (www.institutgestalt.com) de Barcelona, especializado en gestalt, PNL y Constelaciones Familiares. Garriga ha resumido su experiencia en El buen amor en la pareja (Destino).

Necesitamos pareja?

Anhelamos un vínculo que nos reporte pertenencia, intimidad, sexualidad y crecimiento.¿Y la pareja nos lo da?

Sí, pero hoy queremos que la pareja sirva al yo…, y eso lo complica todo.

¿Puedo ser feliz sin pareja?

Sí: conozco a un monje feliz, sin sexo, pero con pertenencia, intimidad y crecimiento.

¿Y usted?

Me casé, me divorcié. Volví a casarme, aposté fuerte…, y volví a divorciarme. Luego tuve una pareja muy amorosa con la que no convivía… ¡y fue mi mejor relación!

¿Y qué sucedió?


Que a los siete años, ella quiso un hijo conmigo…, y yo no: motivo de ruptura segura.

¿Y hoy, qué tal anda?

Tengo amor, aunque sin vivir en pareja.

¿Mejor solo que mal acompañado?
Sí…, ¡pero casi todo el mundo prefiere mal acompañado! Solemos preferir algún vínculo…, ¡aunque sea de mal amor!

¿Qué hacer para tener buen amor?

Hay cuatro etapas. Primera, enamoramiento: “Me mueves mucho…, pero te veo poco”. Segunda, relación: “Ya te veo mejor, ¡y aun así te elijo para caminar juntos!”.

Tercera.

Compromiso: “Estamos creando algo más importante que nuestras familias de origen y parejas anteriores”.

¿Y cuarta?

Entrega: “¡Te quiero a ti y a lo que a ti te dirige!”. Este es ya un amor muy desarrollado…

¿Por qué?

Es el deseo espontáneo de que el otro sea feliz. ¡Eres feliz en la plenitud del otro!

Palabras mayores, ¿no?

¡Sí! Entre tanto, importa que sepamos esto: nadie, ¡nadie!, puede hacerte feliz. Y que nadie, ¡nadie!, puede hacerte infeliz.

¿Entonces…?

Tu felicidad sólo depende de tu conexión íntima con tu ser interior.

¿Y de qué depende esa conexión?

De estar en paz con tus figuras paternas y familiares para no cargar con nudos… que luego pretenderás ventilar en la pareja.

¿Eso pasa?

Una pareja no son dos personas: son dos sistemas familiares que se encuentran.

¿Qué coste y beneficio tiene la pareja?

“¿Es mejor casarse o permanecer soltero?”, le preguntaron a Sócrates, que respondió: “Cásate. Si te va bien, serás un poco feliz. Y si te va mal…, ¡serás filósofo!”.

Deme algún ejemplo de mal amor.

“Sin ti no podría vivir”, le decimos a nuestra pareja, como si fuésemos niños. ¡Mal amor! Buen amor: “Sin ti también me iría bien”…

Ah.

… pero como adulto, elijo estar contigo. “Te quiero por ti mismo”, decimos, ¡y no es bueno!: el buen amor consiste en “te quiero… a pesar de ti mismo”, es decir, el buen amor acepta la sombras del otro, acoge y lima las asperezas de los egos que se encuentran.

Siga, siga…


“Quiero pareja”: ¡mal amor! Abandona la demanda… ¡actúa!: “Mejor me preparo para ser pareja”. Encuentra tu modo de ser buen compañero…, y lo demás ya vendrá solo.

¿Algo muy intenso y emocional?

¡No! Esas turbulencias empobrecen y desvitalizan, responden a heridas infantiles y viejos anhelos no colmados. ¡Lo enriquecedor es que la relación fluya con facilidad!

Toda pareja es una relación de poder.

¡No! Es cooperar, es que uno y uno sean más que dos. Mal amor: “Te lo doy todo”.

¿Por qué?

Dar mucho puede originar en el otro un sentimiento de deuda, y empequeñecerlo. Ya no hay igualdad. ¡Da lo que el otro pueda devolver sin que tenga que perder la dignidad!

¿Y si una parte pide: “Dame más”?

Puede que esté anclada en un guión de insatisfacción que se nutre de demanda: le des lo que le des, ¡será siempre insuficiente!

Otro ejemplo de mal amor.

Poner a tus padres o a tus hijos por delante de tu pareja. El buen amor es: “¡Primero nosotros!, antes que nuestras familias de origen y que nuestros hijos en común”.

Otro ejemplo de buen amor.

Reír y llorar juntos ante cualquier adversidad: muertes, abortos, ruinas…

Qué difícil que la pareja dure, ¿no?

Pues que dure lo que dure: entrar en el amor de pareja significa también hacerse candidato al dolor de su eventual final.

¿Cuánto dura de promedio una pareja?

Podemos esperar entre tres y cuatro parejas a lo largo de nuestra vida…, ¡con el consiguiente estrés emocional! Cada final nos enseña el dolor y el desapego…, para luego volver de nuevo al carril del amor y de la vida.

