82 sabios consejos de Gurdjíeff a su hija para transitar por el camino de la Vida





  • "Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
  • Termina siempre lo que comenzaste.
  • Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
  • No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
  • Desarrolla tu generosidad sin testigos.
  • Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.
  • Ordena lo que has desordenado.
  • Aprende a recibir, agradece cada don.
  • Cesa de autodefinirte.
  • No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo.
  • Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
  • No desees ser imitado.
  • Haz planes de trabajo y cúmplelos.
  • No ocupes demasiado espacio.
  • No hagas ruidos ni gestos innecesarios.
  • Si no la tienes, imita la fe.
  • No te dejes impresionar por personalidades fuertes.
  • No te apropies de nada ni de nadie.
  • Reparte equitativamente.
  • No seduzcas.
  • Come y duerme lo estrictamente necesario.
  • No hables de tus problemas personales.
  • No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
  • No establezcas amistades inútiles.
  • No sigas modas.
  • No te vendas.
  • Respeta los contratos que has firmado.
  • Sé puntual.
  • No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
  • Habla sólo lo necesario.
  • No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
  • Nunca amenaces.
  • Realiza tus promesas.
  • En una discusión ponte en el lugar del otro.
  • Admite que alguien te supere.
  • No elimines, sino transforma.
  • Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
  • Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
  • Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar.
  • No actúes por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.
  • Transforma tu orgullo en dignidad.
  • Transforma tu cólera en creatividad.
  • Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
  • Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
  • Transforma tu odio en caridad.
  • No te alabes ni te insultes.
  • Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.
  • No te quejes.
  • Desarrolla tu imaginación.
  • No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.
  • Paga los servicios que te dan.
  • No hagas propaganda de tus obras o ideas.
  • No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatía, complicidad.
  • No trates de distinguirte por tu apariencia.
  • Nunca contradigas, sólo calla.
  • No contraigas deudas, adquiere y paga en seguida.
  • Si ofendes a alguien, pídele perdón.
  • Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público.
  • Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
  • No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció.
  • No conserves objetos inútiles.
  • No te adornes con ideas ajenas.
  • No te fotografíes junto a personajes famosos.
  • No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
  • Nunca te definas por lo que posees.
  • Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
  • Acepta que nada es tuyo.
  • Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades.
  • Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.
  • No mires con disimulo, mira fijamente.
  • No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida.
  • En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado.
  • Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos.
  • Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.
  • Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
  • No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.
  • Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.
  • Vive de un dinero ganado por ti mismo.
  • No te jactes de aventuras amorosas.
  • No te vanaglories de tus debilidades.
  • Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.
  • Obtén para repartir."

« George Ivanovich Gurdjíeff »


Lo que Nace debe Morir


  



Interlocutor: ¿La consciencia ue presencia es permanente o no? 

Maharaj: No es permanente. El conocedor surge y se sumerge con lo conocido. Eso en lo que tanto el conocedor como lo conocido surgen y se sumergen, es más allá del tiempo. Las palabras permanente o eterno no se aplican.

Int: En el sueño profundo no hay ni lo conocido, ni el conocedor. ¿Qué mantiene al cuerpo sensitivo y receptivo? 

Mah: Ciertamente usted no puede decir que el conocedor estaba ausente. La ex-periencia de las cosas y de los pensamientos no estaba, eso es todo. Pero la ausencia de experiencia también es experiencia. Es como entrar en una habitación oscura y decir: «No veo nada». Un hombre ciego de nacimiento no sabe lo que significa la oscuridad. Similarmente, sólo el conocedor sabe que no sabe. El sueño profundo es meramente un lapso en la memoria. La vida continua. 

Int: ¿Y qué es la muerte? 

Mah: Es el cambio en el proceso de vida de un cuerpo particular. La integración acaba y comienza la desintegración. 

Int: ¿Pero qué hay sobre el conocedor? ¿Con la desaparición del cuerpo, desapa-rece el conocedor? 

Mah: Justamente como el conocedor del cuerpo aparece en el nacimiento, así de-saparece en la muerte. 

Int: ¿Y no queda nada? 

Mah: Queda la vida. La consciencia necesita un vehículo y un instrumento para su manifestación. Cuando la vida produce otro cuerpo, otro conocedor viene al ser. 

Int: ¿Hay un lazo causal entre los sucesivos conocedores del cuerpo o perceptores del cuerpo? 

Mah: Sí, hay algo que puede ser llamado el cuerpo de la memoria, o cuerpo cau-sal, un registro de todo lo que se pensó, se deseó y se hizo. Es como una nube de imágenes que se mantienen juntas. 

Int: ¿Qué es esta sensación de una existencia separada? 

Mah: Es un reflejo en un cuerpo separado de la única realidad. En este reflejo lo ilimitado y lo limitado están confundidos y se toman como si fueran lo mismo. Deshacer esta confusión es el propósito del Yoga. 

