Terapia NAIKAN:Método de autoobservación japonés




"El maestro interrumpe el silencio con cualquier cosa,
un sarcasmo, una patada. Así procede en la técnica
zen, el maestro budista en la búsqueda del sentido.
A los alumnos les toca buscar la respuesta a sus pro-
pias preguntas. El maestro no enseña ex cátedra una
ciencia ya constituida, da la respuesta cuando los
alumnos están a punto de encontrarla"
Jacques Lacan




El naikan es un método japonés de introspección sencillo e intensivo que ayuda a enfrentarse al propio yo de una forma serena y apacible y conduce a sanar las heridas más antiguas del alma y recuperar la fuerza y la alegría de vivir.

El concepto de salud mental, es en oriente (paticularmente en China, Tailandia, Corea y Japón) muy controvertido. De hecho, no parece estar regido por los cánones que nosotros conocemos. Cosa que responde más a la "metáfora social de la locura", que a los textos utilizados para darle dimensión científica.

En ese estado de cosas, han surgido algunos intentos cuasi-terapéuticos que se nutren de prácticas de neto corte ascético. Es así como el Taoísmo, el Budismo y el Sintoísmo han aportado lo suyo a la hora de concebir un sistema que se adecúe a la idiosincrasia de esos pueblos.

Para situar sólo un ejemplo, un brote psicótico, un ataque de gran mal epiléptico o un cuadro conversivo, suelen ser imputados a crisis espirituales. Esto no significa que la psiquiatría haga caso omiso del fruto de sus observaciones. Tampoco quiere decir que estemos en presencia de pueblos cuya ignorancia hace de obstáculo al progreso. Sólo significa que la ciencia, se encuentra (de ordinario) encorsetada por un puñado de prejuicios socio-culturales que impiden su ejercicio y cercenan su verdad.

En ese marco, hizo su aparición la Terapia Naikan, un método de auto-observación que se vincula lateralmente a al técnica Zen. La misma consiste en "... un procedimiento en el cual el discípulo examina sus experiencias pasadas y reflexiona sobre ellas; mediante estas reflexiones completa la reformación de su ser"

La duración habitual de la terapia Naikan, es en Japón de una semana. La misma transcurre en el más estricto silencio. Las comunicaciones entre los asistentes y los facilitadores se reduce a meras cuestiones organizativas relativas a dicha estancia y a las instrucciones inherentes a la práctica misma.

Luego de un período introductorio (los primeros 3 días) de meditación sobre un objeto abstracto (en general la propia respiración), se pasa a una segunda fase donde el alumno/paciente habrá de proceder al armado de una lista/inventario. En ella habrán de desfilar todas las figuras significativas que han interactuado con el sujeto en cuestión, a lo largo de su vida.

Esta tarea puede llevar todo un día completo. Es menester que quien se aplique a ello, sea despiadadamente honesto consigo mismo. Sólo así podrá recoger algo del fruto esperado.

Posteriormente se espera que el paciente (en un orden secuencial cronológico) haga desfilar por su conciencia meditativa a cada uno de los personajes "previamente inventariados". El facilitador (o Sensei) le efectuará preguntas puntuales tendientes a subrayar algunos ítems en los que pueden aparecer identificaciones imaginarias "coaguladas".

Se le pide al discípulo que considere no solamente lo que hizo o dijo (por ejemplo) su madre, sino también lo que él hizo o le dijo a ella durante el momento recordado. Suele hacerse más hincapié en la observación de uno mismo que en la de los demás...

Líneas arriba había hecho una referencia a que el proceso de marras apunta (en algún sentido) a lo que los psicoanalistas llamamos desidentificación. En las técnicas meditativas más diversas, el fin (palabras más, palabras menos) parece ser similar.


· Meditación Vipassana (concentración en el flujo y reflujo respiratorio).


· Za-Zen (meditación budista).


· Japam (meditación hinduista cuyo objeto de atención es un mantra).


· Meditación Shinsokan (concentración de base sintoísta que recae en imágenes de perfección).


· Letanías de la tradición Judeo-Cristiana.


· Etc.


No deja de ser interesante el hecho de que tales concepciones (en especial las dos primeras) conciban la desidentificación como debilitamiento del yo hacia su mínima expresión y no como abolición del mismo. Esto es así debido a que en tanto el yo es una ficción que surge prioritariamente como producto de identificaciones imaginarias (es decir que su entidad misma es ficcional), una apuesta que se dirija a abolir una ficción... no dejaría de ser ni más ni menos que otra ficción (¡!). Por ello, y utilizando una analogía, podemos decir que el mejor modo de disminuir el poder fantasmagórico de una sombra es encender más luces y no intentar aplastarla a pisotones.


La Terapia Naikan, que en su raíz se encuentra imbuida de los conceptos enunciados precedentemente, ha pasado por el filtro de U.S.A. (recibiendo influencias de la Asociación Americana de Análisis Transaccional). Tales modificaciones occidentalizadas, tuvieron por objeto que el sujeto adquiera (con posterioridad a la experiencia vivencial) un aprendizaje proclive a expandir su conciencia inmediata y autoreferente. Veamos de qué modo:


1. Irse a un sitio donde no tenga ninguna distracción sensorial durante un largo período de tiempo.


2. Imaginarse mirando una pantalla en blanco (en su mente).


3. Vea a su madre en la pantalla. Cuando surjan imágenes de incidentes entre usted y su madre, pregúntese (mentalmente): "¿Qué hice o dije yo entonces?"


4. Concéntrese sobre lo que usted hizo o no hizo o no tuvo intención de hacer.


5. Repita el ejercicio anterior con otras figuras parentales (hasta agotar stock).


6. ¿Qué aprende Ud. acerca de sí mismo?


3 PREGUNTAS CLAVE

La introspección, Naikan debe centrarse en el propósito de dar respuesta a tres preguntas en relación con esa persona y durante ese periodo:


. ¿qué hizo por mí esa persona durante ese periodo?

. ¿qué hice yo por ella durante ese mismo periodo?

. ¿qué dificultades le causé en este periodo?


A cada periodo de cinco años se dedica aproximadamente una hora y media de análisis y reflexión. Al cabo de esa hora el practicante recibe la visita del guía, a quien debe responder de forma breve las tres preguntas naikan.

Se va descubriendo qué ha sido correcto a su juicio y qué no en su comportamiento ante la vida. Por ello, durante el retiro naikan crece la confianza en la propia capacidad de observación y valoración, lo que se convierte en una base sólida para reorientar el futuro.

Como muchas técnicas orientales, es profundamente concreta. Para poder responder a estas preguntas es necesario irnos a hechos, incidentes, acciones









El que sufre antes de lo necesario sufre más de lo necesario

 
 
 
ARMONIA

El que sufre antes de lo necesario sufre más de lo necesario. Séneca

Si uno cultiva su paz interior mediante la práctica de la acción correcta, sentirá tal grado de confianza que cualquier anticipación acerca de lo mal que pueden ir las cosas, será interpretada por su mente profunda como un pensamiento virus y su disolución será automática. La anticipación negativa de acontecimientos dolorosos genera sufrimiento en el presente de lo que, paradójicamente, puede suceder o no en el futuro ¿Acaso no es mejor pensar que cuando las cosas sucedan, dispondremos de las soluciones consiguientes? En realidad, antes de que suceda lo que uno teme, lo más probable es que alguno de los elementos implicados haya sufrido alguna modificación ¿Acaso no puede suceder también que cuando llegue el mañana, pueda incluso ya darnos igual lo que hoy nos atormenta?

