Aunque la
psicología ha avanzado en el tema de las adicciones, a las sustancias, juego,
trastornos de la alimentación... el tema de la ADICCION AFECTIVA no ha sido
igualmente tratado. Y sin embargo un gran porcentaje de pacientes psicológicos
consultan por problemas derivados de una dependencia afectiva extrema que les
impide establecer relaciones amorosas adecuadas. El exceso de afecto, las
adicciones afectivas pueden resultar tan impactantes en nuestra vida como la
falta de amor, el abandono. La adicción afectiva es otra mas de las adicciones
que padecemos frecuentemente.
El apego es
adicción
Depender de la persona que se ama es una manera de
despilfarrar la propia vida donde son regalados irracionalmente nuestro amor
propio, el respeto por nosotros mismos e incluso nuestra esencia.
Entregarse al otro es un acto de cariño desinteresado,
pero si en esa entrega está presente el apego, no es mas que una manera de
rendirse por el miedo a perder lo bueno que tiene la relación. Siempre
necesitamos a quien amamos, pero si esa necesidad se convierte en algo
inhumano, en algo enfermizo, nos hace esclavos de ella, nos convertimos en un
apéndice de la persona amada, no en un verdadero compañero.
Cuantas veces nos hemos escuchado a nosotros mismos
decir frases como: "Mi existencia no tiene sentido sin ti". "
Vivo para el" "Ella lo es todo para mi" " Si me faltaras me
moriría" "Que haría yo sin ti" "Te necesito"......
declaraciones de amor que han brotado de nuestro corazón palpitante por
comunicar afecto. Realmente no son muestras de amor verdadero. El amor no debe
estar contaminado de adicción.
En muchos casos las personas son incapaces de poner
fin a una relación perjudicial. En otros el freno es la sensación de perdida o
de abandono. No se resignan a la ruptura, permanecen inexplicablemente en una
relación absurda. Muchas otras personas se aferran a que aun le aman. Y mi
consejo es que una persona no debe esperar a desenamorarse para terminar la relación.
Las personas adictas necesitan aprender autocontrol para que aun necesitando la
droga, sean capaces de luchar con la urgencia. Lo mismo ocurre tanto con la
adicción afectiva, la comida, el sexo o las sustancias. Hay que alejarse de ese
placer momentáneo para disfrutar a medio plazo de una satisfacción mayor,
liberarse de esa esclavitud. Cuando uno comienza a independizarse, descubre que
lo que lo que sentías por el no era amor, sino una forma de adicción
psicológica. Hay que liberarse de el o de ella sintiendo que lo quiere, pero
que no le conviene.
Algunas personas sufren la necesidad de tener la
seguridad de tener a alguien, así fuera una compañía espantosa.
El deseo no
es apego
Querer algo con todas las fuerzas no es malo,
convertirlo en imprescindible, sí lo es. Tener deseo no es estar apegado. Pero
cuando no puedes dejar de tener lo que deseas, el sexo, el amor de tu pareja,
la adulación o admiración de la misma, entonces no lo tienes bajo control, es
adicción.
Una persona apegada nunca estará preparada para la
perdida, no entiende la vida sin su fuente de seguridad o placer. Si hay
síndrome de abstinencia, hay apego.
Y detrás de todo apego está el miedo. Y el miedo esta
originado por algo mas que aun está detrás. Si tienes miedo a deprimirte cuando
te quedas solo, estarás apegado a quien te haga compañía.
Ser desapegado, no es ser indiferente
El Desapego no es amor, sino una manera sana de
relacionarse con independencia, no posesividad y sin adicción. La persona no
apegada es capaz de controlar sus temores al abandono, no considera que deba
destruir la propia identidad en nombre del amor, pero tampoco promociona el
egoísmo o la frialdad. Desapegarse no es salir corriendo a buscar un sustituto
afectivo, volverse un ser carente de toda ética. Una relación libre da paso a
la ternura, deshaciéndose de la posesividad, de los celos y de cualquier
emoción egoísta. No podemos vivir sin afecto, pero sí podemos amar sin
esclavizarnos. Una cosa es defender el lazo afectivo y otra ahorcarse con el.
El Desapego es la forma de amar sin miedo, sin miedo a estar solos, a que nos
abandonen, a que nos engañen, a no poder tirar solos.....
A que puede uno estar apegado en su relación de pareja
El placer y el sentido de comodidad se mezclan para
crear una súper droga de alta adicción que puede aparecer como bienestar,
tranquilidad, diversión, engrandecimiento del ego a través de la pareja,
confianza, compañía, soporte, apoyo emocional o simplemente presencia física.