Regale un último consejo para fomentar el buen amor en una pareja.

No deis por hecho que conocéis a vuestra pareja. Miradla cada día de nuevo como si fuera nueva, y veréis lo que no veíais. Nos relacionamos con la imagen que nos hemos hecho del otro, pero… ¿es el otro así hoy?

Conclusión amorosa.

Lo dicho: solemos reclamar al otro: “Hazme feliz”, pero el buen amor consiste en sentir el deseo espontáneo de que el otro sea feliz.




Fuente:La contra . La vanguardia .


SÉ TÚ EL CAMBIO QUE QUIERES VER EN EL MUNDO...¿Qué es el Efecto Mariposa?



Se ha comprobado científicamente que pequeñas modificaciones en un aspecto o nivel de un  sistema complejo pueden ocasionar grandes cambios a otro nivel.

Por ello la frase “Si una mariposa en Hong Kong bate sus alas, puede provocar una tempestad en Nueva York”.

Esto puede verse en un estadio de fútbol: basta que algunos comiencen a hacer la ola y, de repente, toda la gente en  el estadio “se contagia”  y surge una  inmensa ola.

Es el Efecto Mariposa …un pequeño gesto puede ocasionar grandes transformaciones.La historia de la humanidad está regada por efectos mariposa

El efecto mariposa es un concepto que hace referencia en la noción del tiempo a las condiciones iniciales dentro del marco de la teoría del caos. La idea es que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema caótico, la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en ciertas formas completamente diferentes. Sucediendo así que, una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a mediano o corto plazo de tiempo.
Diagrama de la trayectoria del sistema de Lorenz para los valores r = 28, σ = 10, b = 8/3.

Su nombre proviene de las frases: "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino) o "el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo" así como también "El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo".

Este nombre también fue acuñado a partir del resultado obtenido por el meteorólogo y matemático Edward Lorenz al intentar hacer una predicción del clima atmosférico.

En una determinada ocasión quiso volver a echar un vistazo a una simulación que ya había hecho llevándola más lejos en el tiempo. En vez de comenzar desde el principio y esperar a que el ordenador llegara al intervalo que le interesaba, introdujo por el teclado los valores que ya tenía apuntados en el papel. Dejó la máquina trabajando y se fue a tomar un café. Después de una hora, la máquina había simulado dos meses de predicción atmosférica. Y sucedió lo inesperado. Había valores de los días que había simulado anteriormente que no coincidían con los que había calculado esta vez.

El clima atmosférico se describe por 3 ecuaciones diferenciales bien definidas. Siendo así, conociendo las condiciones iniciales se podría conocer la predicción del clima en el futuro. Sin embargo, al ser éste un sistema caótico, y no poder conocer nunca con exactitud los parámetros que fijan las condiciones iniciales (en cualquier sistema de medición, por definición, siempre se comete un error, por pequeño que éste sea) hace que aunque se conozca el modelo, éste diverja de la realidad pasado un cierto tiempo

Koffi Annan, secretario general de la ONU en 2006, pronunció en su discurso al recibir el premio Nobel de la paz unas palabras haciendo referencia al fenómeno del efecto mariposa:

    “El segundo argumento de esperanza reside en el así llamado efecto mariposa. Él es una derivación de la física cuántica que nos enseña: todo tiene que ver con todo y somos todos inter- retro-dependientes. Por eso cada individuo es un eslabón de la inmensa corriente de energía y de vida y cuenta mucho. El efecto mariposa representa una concreción de este principio. Fue identificado en 1960 por los que hacen previsiones meteorológicas. En ese campo como en otros funcionan sistemas caóticos, quiere decir, sistemas en los cuales domina la imprevisibilidad. Como un todo, tales sistemas también están sometidos a leyes matemáticas factibles de descripción; mas su comportamiento concreto no puede ser previsto. Pequeñas modificaciones pueden ocasionar grandes cambios. Entonces se dice: “Si una mariposa en Hong Kong bate sus alas, puede provocar una tempestad en Nueva York”. O como en un estadio de fútbol: basta que algunos comiencen a hacer la ola y, de repente, todo el estadio es contaminado y surge una inconmensurable ola. Es el efecto mariposa: un pequeño gesto puede ocasionar grandes transformaciones”.

Es posible que Koffi Annan en su discurso quiera subrayar la importancia del hecho de no conformarse. El pequeño gesto de cada uno sirve. El efecto mariposa, por lo tanto, no tendría sólo una interpretación física.

Y así es como en QAH consideramos que el concepto de aprender va más allá y es por eso que el pequeño gesto de cada uno aportando conocimientos sirve para formar y despertar inquietudes y que este gesto llegue a muchas más personas y a su vez que se interesen por formar parte del proyecto.

Es por esto que el efecto mariposa podemos aplicarlo a tantos aspectos de la vida, incluso a QAH, en el que seríamos las mariposas que baten sus alas, llevando lo que tú conoces a los demás.