Existen personas que tienen un cierto grado de adicción a vivirse en el problema. Sus mentes tienen el hábito de crearse tensión e incertidumbre acerca de lo que llega. Es muy frecuente que el programa mental de anticipación y victimismo de estos sujetos haya sido fotocopiado de alguno de sus progenitores. Un aspecto que, si bien ayuda a comprenderlos, no les exime del trabajo de instalar nuevos programas mentales. Para conseguir tal reorientación positiva, primeramente conviene devenir consciente de los momentos cotidianos en los que sale a la luz nuestra parte negativa y crítica. Seguidamente, es aconsejable cultivar la atención sostenida al trazado de nuevas opciones de pensamiento más profundas y expansivas. De otro modo, las ideas estériles, además de intoxicar al propio psicocuerpo y al medio ambiente, angustian y atormentan.

Un día un malicioso ilusionista hizo correr la voz de que sería capaz de enseñar a un burro a hablar. Su habilidad en la creación de rumores era tal, que pronto llegó a oídos del Rey semejante idea. Cuando se presentó ante la corte, juró y perjuró al propio Rey que sería capaz de enseñar a hablar a cualquier burro si tan sólo le concedía tres años viviendo en palacio. Ante tal planteamiento el monarca le dijo: -“de acuerdo, pero si no lo logras al finalizar el plazo fijado mandaré cortar tu cabeza”-. El ilusionista aceptó y entre dientes musitó: -“y en tres años de manjares y de buen vivir, ¿no se morirá antes el rey, el burro o yo?”-

Las estadísticas más recientes señalan que el 90% de los sufrimientos que el ser humano padece son generados por cosas que no han sucedido ni van a suceder. El hecho de aprender a erradicar tales pensamientos virus de la corriente mental supone el verdadero yoga de atención. Cuando la mente es invadida por semejantes ideas, el sujeto se ve obligado a mantener un constante estado de alerta. Se trata de una gimnasia mental que, sin duda, fulmina los pensamientos inútiles e indeseables y ayuda a conocer los entresijos de la propia mente. Esta práctica también propicia a relativizar el mundo de las ideas y posibilita un salto en la expansión de consciencia.

Es frecuente observar como muchas madres tildadas de “buenas” se anticipan a imaginar desgracias en sus hijos mayores cuando éstos se retrasan en llegar a casa. Cuidado con ese aspecto de algunos seres que se preocupan “tanto” por los demás, cuando afirman que lo hacen porque los quieren y “necesitan”. Tal vez, dichos vínculos, en la mayor parte de los casos, tienen que más que ver con patrones patológicos de dependencia que con relaciones de amor y convivencia. Los hechos que acontecen en la vida son totalmente neutros. En realidad, es nuestra mente la que interpreta y da significado positivo o negativo a las cosas que pasan. Desde tal perspectiva, aprender a pensar bien lo que sucede es una de las más valiosas competencias de la persona.
 
Del libro Inteligencia del Alma . J.M Doria 

lOS JUEGOS DE PODER: EL CHANTAJE EMOCIONAL Y EL TRIANGULO DRAMATICO.





Los juegos de poder se pueden ejercer desde la sutileza o desde la total imposición. Se realizan haciendo uso de la fuerza o haciendo uso de la psicología mediante herramientas como el miedo, la amenaza, la intimidación o el chantaje emocional. Se encuentran en nuestras relaciones personales y en nuestro entorno de trabajo. Están presentes el mercado a través de todas esas actividades que intentan dirigir nuestra atención y nuestro deseo hacia diferentes productos o servicios. Los puede detectar en el ruedo político donde se utilizan todos los días para impulsar las medidas, propuestas y acciones que cada una de las formaciónes intentan sacar adelante. Incluso aparecen en nuestra sociedad, donde encontramos formas de opresión de unos grupos hacia otros desde las más sutiles hasta las más dominantes.
Establecemos juegos de poder desde la escasez, cuando explotamos el miedo que tienen los demás a verse privados de las cosas que necesitan, a encontrarse en una situación de extrema necesidad. También lo hacemos desde la intimidación, utilizando el miedo que los demás tienen hacia la violencia. La mentira es también un recurso para abusar del poder en la medida que utiliza la culpabilidad y el temor a la confrontación que tiene la persona manipulada. También podemos ejercer el poder desde la pasividad, utilizando la no acción o la omisión para ejercer nuestro poder sobre el otro.
Steiner enumera los diferentes juegos de poder en los que partipamos las personas, muestra las pautas para reconocerlos y define algunas posibles respuestas desde la colaboración.
Si detecta que alguien está utilizando un juego de poder para que usted haga algo que no quiere, o deje de hacer aquello que quiere, puede actuar de diferentes formas. Puede reaccionar con otro juego de poder aún mayor, e iniciar una escalada que será respondida con sucesivos juegos. También puede someterse al juego y alinearse se forma sumisa con la persona que intenta ejercer su poder. La tercera opción es la de neutralizar el juego con otro juego de poder que colapse el anterior. La última de las respuestas es la de la cooperación, la de buscar un espacio común en el que ambas partes puedan alcanzar sus objetivos. Esta última es menos evidente, pero también es más creativa y nos abre espacios alternativos al abuso del poder, a la manipulación o la imposición.


1.- EL TRIÁNGULO DRAMÁTICO  S. Karpman

Lo principal para todo profesional y, en especial, en el campo de las
drogodependencias, en el que es muy fácil representar el rol de Salvador, consiste en no caer
en el juego llamado por Karpman Triángulo Dramático. Karpman, discípulo de Eric Berne
(creador del Análisis Transaccional) lo expresa con este gráfico:
El Triángulo Dramático representa tres roles diferentes, en los que suele manifestarse
el profesional: Salvador, Perseguidor y Víctima. Estos son roles que se ejercitan de manera inconsciente y repetitiva. Se producen mediante intercambios verbales y no verbales. A estas transacciones comunicacionales del Triángulo Dramático se les llama juegos psicológicos o de relación; éstos se aprenden durante la infancia en el seno de la familia y escuela y se utilizan para confirmar los mitos existenciales de cada uno. Por ejemplo, en la vida se ha venido a sufrir... o no te puedes fiar de nadie, también ¿por qué siempre me ocurre lo mismo?. También se utilizan para manipular a los demás, es decir, para que los otros hagan algo sin pedírselo directamente y para evitar la intimidad, pues los juegos del Triángulo distancian de forma conflictiva a las personas, alejándolas de tener encuentros abiertos y sinceros.
El Triángulo Dramático, también ha sido llamado el Triángulo de la Supervivencia,
pues durante la infancia asumimos estos papeles para poder sobrevivir emocionalmente.
Cualquier niño empieza por sentirse Víctima, porque es imposible que todas sus necesidades sean satisfechas, y sobretodo, la necesidad básica de sentirse amado incondicionalmente. El niño no siempre puede decir No, pues depende de los adultos. El niño que se siente Víctima en casa pasa a ser un Perseguidor en el colegio, con sus compañeros/as. Lo mismo ocurre en la etapa adulta, cada persona escoge una manera de protegerse de su propio dolor emocional,
unos tendrán tendencia a cuidar a los demás haciendo de Salvadores, otros descargarán su
resentimiento sobre los otros haciendo de Perseguidores y unos terceros seguirán como niños
indefensos e impotentes en el papel de Víctimas.
Los tres roles del Triángulo son un intento errado de conseguir afecto. A veces, se
prefiere recibir reproches como una forma de recibir amor. El Salvador actúa bajo el influjo de la culpa, la Víctima bajo el influjo del resentimiento, mientras que el Perseguidor bajo el influjo de la agresividad.


2.- DISTINGUIR LOS PAPELES

Cada vez que una persona representa de forma inconsciente uno de los papeles del
Triángulo Dramático está entrando en un juego emocional y acabará sintiéndose mal. Para
poder detectar cuando estamos entrando en el Triángulo Dramático, debemos aprender a
distinguir entre los papeles representados de forma consciente y auténtica, donde el resultado suele ser positivo, y los papeles representados de forma inconsciente e inauténtica, donde el resultado es negativo.