1. Apego a la seguridad/protección. "No soy capaz de hacerme cargo
de mi mismo", estas personas necesitan alguien que se haga responsable de
ellas. De ellas obtienen seguridad para enfrentar una realidad percibida como amenazante.
Este es el apego mas resistente, se experimenta como cuestión de vida o muerte.
Aquí se busca la supervivencia en estado puro, ni siquiera se busca el amor,
ternura o sexo. Se busca la calma, se busca estar a salvo. Este tipo de apego
tiene su origen en la sobreprotección de los padres en la niñez.
2. Apego a la estabilidad. Este es el miedo al abandono.
Prefieren mal matrimonio que una buena separación. Su único objetivo es
mantener la unión afectiva a cualquier costo. Buscan confiar en que el otro no
los abandonará y están dispuestos a pasar por alto temas como la infidelidad o
el mal trato.
3. Apego a los mimos y arrumacos, a las
manifestaciones de afecto. Este es el terreno de los dependientes con baja autoestima. El objetivo es
sentirse amado. Prefiero una separación con amor, a un matrimonio sin afecto. A
todos nos gusta recibir amor, lo necesitamos, pero es distinto quedarse colgado
a las manifestaciones de afecto, estar siempre pendiente de cuanto cariño nos
prodigan para verificar si somos dignos de ser amados. Esto ocurre cuando
alguien no se quiere a si mismo. El miedo a no ser amado se transforma en
necesidad de ser amado. También entre las personas con baja autoestima,
necesitan sentirse deseadas sexualmente por lo que enfatizan el cuidado
personal o la estética. Para ellos funciona: Si soy deseable, soy querible.
4. Apego a las manifestaciones de admiración. Cuando estas personas no se sienten
valiosas, si alguien que les parece poderoso o seductor les demuestra
admiración, el apego no tarda en llegar. Concretamente, una de las mayores
causas de infidelidad es la búsqueda de admiración. Es muy habitual las parejas
formadas por el, narcisista y maltratador que primero adula y aprecia las
cualidades de su mujer atándola a si, para luego despreciarla y dañarla con
agresiones físicas o verbales. Ella dice que sabe que es una pareja ideal pero
que tiene brotes de mal humor. El proceso continua cuando el se arrepiente,
vuelve a admirarla y a adular su ego para continuar la rueda de maltrato y desprecio.
5. Apego al bienestar: sexo, tranquilidad o
compañerismo. Este apego
no es reconocido por la sociedad y por las personas como una adicción. Esta
forma de dependencia es vista como normal por la cultura e incluso por la
psicología. La utilización frecuente de estos estimulantes que nos aportan paz
y camaradería diaria los convierte en potencialmente tóxicos. Hay cuatro formas
de bienestar que pueden generar apego:
· Apego sexual. Encantador y fascinante para unos, angustiante,
preocupante y desgarrador para otros.
· Apego a los mimos. El apego a los mimos, puede estar libre de todo
apego sexual. La hipersensibilidad a los arrumacos pone en marcha una catarata
de reacciones placenteras químicas en todo nuestro cuerpo que es difícil no
quedar atrapados por los besos, los abrazos, la sonrisa y otras manifestaciones
de afecto.
· Apego al compañerismo. Son personas sumamente apegadas
cuyo principal enganche es la coincidencia de gustos e inclinaciones. La buena
compañía los mantiene íntimamente unidos. No es fácil ser compañero, confidente
y cómplice de la pareja pero si esto ocurre, la unión adquiere una solidez
notable. Cuando una pareja apegada por la camaradería intenta separarse, el
intento no suele prosperar porque hallar un sustituto afín es muy difícil.
· Apego a la convivencia tranquila y en paz, es de los mas apetecidos, sobre
todo después de los cuarenta años. Hay una época en la vida en que estamos
dispuestos a cambiar pasión por tranquilidad. Aunque si obtener la apreciada
tranquilidad implica renunciar a los demás placeres y alegrías que el AMOR
SANO me puede ofrecer, pensaría seriamente en revisar mi concepto de paz.
LA ADICCION AL AMOR
Un adicto al amor es alguien que depende o se
encuentra "enredado" con otra persona, o compulsivamente centrado en
cuidar de ella. También denominado codependencia, no todos los codependientes
son adictos al amor (existe una codependecia sana). En lugar de desarrollar una
intimidad madura, estos seres buscan enredarse, fundirse, permanecer
completamente conectados con su pareja, buscan situaciones de intensidad
emocional que les mantengan vinculados.