Int: ¿No deshace la muerte esta confusión? 

Mah: En la muerte solo muere el cuerpo. La vida no muere, la consciencia no muere, la realidad no muere. Y la vida nunca está tan viva como después de la muerte. 

Int: ¿Pero acaso renace uno? 

Mah: Lo que nació debe morir. Solo lo innacido es sin muerte. Encuentre qué es lo que nunca duerme ni nunca se despierta, y cuyo pálido reflejo es nuestra sensación de «yo». 

Int: ¿Cómo voy a llevar a cabo este encuentro? 

Mah: ¿Cómo hace usted para encontrar algo? Mantiene sobre ello su mente y su corazón. Debe haber un interés y una recordación sostenidos. Recordar lo que nece-sita ser recordado es el secreto del éxito. Usted llega a ello por medio de la seriedad. 

Int: ¿Quiere usted decir que sólo con querer encontrar es suficiente? 

 Ciertamente, también se necesitan cualificaciones y oportunidades.
Mah: Ambas vendrán con la seriedad. Lo que es supremamente importante es estar libre de contradicciones: la meta y la vía no deben estar en niveles diferentes; la vida y la luz no deben pelearse; el comportamiento no debe traicionar a la creencia. Llámelo honestidad, integridad, entereza; usted no debe retroceder, deshacer, desrai-zar, abandonar el terreno conquistado. La tenacidad de propósito y la honestidad en la búsqueda le llevarán a usted a su meta.

Int: ¡Tenacidad y honestidad son dones, ciertamente! Yo no tengo ni rastro de ellos.

Mah: Todo vendrá a medida que usted avance. Dé usted primero el primer paso. Todas las bendiciones vienen de dentro. Vuelva adentro. «Yo soy», usted lo sabe. Sea con ello todo el tiempo que usted pueda permitirse, hasta que usted revierta a ello espontáneamente. No hay ninguna vía más simple ni más fácil


 Yo soy Eso, Nisargadatta Maharaj 
 
YO SOY ESO
 Yo Soy Eso (ZIP)
 
 

Consuelo Martín: La contemplación de la belleza






P. ¿Qué es la belleza?


C. Platón y Plotino, nos hablaban del camino de contemplación de la belleza. Es un camino muy adienado a nuestra tradición y como, sin motivo, ha quedado olvidado, útil ponerlo de manifiesto en este momento.

Vemos algo bello, ¿qué es lo que valoramos?, ¿a qué damos realidad?, ¿qué nos entusiasma? La cosa bella, la forma bella. Si valoramos las formas vamos detrás de ellas, como decía Platón que lo había vivido. Vamos detrás de una forma porque creemos que tiene la belleza; cuando atrapamos esa forma vemos que no está allí. La forma es cambiante, se mueve, aparece, desaparece, incluyendo la persona que es bella, y luego no; que es bella cuando sonríe, pero no cuando está enfadada, así los demás objetos. ¿Tenemos propiedades, cosas bellas, o esas propiedades nos tienen a nosotros porque nos hemos quedado cogidos a las formas?. Si paráramos ese proceso de pensamiento, de estar dormidos nos daríamos cuenta de que lo que verdaderamente nos atrae es la belleza.

P. ¿Cómo contemplar la belleza? ¿Cómo hacerlo sin la forma bella?

C. Podríamos contemplar la belleza sin forma, la belleza en sí misma, sin necesidad de música ni sonidos, en sí. La armonía es bella, nos lleva a la belleza de la unidad. Podríamos contemplar esa armonía, esa belleza en sí misma, independiente de la forma. Podemos hacer el intento mirando algo bello.

El objeto evoca un estado de belleza. Cierro los ojos y cuando ya no veo ninguna forma sigo manteniéndome en ese estado de belleza. Es fácil hacerlo. Lo mismo ocurre con la verdad. Se dice equivocadamente que es sólo una abstracción cuando se piensa que la realidad es lo de fuera. De la misma manera se cree que la persona es el cuerpo y que al morir entrega el alma a Dios, como si la persona tuviera dentro un objeto que es el alma. No es así. Los cuerpos están en el espíritu y las formas están en la belleza. La belleza no es una cosa que se encuentra en las formas. Todo el proceso de abstracción es justo al revés. Creemos que la realidad es lo concreto y la abstracción es algo que se deduce de allí. No, la realidad es aquello en lo cual están todas las cosas concretas como reflejo. Ya Platón lo explico de esta manera pero nadie le hizo caso. La realidad es la belleza, no la cosa bella. Si pudiéramos ver esto entonces contemplaríamos la belleza y descubriríamos que somos esa belleza.