1.- La persona SALVADORA va por la vida prestando ayuda, a cambio de mantener la
dependencia de los otros hacia él. Por una parte, necesita Víctimas y, si no las encuentra, las crea; por otra, al ser ayuda inauténtica, se queja continuamente de sus esfuerzos. Suele decir siempre se aprovechan de mi generosidad.
La percepción interna del Salvador es que los otros le necesitan y asume la responsabilidad de solucionar los problemas de la Víctima, pues cree que la Víctima no puede pedir ayuda ni resolver su situación.
Según Steiner el Salvador hace por los otros más de lo que le corresponde y, a menudo, se
obliga a sí mismo a hacerlo, aunque sienta que no quiere hacerlo. Prioriza las necesidades de los demás por encima de las suyas, porque no tiene conciencia de lo que quieren realmente.
El Salvador actúa bajo el influjo de la culpa y por la necesidad de sentirse superior. Lo
que consigue haciéndose cargo de los problemas de los demás es evitar sentir su propio
sufrimiento: ojos que no ven, corazón que no siente.
Un ejemplo típico de la representación del papel de Salvador es el siguiente: Las esposas
de los alcohólicos no llegan a comprender que sus infinitos sacrificios, su desinterés y su
buena voluntad en soportar los abusos del alcohólico, seguidos del perdón, le perjudican más que le ayudan. (Steiner,1992, Los Guiones que vivimos). Muchos alcohólicos se ponen en tratamiento especializado y dejan de beber, cuando la esposa da un ultimátum del tipo: separación matrimonial o tratamiento en un Centro especializado en alcoholismo. Teniendo en cuenta que la amenaza por sí sola no funciona, sólo cuando la esposa realmente actúa y prepara la separación en serio, es cuando ésta deja de hacer de Salvadora del alcohólico - Víctima y hace algo para ayudarse a sí misma e indirectamente ayuda también a confrontar al marido alcohólico con su problema.
Un profesional de la salud (médico, psicólogo, asistente social, etc...) puede representar el rol de Salvador cuando empieza a hacer horas extras y ni las cobra ni las recupera. También, cuando se extralimita en sus funciones, cuando se esfuerza más que el usuario, cuando se responsabiliza de los casos de sus compañeros, etc...
Es fácil saber si uno ha caído en este papel, cada vez que el profesional se siente mal en
relación con sus clientes, cuando experimenta sentimientos de tristeza, decepción, impotencia, cansancio o rabia es señal de haber asumido un papel que no le corresponde. El profesional que hace de Salvador se dirige a sus usuarios con una de estas actitudes: Yo estoy bien, tu estás mal y voy a hacer mía la responsabilidad de tú malestar o yo estoy mal, tú estas mal, pero yo te veo peor y voy a responsabilizarme de tu malestar.
Otra de las formas que tiene el profesional para darse cuenta de que está haciendo más
esfuerzo que el usuario y, por tanto, que está vivenciando el papel de Salvador consiste en atender y escuchar el propio cuerpo, éste no engaña nunca. Por ejemplo, el caso del profesional que está intentando convencer de algo al usuario éste último le sigue la corriente con un tiene razón, pero... Si el profesional empieza a notar dolor de espalda, cansancio físico, dolor de cabeza, mareo o cualquier otro mensaje corporal durante la entrevista o al finalizar ésta, entonces es que ha asumido el papel de Salvador.


2.- La VÍCTIMA se las arregla para no acertar en hacer bien las cosas; envía mensajes
verbales y/o no verbales quejándose, de su indefensión; su comportamiento es
autodestructivo, y provoca su humillación o sufrimiento y finja estar desconcertado. La
actitud de la Víctima se suele representar por algunos usuarios de Servicios de la
Administración que intentan poner el cebo al profesional. para que represente el papel de
"Salvador".
La actitud de la Víctima suele ser: Yo estoy mal, tú estás mal y vamos arreglárnosla para
que yo esté peor o yo estoy mal, tú estás bien y quiero que te hagas cargo de mi malestar.
La Víctima siente culpa, inferioridad, tristeza y tiene una baja autoestima. Su sentimiento
básico es de resentimiento contra la vida que le hace sufrir y contra los Salvadores que siguen incapacitándola con su ayuda.
En términos generales, podríamos decir que un infante depende de los adultos y, por tanto, puede ser una auténtica Víctima; por el contrario, la persona adulta tiene capacidad de decisión y es responsable de cambiar su situación.


3.- El PERSEGUIDOR se comporta bajo el influjo de la agresividad, quiere satisfacer sus
necesidades y actúa en interés propio, poniendo a los demás en situaciones difíciles o de
sufrimiento. Su lema es pisa antes de que te pisen. Su juego preferido se llama te pillé.
El juego de Perseguidor establece unas pautas de comportamiento rígidas, por lo estrictas
o por lo poco prácticas; exige que se cumplan a rajatabla y suele cebarse en personas dotadas de una personalidad vulnerable, aquellas se complementarán con el Juego que marque el Perseguidor, haciendo de Víctimas.
Existen tres clases de comportamiento Perseguidor: Activos, actúan para satisfacer sus necesidades, pero pasando por encima de los otros.Vengativos, su propósito es castigar a los otros y tener la sensación de triunfo, de haber ganado. Pasivos, éstos persiguen por defecto, al no hacer lo que les toca o no cumplir con sus obligaciones, pone a los demás en serios apuros, provocándoles ansiedad o preocupación.
Si llevásemos la actuación de cada rol al dramatismo máximo, podríamos decir que el
Perseguidor puede ser un homicida, la Víctima. puede llegar a suicidarse y el Salvador puede legar a enfermar psicológica o físicamente por cuidar a los demás.



 Continúa...

 Lluís Camino Vallhonrat
Notas
El otro lado del poder, de Claude Steiner, está publicado en castellano por Editorial Jeder. Puede consultar un extracto del libro en la siguiente dirección.

Hay quien dice que el dinero da la felicidad





1.- ¿De qué depende nuestra cuenta bancaria?


Es posible que todavía no lo hayas descubierto, pero todo está en función de lo que sucedió en la familia, de su historia. El árbol genealógico forma nuestra concepción del dinero y del territorio. Desde la infancia, la familia inyecta en nuestras mentes sus deseos en forma de temores. Por tanto pregúntate sobre esos temores y tal vez puedas responderte la pregunta.


2.-Nuestra sociedad tiene una actitud extraña respecto al dinero: lo quiere y lo odia a la vez.


El dinero en nuestra sociedad tiene mucho que ver con el pecado. El dinero es un poco como un espejo, como el cuerpo que lo carga todo. Le han lanzado todo tipo de proyecciones negativas y está todo sucio. Cuando considero que el dinero es algo sucio, entonces me prohíbo ganarlo.
Cuantas veces hemos escuchado “¡qué asco de dinero!”, incluso una coplilla suena “..el dinero, el que inventó los dineros castigo se ha merecío…”. Algunas familias transmiten generación tras generación la creencia de que es incompatible ser rico, con triunfar en otras facetas de la vida, como el amor.


3.- Hay quien dice que el dinero da la felicidad


La felicidad no es dinero, no es un objeto. Es un don que se da al otro.
Lo importante es sentirse con el derecho a la prosperidad, no poner límites a lo que se puede poseer o no. El límite de lo que poseo es un límite mental, igual que las fronteras entre los países, cuando sé que todo lo que hay en el Universo es de todos por igual.


4.- ¿Qué hay de malo tener dinero en el banco por si vienen las vacas flacas?


El dinero es como la sangre, si no circula provoca enfermedades. Hay personas que establecen la prioridad en el ahorro, en no gastar ni un centavo. Son las personas que no invierten, sólo acumulan. La obesidad sería un síntoma de esa disposición. Es lo que ocurre cuando tenemos mucho dinero guardado pensando en el futuro, donde el miedo al futuro no es otra cosa que desconfianza en el presente.


