POR FAVOR, TÓCAME.





"Si soy tu bebé, tócame. Necesito tanto que me toques. No te limites a lavarme, cambiarme los pañales y alimentarme. Acúname cerca de tu cuerpo, besa mi carita y acaricia mi cuerpo.Tu caricia relajante y suave expresa seguridad y amor.

Si soy tu niño, tócame. Aunque yo me resista y te aleje persiste, encuentra la manera de satisfacer mis necesidades.El abrazo que me das por las noches, ilumina mis sueños.Las formas en que me tocas durante el día, me dicen como te sientes.

Si soy tu adolescente, tócame. No creas que, porque sea casi adulto, no necesito saber que aún me cuidas. Necesito tus brazos cariñosos y tu voz llena de ternura.Cuando el camino se vuelve duro, el niño que hay en mí te necesita.

Si soy tu amigo, tócame.No hay nada que me comunique mejor tu cariño que un abrazo tierno. Una caricia curativa cuando estoy deprimido me asegura que me quieres, y me informa que no estoy solo.Tu contacto pudiera ser el único que logre.

Si soy tu compañero sexual, tócame.Podrías creer que basta la pasión, pero sólo tus brazos rechazan mis temores.Necesito tu toque de ternura que me da fe,y me recuerda que soy amado, porque soy como soy.

Si soy tu hijo adulto, tócame. Aunque tenga mi propia familia para tocaraún necesito que me abracen mamá y papá, cuando me siento triste. Como padre yo mismo, mi visión ha cambiado y los valoro aún más.

Si soy tu padre anciano, tócame.Como me acariciaban cuando era pequeño. Coge mi mano, siéntate cerca de mí, dame tu fuerza y calienta mi cuerpo cansado con tu proximidad. Mi piel está arrugada, pero goza cuando es acariciada.

No tengas temor. Sólo tócame."

Extracto del libro “El poder del Tacto. El contacto físico en las relaciones humanas” de Phyllis K. Davis.

CUENTO EL GRAN VIAJE: SOLTAR EXPECTATIVAS Y EXPERIMENTAR LA VIDA



EL GRAN VIAJE

Tras muchos años de estudio, Ibrahím era capaz de hablar y discutir sobre cualquier tema que estuviese relacionado con el sentido de la vida. Conocía las últimas teorías científicas acerca del comportamiento de la materia y, además dominaba las verdades reveladas de las diferentes religiones del planeta.
En cualquier reunión en donde Ibrahím se encontrase, todos los presentes comprobaban admirados que dominaba perfectamente el arte de analizar cualquier asunto; sobre todo, si éste se refería a los interrogantes más comunes de la humanidad, que él solía definir como:
¿A dónde vamos?
¿De dónde venimos?
¿Quiénes somos?
Sin embargo, Ibrahím sentía que no había encontrado lo que realmente buscaba. No tenía paz interior y por más libros que leía, sabía que algo sutil e importante faltaba para calmar la sed que su corazón padecía.
Muchas veces se preguntaba: ¿”De qué me sirve haber repasado las bibliotecas más prestigiosas y haber escuchado a los sabios más renombrados, si no me siento conectado con la paz profunda de la que hablan todos los textos”?
Llego un día en el que Ibrahím se dijo: "Iré en busca del Maestro Interior de quien también se dice que se halla en lo más recóndito de mi Ser, para lo cual iniciaré un largo viaje y, a lo largo de las experiencias no casuales que espero vivir en el transcurso del mismo, se revelará lo que busco”.
Así que sin pensárselo más, partió hacia el Este en un despejado amanecer de primavera.
A los tres días de viaje, se encontró con un monje derviche que caminaba como él en la misma dirección. Al poco, éste habló y dijo:
¿”Quién eres y adónde te diriges”?
“Yo soy Ibrahím y soy un peregrino que busca el Maestro Interior”
A lo que el derviche contestó “Yo soy El-Faith y caminaré contigo”
“Pero... ¿Puedes tú ayudarme a encontrar el maestro Interior”? dijo Ibrahim.
A lo que el derviche respondió: “En muchos casos, el encuentro con el Maestro Interior depende de como se transforme el conocimiento teórico en experiencia, y, eso es algo que, a veces y, en parte, puede ser señalado por un compañero”.
Al rato llegaron junto a un roble que se balanceaba de manera algo extraña. El derviche se detuvo y a los pocos instantes dijo:
“Mira ese árbol. Parece estar diciendo: Algo me está lastimando, ¡Deteneos un rato y quitadlo de mi costado de manera que pueda encontrar reposo!"
"Bah, tenemos prisa", dijo Ibrahím con cierto desdén. "Además, ¿desde cuando los árboles se comunican con los hombres?"
A las pocas horas de camino, el derviche dijo: "Cuando nos encontrábamos cerca del roble creí haber olfateado miel. Puede que la causa de tal olor sea un panal de abejas salvajes construido en un costado del árbol."
"Si eso fuera cierto", dijo Ibrahím. "Volvamos de prisa para recoger toda la miel que podamos, tal delicioso alimento no sólo servirá para saciar nuestro apetito, sino que también podremos vender parte y paliar los gastos del camino".
Cuando llegaron nuevamente hasta el roble, vieron que otros viajeros habían ya descubierto el panal y estaban gozosos de haber encontrado cantidad tal, como para asegurar largo tiempo de marcha.
Ibrahín refunfuñó confuso y frustrado, pero en vista de lo cual, siguió adelante en el camino
Al poco tiempo, los dos hombres llegaron a una montaña en cuya ladera se escuchaba un zumbido. El derviche aproximó la oreja al suelo, y tras hacer una pausa, dijo:

"Debajo de nosotros hay millones de hormigas construyendo una colonia. Ese zumbido es un pedido colectivo de ayuda. En el idioma de las hormigas significa”: “¡Ayudadnos!, ¡Ayudadnos!, Estamos excavando y nos hemos tropezado con rocas extrañas que detienen nuestro avance. ¡Ayudadnos a quitarlas de ahí!".
El derviche continuó y dijo: "¿Deberíamos detenernos a ayudar o tal vez prefieres que sigamos adelante? .
"Hormigas y rocas no son asunto nuestro hermano, tenemos objetivos más importantes, pues yo por mi parte estoy buscando al Maestro Interior." Contestó Ibrahím.
"Como quieras", dijo el derviche... "aunque se dice que todas las cosas están relacionadas y supongo que esto no debe ser ajeno a nuestras vidas".
Ibrahím no prestó atención a lo que aquel viejo que le acompañaba decía ente dientes, así que siguieron el camino.
Pasadas unas horas, de pronto Ibrahím se dio cuenta de que había perdido su cuchillo.
"Debe habérseme caído cuando me agaché cerca del hormiguero", dijo.
Así que volvieron sobre sus pasos buscando el cuchillo. Al llegar nuevamente al hormiguero no encontraron ni rastro del mismo, pero lo que sí encontraron fue a un grupo de personas, descansando junto a una enorme pila de monedas de oro que exclamaban con júbilo:
"¡Mirad este tesoro que acabamos de desenterrar! Estábamos descansando en este lugar del camino cuando de repente, un anciano derviche, por cierto muy parecido al que te acompaña, nos dijo: Cavad en este lugar y encontraréis aquello que es roca para unos y oro para otros."