P. ¿Entonces es la belleza la que nos atrae y no la cosa bella?

C. Sí. Por eso nos atrae cuando la vemos reflejada, proyectada. Platón, al igual que otros contempladores decía que el percibir algo bello es como un recuerdo de aquella belleza. Cuando veo una cosa bella me recuerda la belleza que en sí soy, aquella belleza que contemplé en el plano divino. Este es el sentido del pensamiento del filósofo.

La cosa bella me recuerda aquella belleza contemplada. Todos los reflejos de las cosas tras las que corremos, como belleza, amor, etc., nos están recordando lo que somos en el plano de la verdad, porque somos la verdad. Podemos ir por vía contemplativa, desprendiéndonos de las formas y quedándonos en contemplación de lo que es. Y lo que es, la belleza en sí, es lo que somos. Es posible hacer la comprobación en cualquier momento, ahora mismo.

P. La emoción que provoca una forma ¿es errónea?

C. Una persona hace un gesto que te evoca algo. Las personas hacen miles de gestos, pero aquél te ha recordado la belleza originaria. Puedes cerrar los ojos y vivirla, porque es tu verdadera naturaleza, es la naturaleza del Ser. Cualquier forma está recordando siempre a la esencia. se ha dicho en el lenguaje religioso que todo lo manifestado, la creación, nos remite a Dios. Si sabemos mirarla, cualquier forma es un reflejo de la realidad. En el momento en que nos identificamos con una forma ya estamos perdidos porque nos estamos apegando a algo que no es real, algo que se está proyectando en el tiempo. Al hacerlo la frustración vendrá inevitable.

P. Si no estoy identificado con las formas irreales, y los demás si lo estuviese, me considerarían un extraño.

C. No tienes que coincidir con la opinión de los demás. Si estás en contemplación de aquella belleza que evocan, no te importará lo que en la superficie se acepte o se rechace. Desde aquella belleza, desde aquél estado de amor abrazas todas las formas. Si nuestros ojos están bien colocados pueden ver la unidad, la belleza, la armonía en todo.

P. Buscamos las situaciones y las cosas bellas, ¿cómo no vamos a buscarlas?

C. El que busca para conseguir es el pensamiento. Y lo hace porque cree que le falta algo: desde el silencio la belleza se revela sola.

P. He tenido una vivencia al ver los distintos tonos de las hojas de los árboles en otoño. Ha sido para mí una comunicación con la belleza. Estaba viendo la belleza pura. Estaba tan unida con ella que también estaba dentro de mí, ¿Es esto lo que somos? ¿Esa belleza dónde está?

C. La belleza que ves fuera la está proyectando la belleza que eres. El paisaje no es más que un juego de sombras para que proyectes la belleza que viene desde lo profundo de tu ser. La belleza es la belleza divina, no hay otra. Y la que has visto con los ojos, la armonía de los matices del otoño, es un reflejo de aquella. La belleza que está en lo profundo del ser, se manifiesta a través de nosotros si hay sensibilidad. Al ser reconocida vuelve a integrarse en el ser. Es un movimiento en la unidad.

P. Esta mañana estuve a la escucha de los árboles, del trino de los pájaros. Miré una florecilla y le pregunté dónde estaba su belleza. Traté de contemplarla, pero el ansia de penetrar en su belleza, disipó mi contemplación.

C. Estabas considerando la belleza como un objeto. El juego del sujeto que mira el objeto debe diluirse para que la contemplación surja. Cuando reconoces la belleza en una flor has de diluirte en la belleza misma. Desde el objeto donde la has reconocido por tu sensibilidad, has de girar hacia la belleza misma y quedarte en ese estado. Contemplando ese anhelo se diluye el que experimenta la belleza y lo bello experimentado. Sólo queda esa hermosura que es el reflejo de lo divino en lo manifestado. El reflejo que te lleva al origen.

Tu no eres alguien que añora la belleza de una flor. Eres belleza. Contempla esa belleza que eres. Contempla la perfección que añoras. No intentes atraparla. Sólo contemplarla.