5.- ¿Tan malo es acumular dinero?

 Añada un ejemplo para poder entenderlo¡ Va contra nuestra prosperidad acumular! Es preciso dejar un espacio, un vacío, para que cosas nuevas lleguen a nuestra vida. Deshacernos de todo lo inútil que arrastramos, limpiemos los cajones, los armarios, el cuarto de trabajos, el garaje…Demos lo que ya no usamos.
Hay un buen ejemplo en el funcionamiento de tu corazón. Bombea sangre sin parar durante toda tu vida y nunca guarda nada…vacía para poder llenarse nuevamente. Por cierto, hay un cuento muy sabio que te aconsejo leer este cuento: Usted ha de dar toda el agua primero


6.-Pero lo que escuché decir a mis padres es: “no tires nada, que más tarde puedes necesitarlo”


La actitud de guardar un montón de cosas inútiles nos encadena. No son los objetos guardados los que estancan nuestra vida sino el significado de la actitud de guardar. Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia, se cree que mañana podrá faltar, y que no tendrás manera de cubrir esas necesidades. Con esa idea, le estás enviando dos mensajes a tu cerebro y a tu vida: que no confías en el mañana y que piensas que lo nuevo y lo mejor no son para ti.




Un pausa en la conversación para escuchar al propio Jodorowsky en su oda al dinero . Pincha el altavoz





7.- ¿Cuál es el aspecto positivo del dinero?


Para tener dinero hay que aprender a amar el dinero, sabiendo que es una energía que puede ser mal o bien empleada. El Diablo es el símbolo del dinero mal utilizado y Dios simboliza el buen uso del mismo. Comienza por ponerle un precio a tu hora de trabajo, es decir de vida.






8.- De lo que dice, deduzco que tenemos que ganarnos la vida


La vida no se gana, se vive. Decidirnos a dejar la infancia que es un continuo pedir y convertirnos en adultos que es un continuo sembrar.


9.- ¿El dinero puede identificar nuestro nivel de consciencia?


Sí. Hasta que no ganamos dinero usando nuestro talento creativo no podemos considerarnos adultos. En general, vivimos en una sociedad infantilizada y como niños sólo sabemos pedir (pedimos al Estado-papa que solucione todas nuestras preocupaciones)


10.- Pero no me negará que vivimos en una sociedad basada en el consumo.


Consumimos porque creemos que hay un vacío en nuestro interior y lo llenamos comprando compulsivamente. Incluso llegamos al coleccionismo cuando las cosas se salen del tiesto.


11.- ¿Todo el dinero tiene el mismo valor?


Te contaré lo que dice Alejandro Jodorowsky: “el dinero tiene un valor económico y otro emocional”. No vale igual el dinero de una herencia que el dinero del emigrante. No es lo mismo el dinero del nuevo rico, que el del avaro. Hay mucho dinero distinto: el dinero aristócrata, el culpable dinero católico, el orgulloso dinero protestante o el dinero incestuoso.


12.- Temo quedarme en la miseria, ¿qué puedo hacer desde la perspectiva de la psicogenealogía y la psicomagia?


Un ejemplo de la psicomagia consiste en que si temes quedarte en la miseria, te envían a mendigar a una ciudad para que vivas tu miedo y así lo superes. Viajas a una ciudad que esté a unos 200 Km. de la tuya en autobús, pero sin dinero para volver…con lo que vas a tener que mendigar para recaudar el suficiente dinero y así poder pagar el billete de vuelta. (Un acto que nos obliga a enfrentarnos a lo que más terror nos provoca)


13.- Podría darme un último consejo respecto al dinero


Dice un proverbio chino: El ayer es dinero gastado. El mañana es dinero por venir. Usa, pues, el día de hoy, que es dinero en efectivo.

Por ALEJANDRO JODOROWSKY
 


fUENTE: 

Cómo ser feliz y no morir en el intento





El propio hecho de la observación altera al observador y a lo observado. Heisenberg

En el campo de la Psicología ha habido un gran descubrimiento. Se trata del poder curativo de la consciencia. Una capacidad que señala la gran influencia que tiene en sí misma, el puro darse cuenta. Por ejemplo, cuando somos capaces de “observar” de manera sostenida todos aquellos procesos de conducta que nos traen problemas, producimos transformaciones del patrón observado que conllevan nuevas opciones y programas más óptimos de acción futura.
En realidad, se trata de lograr mantener la atención sobre aquellas ideas y mecanismos que nos originan tensión y dolor ya que de esta manera, afloramos y resolvemos las viejas heridas “tapadas”. Así, creamos una sabia y sanadora “distancia”. Una medida que, como terapia sutil, permite nuevas posibilidades y sosiega el alma. Los grandes místicos y sanadores hindúes confirmaron este principio señalando que un conflicto “observado” es un conflicto resuelto. Y tal vez, desde la perspectiva científica de un Occidente prosaico y racional, uno se pregunte, ¿en qué se basa este axioma?.
Una respuesta a esta pregunta la ofrece la Física Cuántica al afirmar que el sujeto observador, mediante el acto de la simple observación, altera el objeto observado. Cuando, por ejemplo, se “observa” una partícula subatómica sucede que, automáticamente, ésta se ve afectada en su carga y en su órbita por la influencia de dicha observación. Evidentemente, el único contacto que ha existido en este hecho modificador ha sido el campo de consciencia desencadenado con la acción de observar. Y en realidad, observar, en términos de la propia persona, es tan sólo darse cuenta. Un hecho que nada tiene que ver con el pensamiento y sus elucubraciones, sino más bien con el acto instantáneo y neutral de atestiguar lo que pasa.
Cuando uno deviene espectador consciente de sí mismo y logra darse cuenta de sus propias máscaras, cuando indaga en sus reacciones y el modo en que su mente interpreta las cosas, si se da cuenta de la verdadera raíz de aquello que le duele y le inquieta, si pone atención en las justificaciones y autoengaños que su mente maneja, cuando observa los miedos soterrados y los anhelos que su corazón guarda, estará transformando el programa mental que los sustenta. Sucederá que las conductas automáticas se tornarán voluntarias y lo que antes le dolía y frustraba, ahora fluirá con calma.
Y, si además de devenir consciente de los procesos mentales, devenimos conscientes de que somos seres libres, habitantes del Universo, capaces de elegir las opciones que nos convengan y que, cada día, captamos mejor los aspectos más sutiles de las personas, estará naciendo al Testigo, a su verdadera identidad que todo lo observa. Un estado de conciencia análogo al de un espectador que no se identifica con los escenarios, tanto físicos como mentales, en los que se desarrolla su obra. El Testigo es la identidad Real del ser humano, una apertura, un claro Vacío y neutral, absoluto y supramental que, como cielo azul, vive inmutable mas allá de las nubes del pensamiento que, en cada instante, cambian de forma.
Saberse testigo de nuestra pequeña identidad personal y reconocerse como observador de la máscara que uno representa, permite vivirse en todas las opciones que nuestra diversidad demanda. Cuando lo inconsciente deviene consciente por el mágico poder del darse cuenta, todo tiene más sentido y se disfruta de la propia independencia. El viaje más importante de la vida: la gran aventura de la consciencia.
TRANSFORMACIÓN
Lo que se necesita mejorar no es el Universo, sino su modo de mirarlo.
Lama Dirhavansa