Ibrahím maldijo su suerte. "Si hubiéramos apartado la piedra del hormiguero, tú y yo habríamos sido ricos “¡Maldita sea!”
A los pocos días de travesía, llegaron a orillas de un río. El derviche se detuvo y mientras se hallaban sentados esperando a la balsa que se disponía a cruzarlos, un pez emergió varias veces, boqueando en dirección hacia ellos.
"Este pez", dijo el derviche, "nos está enviando un mensaje que dice: Me he tragado una piedra, agarradme y dadme de comer aquella hierba”, dijo el derviche señalando unas matas, “así podré vomitarla y encontrar alivio. ¡Caminantes tened piedad!"
En ese instante apareció la balsa que se disponía a cruzarlos e Ibrahím, impaciente por seguir adelante, empujó al derviche dentro de ella diciendo apresurado. “¡Crucemos! Al fin y al cabo, los peces no son asunto nuestro”.
Una vez en la otra orilla, el barquero se sintió agradecido por la moneda recibida y les indicó un lugar cercano en el que podrían pasar la noche.
A la mañana siguiente y poco después del amanecer, encontraron al barquero diciendo alborozado a un grupo de personas: "En la pasada noche ha pasado una estrella por mi vida. Sucedió que al llegar la hora de retirarme a casa para descansar, aparecieron unos viajeros en la orilla solicitando mis servicios. Y aunque mi jornada de trabajo había finalizado y, además parecían pobres, me dije: Bueno, aunque sea por hacer la buena obra del día y recibir el “Baraka”, decidiré ayudarles y realizar el servicio que me solicitan. Pues bien, una vez realizado el cometido, de pronto vi que un pez se había arrojado sobre unos juncos y trataba de comer una hierba curativa. Sentí compasión por él y metí la hierba en su boca. Aquel pez a continuación vomitó una piedra y se zambulló de nuevo en el agua. Ante mi sorpresa, aquel trozo de roca luminosa era un perfecto diamante de incalculable valor.
Ibrahím enfurecido le dijo al derviche: "¡Eres un demonio. Tu conocías los tres tesoros por alguna percepción oculta y, sin embargo, en ninguna ocasión me lo confesaste! ¿Es eso verdadero compañerismo?
El anciano tan sólo miró a Ibrahím y sonrió con lucidez y ternura.
En ese momento, la voz áurea de un poeta que cantaba junto al río, llegó acariciando los oídos de los dos viajeros diciendo :

Llegará un día en que tras conocer y dominar
las aguas, los vientos, las rocas y el fuego
dominaremos para la Vida
las energías del amor
Ese día habremos despertado del gran sueño
y los astros bailarán la danza sagrada
que convierte el conocimiento en consciencia
y la consciencia en amor


Fuente : cuentos para aprender a aprender . Jose María Doria 

LAS DECISIONES EN LA PAREJA : DESDE DÓNDE TOMARLAS






Uno de los pasos más complicados en una pareja es la toma de decisiones y la resolución de conflictos. La vida nos expone diariamente ante diferentes opciones entre las que tenemos que elegir. El aprendizaje de un sistema adecuado de solución de problemas permitirá reforzar la pareja y obtener consecuencias positivas de sus decisiones.

El día a día de cualquier persona supone la toma de miles de decisiones más o menos importantes. La mayoría de las personas tienen automatizado el proceso de solución de problemas por el cual acaban decidiéndose por una opción u otra. El aprendizaje juega en este proceso un papel crucial, permitiendo una mejora a través de la valoración de los errores y los aciertos. La acumulación de experiencias positivas generará la reducción del estrés ante los problemas cotidianos y la consiguiente mejora de la autoestima.

La relación de pareja introduce en este proceso un elemento más, “las opiniones y creencias de otra persona”. Esto viene a duplicar y en ocasiones a complicar el proceso de toma de decisiones en la pareja.

Hay que aprender las habilidades que nos permitan aceptar y adaptar a la relación aquellas características de nuestra media naranja que no habíamos pensado tener que “aguantar”





Al iniciar la relación de pareja las expectativas pueden ser tan idealizadas que incluso se cede en exceso para intentar complacer a la otra parte. En este momento los problemas suelen ser pocos y en caso de ocurrir se minimizan. Cuando la relación avanza, comienzan a aparecer las primeras decisiones conjuntos “¿dónde vamos de vacaciones, la playa o la montaña?” “Salimos por tal sitio o por este otro”, “quedamos con tus amigos, o con los míos”, etc.

Es en esta primera etapa de la relación dónde se van a sentar las bases de una buena resolución de conflictos en pareja. La capacidad de escuchar la opinión del otro, la asertividad para expresar nuestras propias necesidades, y la negociación para llegar a una acuerdo, serán lo elementos fundamentales para conseguir salir airosos del conflicto.

Ya comentábamos en un artículo anterior la importancia de escuchar a la otra persona tratando de ponernos en su lugar. En la mayoría de las ocasiones solemos escuchar, pero no siempre intentamos saber lo que siente y lo que quiere decirnos. En muchas ocasiones interpretamos de forma negativa un comentario o una elección diferente a la nuestra. En una pareja no siempre se ha de coincidir en todo y esto no tiene porque significar que se quieran menos. Por tanto debemos preguntar por qué nuestra pareja prefiere la playa o quiere salir con sus amigas o prefiere salir por tal lugar.