¿Debajo de cuantas capas has ocultado tu corazón?…



Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas…
Daba gusto sentarse a la sombra de un árbol en el huerto a contemplar todo aquel verdor y a escuchar el canto de los pájaros. Pero un buen día empezaron a crecer unas cebollas especiales…cada una tenía un color diferente: rojo, amarillo, naranja, morado… descubrieron que cada cebolla tenía en el mismo corazón (porque también las cebollas tienen su propio corazón) una piedra preciosa… esta tenía un topacio, la otra un aguamarina, aquella un lapislázuli, la de más allá una esmeralda. ¡Era una verdadera maravilla!
Pero se empezó a decir que aquello era peligroso, inadecuado y malo… ¡las cebollas deben ser blancas como siempre habría sido!…
total, que las cebollas de colores tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa… se pusieron capas y más capas, cada vez más oscuras y feas, para disimular cómo eran por dentro. Y así se convirtieron en unas cebollas de lo más común.
Pasó entonces por allí un sabio, que gustaba sentarse a la sombra del huerto y sabía tanto que podía comunicarse con las cebollas… empezó a preguntarles una por una:
- ¿Por qué no te muestras como eres por dentro?
¿Tienes capas alrededor de tu corazón? ¿Quieres encontrar tu piedra preciosa y mostrarla?…te ayudamos a encontrar tu piedra preciosa para poder mostrarla ante ti y todos los demás sin miedo…
Y ellas le iban respondiendo:
- Nos obligaron a ser así.
- Nos fuimos poniendo capas porque los demás nos criticaron mucho por nuestros colores…
Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya ni se acordaban de porqué se pusieron las primeras capas.
Al final el sabio comenzó a llorar… y cuando la gente lo vio llorando, pensó que llorar ante las cebollas era propio de personas muy inteligentes. Por eso todo el mundo sigue llorando cuando una cebolla nos abre su corazón… y así será hasta el fin del mundo

PNL aplicada a la meditación




El principal reto al sentarse a meditar (una vez superada la pereza de hacerlo) es lograr no dejarse llevar por nuestro propio discurso interno (o gremlin, o loro, según las versiones existentes…) y que la práctica no se convierta en otro silencioso monólogo de ésos a los que nos tenemos tan acostumbrados…

En eso consiste la práctica principal de la meditación, dejar que los pensamientos corran por su lado, sin aferrarnos a ellos, y observar y experimentar qué ocurre entonces… La práctica es ardua y desmoralizadora al principio, cuando, aparentemente, la persona no aprecia resultados (en realidad las “malas” meditaciones son la base necesaria sobre la que se construyen las “buenas”, pero eso es tema para otro post).

Por eso quiero traer aquí un método para reducir el diálogo interno durante la meditación, basado en la teoría de los movimientos oculares desarrollada por la PNL, que pone de manifiesto la relación entre los ojos y el cerebro y muestra que, en función del tipo de pensamiento o recuerdo que estemos teniendo, el ojo se mueve en sentidos diferentes (¡sobre este tema hay amplia información en Internet!). Conectamos con nuestro diálogo interno al mirar hacia abajo y a la izquierda, por lo que lo que evita esta meditación, precisamente, es realizar este movimiento (ni ningún otro, en realidad).

He aquí la receta: Prepararnos para meditar frente a una pared, a 1,5 metros de ésta (sentados en el suelo o en una silla, eso al gusto). Acercarnos a la pared y colocar una chincheta, calculando que nos quede a la altura de la frente. Sentarnos a meditar y mantener los ojos abiertos el mayor tiempo posible, con la vista fija en la chincheta y sin pestañear (no pasar de los 2-3 minutos). Hacer varios intentos, y repetir varias veces al día. Los ojos lagrimearán y lucharán por cerrarse, pero si nos sobrepasamos ese tiempo prudencial no nos haremos daño, y mejoraremos rápidamente nuestra concentración y la calidad de nuestra meditación.

La propuesta es de Salvador A. Carrión, uno de los pioneros de la PNL en España, aunque estas cosas, como es de suponer, están ya todas inventadas desde hace siglos o más…

En la tradición tibetana Bön y en las ramas más antiguas del Budismo tibetano una de las prácticas iniciales de toma de contacto con la meditación consiste en mirar fijamente y sin pestañear una imagen de la “a” tibetana (en la foto), que también se colocan, estratégicamente, frente a los ojos. Los monjes novicios se pasan una semana entera con esta práctica, en varias horas de meditación repartidas a lo largo del día, antes de pasar a prácticas más complejas. Y seguro que otras tradiciones cuentan con prácticas similares.


Débora Altit



BLOQUEANDO PENSAMIENTOS NEGATIVOS (Ejercicio)




De todos es sabido las limitaciones que nos generán los PENSAMIENTOS NEGATIVOS. En ellos se implican una serie de EMOCIONES, también necesarias para el ser humano, que nos crean un malestar físico y mental.


Para intentar aliviar esta carga os muestro un ejercicio que os puede resultar de mucha ayuda.


1º Piensa en algo que te produzca ansiedad o tristeza.


2º Cuando empieces a sentirlo, mira hacia arriba a la izquiera (sólo con tus ojos no gires tu cabeza, como en el dibujo).








3º ¿Qué ha pasado? lo más probable es que los pensamientos negativos hayan desaparecido.


4º Al girar nuestros ojos las emociones cambian.


5º Acordaros siempre de este hecho neurológico, si miramos hacia arriba nunca podemos pensar en negativo.