En alguna época de nuestra vida hemos dicho cosas tales como: “La vida es injusta... Fui víctima de la codicia de mis propios hermanos... Mis compañeros de trabajo eran insoportables”. Actitudes que, de manera sutil, culpabilizan al mundo de los propios infortunios, queriendo ignorar que todos los seres humanos nos sentamos en la mesa de la existencia con unas cartas en la mano y un conjunto de reglas.
Con el tiempo aprendemos a considerar que el mundo es como es, y cualquier juicio condenatorio que no asuma nuestra responsabilidad e ignore la parcela de misterio de lo global, no deja de señalar una posición incompleta y superficial. Cuando uno piensa que “los demás son injustos” no adelanta nada, ya que no sólo refuerza la incompetencia de su programa mental, sino que también prolonga el problema. Uno bien sabe que Si no le gusta lo que recibe, conviene que preste atención a lo que emite. En este sentido, alguien definió la locura como el hecho de pretender que las cosas vayan de otro modo, sin que por lo menos, uno mismo modifique su programa y actúe de otra forma.
El mundo que se percibe “ahí fuera” se conforma en nuestra mente. Y como bien sabemos, dicha realidad cambia dependiendo del estado de ánimo desde el que se percibe. Las experiencias de dolor, frustración y desencanto, sólo son útiles cuando están acompañadas de acción y ajustes de actitud, ya que lo que funciona, no es el cambiar el mundo, sino modificar la relación que tenemos con él. Algo que se logra ajustando la interpretación y el posicionamiento que nuestra mente hace del mismo.
Nuestra mente tiene la facultad de hacer crecer aquello en lo que enfoca la mirada. Si uno enfoca su atención en las ventajas de lo acontecido, por doloroso que el suceso haya sido, las ventajas aparecerán en nuestra mente en virtud de la Ley del enfoque que todo lo aumenta. No pensemos que, de esta forma, uno se engaña con una visión positivista prefabricada que en nada se acerca a la “realidad”. La llamada realidad se conforma en el interior del cerebro y es más maleable y subjetiva de lo que parece. Nuestra forma de mirar el mundo depende del programa de interpretación que nuestra mente seleccione y cultive. Los hechos son neutros. Es nuestra interpretación de los mismos la que los convierte en benditos o malditos. Si uno se hace competente en la utilización de un buen programa de interpretación y aprende a enfocar las ventajas integrales que trae lo que sucede, experimentará no sólo una mayor concordia, sino también una sostenida expansión de consciencia con todas las ventajas emocionales de alegría y poder que ello conlleva.
Si cambiamos la visión negativa del mundo, no sólo viviremos otras experiencias derivadas de este nuevo programa, sino que además nos sorprenderá comprobar como el mundo “de verdad” cambia. En realidad, el mejor favor que le podemos hacer a este planeta y a las personas que nos rodean es “pensarlas bien”. Es decir, pensarlas capaces de aprender y de transformarse.
La visión que ejercemos del mundo tiene un poder creador, similar al que experimentamos en nuestra actividad onírica. Si cambiamos el pensamiento, también cambia el escenario que uno sueña. Algo parecido sucede en el estado de vigilia despierta. El mundo depende de uno mismo, de lo que se opte interpretar entre las infinitas posibilidades de mirada. En realidad, el arte de vivir es el arte de enfocar e interpretar.
TRANSFORMACIÓN
No ceses en momento alguno de esculpir tu propia estatua. Plotino