Lógicamente, esto no significa que siempre tengamos que hacer lo que nuestra pareja nos propone, sino que tendremos que tener también el “valor” de decirle lo que pensamos o lo que preferimos sin temor a que se enfade. El trabajo es doble, será importante que entendamos lo que nos quiere decir nuestra pareja sin molestarnos por ello y trataremos de decirle lo que nosotros sentimos de la manera más adecuada para que no suponga un comentario crítico (Ver artículo anterior “La comunicación en pareja”)

Si la relación se estabiliza y se da el paso a la convivencia pueden aparecer los primeros conflictos importantes. Los diferentes estilos educativos recibidos, unidos a las expectativas y el tipo de vida que lleve cada uno de los miembros de la pareja, pueden generar multitud de situaciones conflictivas que habrá que ir solventando.

Jacobson (1979) definirá una serie de factores que son importantes, tanto en la atracción inicial como en el desarrollo del conflicto:

• Atractivo inicial

Tiempo de la interacción breve y positivo.
Ausencia de toma de decisiones
Novedad de la comunicación sexual
Expectativas idealizadas

• Desarrollo de conflicto. Surge ante el choque entre las expectativas y la realidad. Aumentará si existe:

Déficit de habilidades.

Deficiencia en control de estímulos.
Cambios en el entorno.
Preferencias discrepantes en cuanto al grado de intimidad deseada.

Uno de los entrenamientos habituales en cualquier terapia de pareja, o en cualquier proceso de mediación familiar, es el de solución de problemas, si bien es cierto, que para llegar a este paso es necesario haber mejorado la comunicación en la pareja y tener un ambiente positivo, cualquier pareja puede beneficiarse de la aplicación de este procedimiento. Las ventajas más claras son:

• Ver los problemas como una búsqueda de soluciones, aprendiendo a describirlos de forma objetiva.
• Aprender una forma adaptativa de enfrentarse ante las dificultades que surgen en la vida cotidiana.
• Consolidar la idea de centrarse en lo positivo y no en lo negativo.
• Conseguir que la pareja madure y salga reforzada ante el éxito de afrontar un problema
• Aplicar el mismo procedimiento en situaciones futuras

En la mayoría de las ocasiones las desavenencias en la pareja puede surgir por conductas de uno u otro miembro que molestan o que interfieren en la propia pareja. En otras ocasiones los problemas surgen por tener que decidir entre dos alternativas opuestas o diferentes. Parta todas ellas la solución de problemas en parejas sería una buen estrategia. Se pude dividir en dos fases:

• Fase de definición del conflicto Es uno de los aspectos más complejos en el campo de la pareja. Se trata de conseguir explicar desde los dos puntos de vista, que es lo nos preocupa o cual es nuestra opinión sobre alguna decisión concreta. Sugerencias que pueden ayudar a la pareja:

· Elegir el momento y lugar para hablar del problema

· Exponer cada uno su punto de vista:

Empezar por algo positivo
Ser específicos y breves
Expresar los sentimientos
Admitir la propia responsabilidad

· Definir el problema debe incluir:

Descripción de la conducta indeseable
Especificación de las situaciones en que ocurre
Descripción e las consecuencias negativas del problema

· No realizar inferencias ni atribuciones personales sobre la conducta de nuestra pareja.

· Discutir solamente un problema cada vez ( No sacar trapos sucios)

• Fase de búsqueda de soluciones En esta fase se intentan plantear y llevar a cabo las posibles soluciones al problema una vez descrito éste. Es importante:

· Centrarse en las soluciones.

No volver al pasado
Utilizar tormenta de ideas
Valorar las ventajas y desventajas para la pareja.

· Seleccionar las soluciones a poner en marcha. El cambio requerirá que ambos participen. Reciprocidad.

· Establecer los medios para conseguir poner en marcha la solución.

· Poner fecha y lugar para valorar la solución.

· Este proceso no debe llevarnos más de una hora


La negociación marital es diferente a otras negociaciones:

• Ceder no implica perder
• Vencer no es convencer.
• Ganar a corto plazo puede suponer perder a largo plazo.
• Los acuerdos se establecen durante un tiempo establecido.
• Evitar el boicot, recordando que se trata de un acuerdo mutuo, y lo difícil que ha sido llegar a él.
• Recordar cual es nuestro objetivo final (encontrarnos bien con nuestra pareja)


D. Alejandro Arribas sánchez.