Evolucionar significa crecer integralmente, es decir, crecer en todos y cada uno de los diversos rasgos del Ser. Muchos hombre y mujeres están desarrollados intelectualmente y, sin embargo, padecen de una gran inmadurez emocional. ¿Inmadurez emocional?, se preguntan y, ¿cómo se hace para madurar emocionalmente? La respuesta no pone de relieve la necesidad de cursar estudios en alguna exótica universidad de los Himalayas, sino de un trabajo personal de observación sostenida del propio programa mental y sus más íntimas creencias. Un ejercicio que madurará sus emociones y aportará templanza. Pero, ¿cómo conocer el propio grado de madurez emocional?
Observe si padece algunos de los siguientes síntomas. Primero: ¿soporta razonablemente bien las frustraciones?, ¿asume con rapidez el desenlace de acontecimientos contrarios a sus deseos y previsiones? Si usted no “encaja” las frustraciones, quiere decir que, en alguna medida, su vida está llena de expectativas. Y las expectativas tienden a crear frustración. Cambie la actitud “expectativa” por la de “posibilidad” y entrénese en la aceptación de lo sucedido. En realidad, no podemos volver hacia atrás y cambiar los acontecimientos. Mire hacia delante y no dramatice lamentándose del pasado. Aceptar los hechos no significa resignarse, sino más bien tener motivos de nueva acción, sabiendo que en el fracaso subyacen las semillas del éxito. En realidad, no hay fracasos, sino aprendizaje.
Segundo: ¿siente usted tendencia a totalizar?, ¿tiende a relacionarse desde los extremos “todo o nada”? Si siente que todavía las cosas son blancas o negras y le es difícil manejarse en una gama amplia de “grises”, busque el noble sendero medio. Si todavía experimenta fascinaciones y aversiones, tal vez le convenga aprender a caminar por el filo de la navaja y aceptar su parte de sombra.
Tercero: ¿sufre cambios de humor repentinos y sin motivo aparente?, ¿sucede que, de pronto, algo sumergido le cambia el chip y su mente se polariza en la agresividad y la rabieta? Si eso todavía es así, tal vez le convenga poner atención y analizar los pequeños detalles que le molestaron, ¿qué pensamiento fugaz al “pasar” por su mente consiguió amargarle? Cuando desenmascare su vulnerabilidad, podrá crear nuevas opciones de mayor poder e independencia.
Cuarto: ¿Se muestra muy susceptible a las críticas?, ¿le molesta mucho que alguien le vea defectos?, ¿le cuesta hablar y reírse de su parte “menos presentable”? Si eso es así, tal vez convenga que acepte su personalidad. Todos los seres humanos ofrecemos luces y sombras al exterior, sin que por ello se nos deje de apreciar y respetar. Sea consciente de sus carencias y recuerde que éstas son tan sólo partes de usted que no representan su totalidad. Es decir, que por ejemplo, usted no es impaciente, sino que tiene una parte impaciente. Usted es mucho más que cualquiera de sus partes. Evite totalizarse en una sola cualidad de su persona. Recuerde su dimensión espiritual de infinitud.
Si aspira usted a evolucionar espiritualmente, convendrá que no descarte la formación de un buen ego. Un ego sano, fuerte y consciente. Y desde el conocimiento de dicho ego, proceda a expandir su conciencia hacia el Testigo transpersonal desde el que observar la dualidad y la contradicción de su mente egoica. El hecho de madurar emocionalmente es una asignatura de la evolución y un requisito previo de la Paz Profunda. No caiga en negar su ego. Constrúyalo equilibrado, sano y asertivo y luego sigua adelante. ¿Espiritualidad? Sí, pero no descuide la construcción de un buen ego terrenal. Sin duda, la obra de arte más delicada y trascendente de la vida.
TRANSFORMACIÓN
Una vida no examinada no merece la pena ser vivida. Sócrates
El examen de las propias experiencias es una facultad que tan sólo la especie humana puede realizar. Cada noche, el hecho de revisar lo que hemos vivido durante el día, es un lujo que no debe pasar desapercibido en el desarrollo integral como personas. El simple repaso de los acontecimientos más significativos del día y el hecho de dedicar unos minutos al final de la jornada, es un regalo evolutivo de consecuencias insospechadas.
¿Qué ha sucedido hoy? Si usted opta por su desarrollo personal, de manera eficaz y acelerada, trate de mirar el día vivido y permita que su mente rastree entre los sucesos significativos. Decida adquirir el hábito de examinar la experiencia cotidiana y convertirá en aprendizaje los momentos más habituales de su existencia. Mediante este simple ejercicio se hará consciente de lo que, realmente, sucede “detrás de la escena”, evitando repeticiones de conductas automáticas y sintiendo como abre nuevos ciclos con actitudes y metas renovadas. Sin duda, un examen que aportará inteligentes alineamientos con el sentido último de su vida.
Cada día vivido nos “trae” asuntos significativos que nuestra consciencia transforma en escalones espirales de la siguiente vuelta. ¿Qué ha sucedido en este año?. Una pregunta que conviene hacerse al cierre de un ciclo, en la víspera de un cumpleaños o en una simple “noche vieja”. Recuerde que una mente sin objetivos es como un barco que, cuando enfrenta una tormenta, da vueltas a la deriva.
Para responder a la pregunta, ¿qué ha sucedido en el día de hoy?, la mente rastrea por los intereses y objetivos que uno se ha marcado para el período que ahora examina y observa. Por ejemplo, si en esta etapa de la vida, para uno mismo lo importante es el éxito y la prosperidad económica, la respuesta buscará todos los momentos del día en los que dichas cuestiones se vean afectadas. Si lo que en dicho ciclo están en juego aspectos tales como su autoestima, sus afectos y expansión de consciencia, los hechos que seleccionará su mente serán aquellos que tengan que ver con tales metas.
La Tecnología de la Transformación aborda la construcción de preguntas de poder sobre el inconsciente, cuyas respuestas, en sí mismas, resultan transformadoras. Si pregunta, “¿en qué he progresado hoy?”, reforzará los progresos realizados en la jornada. Si pregunta, “¿qué ha sucedido hoy de especial, mágico o significativo?”, reforzará su aventura interior y el sentido evolutivo de su vida. Es posible que lo que interese sea la calidad de su vida afectiva y entonces se pregunte, “¿en qué momentos he sentido generosidad y compasión?” Si le interesa salir de un cuadro mental depresivo, se preguntará, “¿de qué he gozado hoy?” Y si lo que mueve la vida es el servicio a los demás, puede preguntarse, “¿a quién he ayudado hoy?”
Recuerde que todo minuto dedicado a la capitulación y toma de conciencia del día vivido es la mejor inversión que uno puede hacer para su desarrollo como persona lúcida y despierta. Pronto comprobará que los efectos transformadores del auto-examen son desproporcionados al esfuerzo que demandan. Es por ello que merece la pena no cerrar ni un sola jornada, sin antes dedicar unos instantes al procesamiento del pasado “trozo de vida”. El examen del día, sin auto-reproches ni alabanzas, es un hábito con poder suficiente como para asegurar su crecimiento y erradicar de su vida pensamientos y conductas no deseadas. Un ejercicio de apariencia simple y, sin embargo, de increíbles consecuencias. Proceda a observar y examinar, y los cambios vendrán por sí solos, tan suaves y contundentes como las brisas del alba. 146
TRANSFORMACIÓN
El futuro dejado a sí mismo solamente repite el pasado. El cambio sólo puede ocurrir ahora. Nisargadatta.
Cuando lanzamos una piedra a un estanque de aguas serenas, brotan pequeñas olas concéntricas que se expanden repetidas y alineadas. Una ley natural rige la sucesión de sus círculos y la pauta de los tiempos entre cada una de las ondulaciones que llegan a las orillas.
Nuestro organismo también se despliega en espirales mediante cadenas de ácidos que conforman el andamiaje de las futuras células. Espirales que dibujan, una y otra vez, el diseño preestablecido por la información genética. De la misma forma, se comporta la mente del ser humano, cuya íntima experiencia también está sujeta a leyes y ritmos que laten en determinadas secuencias.
Se dice que cada siete años suceden cambios importantes en el periplo de nuestra vida. Se trata, no sólo de cambios fisiológicos que modifican nuestro cuerpo a través de la muerte y nacimiento de todas las células, sino también, de acontecimientos que influyen en el nuevo ciclo y que suponen la frontera de la siguiente vuelta. Y así como el Universo se compone de esferas que giran elípticas en una danza previsible de increíble precisión y gracia, de la misma forma, nuestra vida también tiende a repetir su historia, aportando en sus espirales, cada vez más amplias, tendencias previsibles en el seno de una más expandida consciencia.
¿Cómo salir de la rueda de las sucesiones y tendencias?
¿Cómo evitar repeticiones que nos enfrenten a desenlaces conocidos que tal vez uno no desea?
Los entendidos afirman que, primeramente, conviene tomar consciencia clara y detallada, tanto del “guión” forjado a través de nuestras primeras experiencias, como del programa de creencias que subyace en nuestra historia. También señalan que para evitar repeticiones conviene decidir otras opciones y caminos diferentes que dibujen una nueva trayectoria. Para escapar de la vieja conducta, asimismo afirman que es preciso mantener un estado mental de atención sostenida. Es decir, un nivel de consciencia en que el automatismo y la influencia de lo viejo, no sustituyan a la elección constante que ejercemos con plena voluntad y consciencia.
Al parecer, la llave de oro para escapar de la “noria repetitiva” es darse cuenta de las tendencias de nuestra mente y de los procesos profundos que conforman el juego de motivaciones y latidos del alma. Conforme las raíces de nuestros deseos son observados, uno se va liberando de la tiranía de la inercia y se siente capacitado a decidir su destino y reinventar su persona.
Pero más allá de nuestra mente y sus vueltas, está uno mismo: ESO, observador neutro y ecuánime de los programas de ida y vuelta. Uno Es, Testigo de la mente y sus patrones, tanto de los que llevan a la repetición, como de los que permiten optar por conductas más deseadas. En realidad, el Yo Observador no se mueve, es la mente la única que da vueltas. El Observador ni evalúa, ni prefiere, ni rechaza, ni aprueba, tan sólo atestigua lo que las diversas partes de su mente elaboran. El Testigo interno no es la mente y sus espirales, ni su cuerpo, ni tan siquiera su alma. UNO es Infinitud, Totalidad, Vacuidad Resplandeciente. Y finalmente, si nos preguntamos, ¿cómo llegar?, ¿cómo salir de la noria de la conciencia ordinaria? ... Los Vedas responden que: observando a la noria dar sus vueltas. 147



TRANSFORMACIÓN
El propio hecho de la observación altera al observador y a lo observado. Heisenberg
En el campo de la Psicología ha habido un gran descubrimiento. Se trata del poder curativo de la consciencia. Una capacidad que señala la gran influencia que tiene en sí misma, el puro darse cuenta. Por ejemplo, cuando somos capaces de “observar” de manera sostenida todos aquellos procesos de conducta que nos traen problemas, producimos transformaciones del patrón observado que conllevan nuevas opciones y programas más óptimos de acción futura.
En realidad, se trata de lograr mantener la atención sobre aquellas ideas y mecanismos que nos originan tensión y dolor ya que de esta manera, afloramos y resolvemos las viejas heridas “tapadas”. Así, creamos una sabia y sanadora “distancia”. Una medida que, como terapia sutil, permite nuevas posibilidades y sosiega el alma. Los grandes místicos y sanadores hindúes confirmaron este principio señalando que un conflicto “observado” es un conflicto resuelto. Y tal vez, desde la perspectiva científica de un Occidente prosaico y racional, uno se pregunte, ¿en qué se basa este axioma?.
Una respuesta a esta pregunta la ofrece la Física Cuántica al afirmar que el sujeto observador, mediante el acto de la simple observación, altera el objeto observado. Cuando, por ejemplo, se “observa” una partícula subatómica sucede que, automáticamente, ésta se ve afectada en su carga y en su órbita por la influencia de dicha observación. Evidentemente, el único contacto que ha existido en este hecho modificador ha sido el campo de consciencia desencadenado con la acción de observar. Y en realidad, observar, en términos de la propia persona, es tan sólo darse cuenta. Un hecho que nada tiene que ver con el pensamiento y sus elucubraciones, sino más bien con el acto instantáneo y neutral de atestiguar lo que pasa.
Cuando uno deviene espectador consciente de sí mismo y logra darse cuenta de sus propias máscaras, cuando indaga en sus reacciones y el modo en que su mente interpreta las cosas, si se da cuenta de la verdadera raíz de aquello que le duele y le inquieta, si pone atención en las justificaciones y autoengaños que su mente maneja, cuando observa los miedos soterrados y los anhelos que su corazón guarda, estará transformando el programa mental que los sustenta. Sucederá que las conductas automáticas se tornarán voluntarias y lo que antes le dolía y frustraba, ahora fluirá con calma.
Y, si además de devenir consciente de los procesos mentales, devenimos conscientes de que somos seres libres, habitantes del Universo, capaces de elegir las opciones que nos convengan y que, cada día, captamos mejor los aspectos más sutiles de las personas, estará naciendo al Testigo, a su verdadera identidad que todo lo observa. Un estado de conciencia análogo al de un espectador que no se identifica con los escenarios, tanto físicos como mentales, en los que se desarrolla su obra. El Testigo es la identidad Real del ser humano, una apertura, un claro Vacío y neutral, absoluto y supramental que, como cielo azul, vive inmutable mas allá de las nubes del pensamiento que, en cada instante, cambian de forma.
Saberse testigo de nuestra pequeña identidad personal y reconocerse como observador de la máscara que uno representa, permite vivirse en todas las opciones que nuestra diversidad demanda. Cuando lo inconsciente deviene consciente por el mágico poder del darse cuenta, todo tiene más sentido y se disfruta de la propia independencia. El viaje más importante de la vida: la gran aventura de la consciencia. 143
TRANSFORMACIÓN
Lo que se necesita mejorar no es el Universo, sino su modo de mirarlo.
Lama Dirhavansa
En alguna época de nuestra vida hemos dicho cosas tales como: “La vida es injusta... Fui víctima de la codicia de mis propios hermanos... Mis compañeros de trabajo eran insoportables”. Actitudes que, de manera sutil, culpabilizan al mundo de los propios infortunios, queriendo ignorar que todos los seres humanos nos sentamos en la mesa de la existencia con unas cartas en la mano y un conjunto de reglas.
Con el tiempo aprendemos a considerar que el mundo es como es, y cualquier juicio condenatorio que no asuma nuestra responsabilidad e ignore la parcela de misterio de lo global, no deja de señalar una posición incompleta y superficial. Cuando uno piensa que “los demás son injustos” no adelanta nada, ya que no sólo refuerza la incompetencia de su programa mental, sino que también prolonga el problema. Uno bien sabe que Si no le gusta lo que recibe, conviene que preste atención a lo que emite. En este sentido, alguien definió la locura como el hecho de pretender que las cosas vayan de otro modo, sin que por lo menos, uno mismo modifique su programa y actúe de otra forma.
El mundo que se percibe “ahí fuera” se conforma en nuestra mente. Y como bien sabemos, dicha realidad cambia dependiendo del estado de ánimo desde el que se percibe. Las experiencias de dolor, frustración y desencanto, sólo son útiles cuando están acompañadas de acción y ajustes de actitud, ya que lo que funciona, no es el cambiar el mundo, sino modificar la relación que tenemos con él. Algo que se logra ajustando la interpretación y el posicionamiento que nuestra mente hace del mismo.
Nuestra mente tiene la facultad de hacer crecer aquello en lo que enfoca la mirada. Si uno enfoca su atención en las ventajas de lo acontecido, por doloroso que el suceso haya sido, las ventajas aparecerán en nuestra mente en virtud de la Ley del enfoque que todo lo aumenta. No pensemos que, de esta forma, uno se engaña con una visión positivista prefabricada que en nada se acerca a la “realidad”. La llamada realidad se conforma en el interior del cerebro y es más maleable y subjetiva de lo que parece. Nuestra forma de mirar el mundo depende del programa de interpretación que nuestra mente seleccione y cultive. Los hechos son neutros. Es nuestra interpretación de los mismos la que los convierte en benditos o malditos. Si uno se hace competente en la utilización de un buen programa de interpretación y aprende a enfocar las ventajas integrales que trae lo que sucede, experimentará no sólo una mayor concordia, sino también una sostenida expansión de consciencia con todas las ventajas emocionales de alegría y poder que ello conlleva.
Si cambiamos la visión negativa del mundo, no sólo viviremos otras experiencias derivadas de este nuevo programa, sino que además nos sorprenderá comprobar como el mundo “de verdad” cambia. En realidad, el mejor favor que le podemos hacer a este planeta y a las personas que nos rodean es “pensarlas bien”. Es decir, pensarlas capaces de aprender y de transformarse.
La visión que ejercemos del mundo tiene un poder creador, similar al que experimentamos en nuestra actividad onírica. Si cambiamos el pensamiento, también cambia el escenario que uno sueña. Algo parecido sucede en el estado de vigilia despierta. El mundo depende de uno mismo, de lo que se opte interpretar entre las infinitas posibilidades de mirada. En realidad, el arte de vivir es el arte de enfocar e interpretar. 144
TRANSFORMACIÓN
No ceses en momento alguno de esculpir tu propia estatua. Plotino
Evolucionar significa crecer integralmente, es decir, crecer en todos y cada uno de los diversos rasgos del Ser. Muchos hombre y mujeres están desarrollados intelectualmente y, sin embargo, padecen de una gran inmadurez emocional. ¿Inmadurez emocional?, se preguntan y, ¿cómo se hace para madurar emocionalmente? La respuesta no pone de relieve la necesidad de cursar estudios en alguna exótica universidad de los Himalayas, sino de un trabajo personal de observación sostenida del propio programa mental y sus más íntimas creencias. Un ejercicio que madurará sus emociones y aportará templanza. Pero, ¿cómo conocer el propio grado de madurez emocional?
Observe si padece algunos de los siguientes síntomas. Primero: ¿soporta razonablemente bien las frustraciones?, ¿asume con rapidez el desenlace de acontecimientos contrarios a sus deseos y previsiones? Si usted no “encaja” las frustraciones, quiere decir que, en alguna medida, su vida está llena de expectativas. Y las expectativas tienden a crear frustración. Cambie la actitud “expectativa” por la de “posibilidad” y entrénese en la aceptación de lo sucedido. En realidad, no podemos volver hacia atrás y cambiar los acontecimientos. Mire hacia delante y no dramatice lamentándose del pasado. Aceptar los hechos no significa resignarse, sino más bien tener motivos de nueva acción, sabiendo que en el fracaso subyacen las semillas del éxito. En realidad, no hay fracasos, sino aprendizaje.
Segundo: ¿siente usted tendencia a totalizar?, ¿tiende a relacionarse desde los extremos “todo o nada”? Si siente que todavía las cosas son blancas o negras y le es difícil manejarse en una gama amplia de “grises”, busque el noble sendero medio. Si todavía experimenta fascinaciones y aversiones, tal vez le convenga aprender a caminar por el filo de la navaja y aceptar su parte de sombra.
Tercero: ¿sufre cambios de humor repentinos y sin motivo aparente?, ¿sucede que, de pronto, algo sumergido le cambia el chip y su mente se polariza en la agresividad y la rabieta? Si eso todavía es así, tal vez le convenga poner atención y analizar los pequeños detalles que le molestaron, ¿qué pensamiento fugaz al “pasar” por su mente consiguió amargarle? Cuando desenmascare su vulnerabilidad, podrá crear nuevas opciones de mayor poder e independencia.
Cuarto: ¿Se muestra muy susceptible a las críticas?, ¿le molesta mucho que alguien le vea defectos?, ¿le cuesta hablar y reírse de su parte “menos presentable”? Si eso es así, tal vez convenga que acepte su personalidad. Todos los seres humanos ofrecemos luces y sombras al exterior, sin que por ello se nos deje de apreciar y respetar. Sea consciente de sus carencias y recuerde que éstas son tan sólo partes de usted que no representan su totalidad. Es decir, que por ejemplo, usted no es impaciente, sino que tiene una parte impaciente. Usted es mucho más que cualquiera de sus partes. Evite totalizarse en una sola cualidad de su persona. Recuerde su dimensión espiritual de infinitud.
Si aspira usted a evolucionar espiritualmente, convendrá que no descarte la formación de un buen ego. Un ego sano, fuerte y consciente. Y desde el conocimiento de dicho ego, proceda a expandir su conciencia hacia el Testigo transpersonal desde el que observar la dualidad y la contradicción de su mente egoica. El hecho de madurar emocionalmente es una asignatura de la evolución y un requisito previo de la Paz Profunda. No caiga en negar su ego. Constrúyalo equilibrado, sano y asertivo y luego sigua adelante. ¿Espiritualidad? Sí, pero no descuide la construcción de un buen ego terrenal. Sin duda, la obra de arte más delicada y trascendente de la vida. 145
TRANSFORMACIÓN
Una vida no examinada no merece la pena ser vivida. Sócrates
El examen de las propias experiencias es una facultad que tan sólo la especie humana puede realizar. Cada noche, el hecho de revisar lo que hemos vivido durante el día, es un lujo que no debe pasar desapercibido en el desarrollo integral como personas. El simple repaso de los acontecimientos más significativos del día y el hecho de dedicar unos minutos al final de la jornada, es un regalo evolutivo de consecuencias insospechadas.
¿Qué ha sucedido hoy? Si usted opta por su desarrollo personal, de manera eficaz y acelerada, trate de mirar el día vivido y permita que su mente rastree entre los sucesos significativos. Decida adquirir el hábito de examinar la experiencia cotidiana y convertirá en aprendizaje los momentos más habituales de su existencia. Mediante este simple ejercicio se hará consciente de lo que, realmente, sucede “detrás de la escena”, evitando repeticiones de conductas automáticas y sintiendo como abre nuevos ciclos con actitudes y metas renovadas. Sin duda, un examen que aportará inteligentes alineamientos con el sentido último de su vida.
Cada día vivido nos “trae” asuntos significativos que nuestra consciencia transforma en escalones espirales de la siguiente vuelta. ¿Qué ha sucedido en este año?. Una pregunta que conviene hacerse al cierre de un ciclo, en la víspera de un cumpleaños o en una simple “noche vieja”. Recuerde que una mente sin objetivos es como un barco que, cuando enfrenta una tormenta, da vueltas a la deriva.
Para responder a la pregunta, ¿qué ha sucedido en el día de hoy?, la mente rastrea por los intereses y objetivos que uno se ha marcado para el período que ahora examina y observa. Por ejemplo, si en esta etapa de la vida, para uno mismo lo importante es el éxito y la prosperidad económica, la respuesta buscará todos los momentos del día en los que dichas cuestiones se vean afectadas. Si lo que en dicho ciclo están en juego aspectos tales como su autoestima, sus afectos y expansión de consciencia, los hechos que seleccionará su mente serán aquellos que tengan que ver con tales metas.
La Tecnología de la Transformación aborda la construcción de preguntas de poder sobre el inconsciente, cuyas respuestas, en sí mismas, resultan transformadoras. Si pregunta, “¿en qué he progresado hoy?”, reforzará los progresos realizados en la jornada. Si pregunta, “¿qué ha sucedido hoy de especial, mágico o significativo?”, reforzará su aventura interior y el sentido evolutivo de su vida. Es posible que lo que interese sea la calidad de su vida afectiva y entonces se pregunte, “¿en qué momentos he sentido generosidad y compasión?” Si le interesa salir de un cuadro mental depresivo, se preguntará, “¿de qué he gozado hoy?” Y si lo que mueve la vida es el servicio a los demás, puede preguntarse, “¿a quién he ayudado hoy?”
Recuerde que todo minuto dedicado a la capitulación y toma de conciencia del día vivido es la mejor inversión que uno puede hacer para su desarrollo como persona lúcida y despierta. Pronto comprobará que los efectos transformadores del auto-examen son desproporcionados al esfuerzo que demandan. Es por ello que merece la pena no cerrar ni un sola jornada, sin antes dedicar unos instantes al procesamiento del pasado “trozo de vida”. El examen del día, sin auto-reproches ni alabanzas, es un hábito con poder suficiente como para asegurar su crecimiento y erradicar de su vida pensamientos y conductas no deseadas. Un ejercicio de apariencia simple y, sin embargo, de increíbles consecuencias. Proceda a observar y examinar, y los cambios vendrán por sí solos, tan suaves y contundentes como las brisas del alba. 146
TRANSFORMACIÓN
El futuro dejado a sí mismo solamente repite el pasado. El cambio sólo puede ocurrir ahora. Nisargadatta.
Cuando lanzamos una piedra a un estanque de aguas serenas, brotan pequeñas olas concéntricas que se expanden repetidas y alineadas. Una ley natural rige la sucesión de sus círculos y la pauta de los tiempos entre cada una de las ondulaciones que llegan a las orillas.
Nuestro organismo también se despliega en espirales mediante cadenas de ácidos que conforman el andamiaje de las futuras células. Espirales que dibujan, una y otra vez, el diseño preestablecido por la información genética. De la misma forma, se comporta la mente del ser humano, cuya íntima experiencia también está sujeta a leyes y ritmos que laten en determinadas secuencias.
Se dice que cada siete años suceden cambios importantes en el periplo de nuestra vida. Se trata, no sólo de cambios fisiológicos que modifican nuestro cuerpo a través de la muerte y nacimiento de todas las células, sino también, de acontecimientos que influyen en el nuevo ciclo y que suponen la frontera de la siguiente vuelta. Y así como el Universo se compone de esferas que giran elípticas en una danza previsible de increíble precisión y gracia, de la misma forma, nuestra vida también tiende a repetir su historia, aportando en sus espirales, cada vez más amplias, tendencias previsibles en el seno de una más expandida consciencia.
¿Cómo salir de la rueda de las sucesiones y tendencias?
¿Cómo evitar repeticiones que nos enfrenten a desenlaces conocidos que tal vez uno no desea?
Los entendidos afirman que, primeramente, conviene tomar consciencia clara y detallada, tanto del “guión” forjado a través de nuestras primeras experiencias, como del programa de creencias que subyace en nuestra historia. También señalan que para evitar repeticiones conviene decidir otras opciones y caminos diferentes que dibujen una nueva trayectoria. Para escapar de la vieja conducta, asimismo afirman que es preciso mantener un estado mental de atención sostenida. Es decir, un nivel de consciencia en que el automatismo y la influencia de lo viejo, no sustituyan a la elección constante que ejercemos con plena voluntad y consciencia.
Al parecer, la llave de oro para escapar de la “noria repetitiva” es darse cuenta de las tendencias de nuestra mente y de los procesos profundos que conforman el juego de motivaciones y latidos del alma. Conforme las raíces de nuestros deseos son observados, uno se va liberando de la tiranía de la inercia y se siente capacitado a decidir su destino y reinventar su persona.
Pero más allá de nuestra mente y sus vueltas, está uno mismo: ESO, observador neutro y ecuánime de los programas de ida y vuelta. Uno Es, Testigo de la mente y sus patrones, tanto de los que llevan a la repetición, como de los que permiten optar por conductas más deseadas. En realidad, el Yo Observador no se mueve, es la mente la única que da vueltas. El Observador ni evalúa, ni prefiere, ni rechaza, ni aprueba, tan sólo atestigua lo que las diversas partes de su mente elaboran. El Testigo interno no es la mente y sus espirales, ni su cuerpo, ni tan siquiera su alma. UNO es Infinitud, Totalidad, Vacuidad Resplandeciente. Y finalmente, si nos preguntamos, ¿cómo llegar?, ¿cómo salir de la noria de la conciencia ordinaria? ... Los Vedas responden que: observando a la noria dar sus vueltas.  

Libro inteligencia del alma . José María Doria