La codependencia es una enfermedad de inmadurez
causada por un trauma infantil, que nos incapacita para mantener una relación
saludable con nosotros mismos, protegernos de los demás, amarnos a nosotros
mismos y en definitiva saber compartirlo con los otros. Un codependiente tiene
grandes dificultades para ser una persona madura, responsable e independiente
tanto en el plano emocional como en el material, siente que por si mismo no
podría con la vida.
Los codependientes, o bien tratan de controlar a los
demás diciéndoles como deberían ser para complacerles y confortarles, o bien
permiten que sea el otro quien les controle.
Solo que este control provoca respuestas negativas en
el otro. Si quien controla, termina sintiendo su abandono y quien es controlado
el agobio, brotan sentimientos de rencor, cólera. Este es el modo que tenemos
de liberar el abuso que estamos viviendo. La salida a esta situación de enredo
emocional no pasa por dejarse conducir por este tipo sentimientos negativos de
rabia, reproche, abandono, escapismo....., sino mas bien en desengancharse de
esa adicción, primero reconociéndola, después con la firme actitud de realizar
unos cambios, estar dispuesto a sufrir el dolor de la abstinencia del ser del
que dependemos para finalmente llegar a sanar esa relación o establecer otras
alternativas.
Nuestra capacidad para afrontar la realidad se halla
directamente relacionada con nuestra capacidad para tener una relación
saludable con nosotros mismos, lo que significa amarse a si mismo, protegerse,
identificarse consigo mismo, cuidar de uno mismo y moderarse. Vivir a partir de
esa relación saludable y centrada, nos permite afrontar la realidad de quienes
somos, quienes son los otros y cual es la realidad de nuestra situación actual.
Desarrollar esas capacidades y percepciones constituye el núcleo de la
recuperación de la codependencia.
Es notable comprobar que las personas codependientes tienen
a la vez otras adicciones añadidas: al sexo, a la comida o a la anorexia, a
derrochar dinero, comprar, al juego, alcohol, tabaco, drogas, pastillas.... En
el fondo de todas ellas se encuentra la adicción al amor.
Abordar la adicción al amor puede ser emocionalmente
muy desestabilizadora debido a la resistencia y la negación a admitir el engaño
que rodean este estado de dependencia.
Es frecuente observar la relación adictiva entablada
entre una persona centrada en la pareja y en la relación, mientras que la otra
trata de evitar la conexión intima dentro de la relación, habitualmente a
través de alguna clase de adicción. El primero es el adicto a amor y al segundo
adicto a la evitación.
Encontramos entre las mujeres, mas adictas al amor que
entre los hombres, que suelen ser adictos a la evitación, pero esto puede ser
intercambiable, e incluso aplicable no solo a relaciones románticas (hetero o
no), sino padres hijos, compañeros, amistad....
Un adicto al amor presta demasiada atención al otro de
manera obsesiva. Además sus expectativas con respecto al otro son irreales,
idealizan. Y con tanta atención exterior, olvidan su propia necesidad, pero
sobre todo olvidan valorarse a si mismos, se han descuidado por completo. El
adicto al amor trae de la infancia una experiencia de abandono en el que no
sintieron suficiente intimidad, de modo que no saben como ser ellos mismo
íntimos. A su vez buscan llenar ese hueco y se aferran a un ser que consideran
mas poderoso que ellos, y del que finalmente dependen por terror a resultar
abandonados por el. Al principio e la relación, los adictos al amor se sientes
bien, admiran a su pareja, lo idealizan y esperan ser rescatados por el. A
medida que los adictos al amor hacen esfuerzos cada vez mayores por manipular a
la otra persona, de modo que sea el ideal que ellos esperan, experimentan
repetidas decepciones porque absolutamente nadie puede llegar a satisfacer esos
deseos insaciables. Entonces empiezan a sentirse mal en la relación hasta que
su dolor les hace darse cuenta de que son incapaces de vivir sin su pareja o
con ella. La tragedia es que los adictos al amor se sienten habitualmente
atraídos hacia los adictos a la evitación, que tratan de evitar el compromiso y
la intimidad saludable, y que centran su atención en adicciones exteriores. A
veces estas adicciones exteriores terminan por dominar la vida del evitador y
es ahí cuando entra su pareja, una adicta al amor, a cuidarle. Puesto que no
pueden tolerar la idea de quedarse solas, permanecen en la relación y se ocupan
de las cosas pero su rabia les hace convertirse en personas muy controladoras o
abusivas. No pueden marcharse porque sienten el abandono, pero tampoco pueden
quedarse y sentirse bien ya que así no son rescatadas sino que son ellas las
cuidadoras. Porque lo que ella espera al establecer esta relación de
dependencia con alguien que considera mas poderoso, es ser cuidadas por el.
A menudo personas que se ven incapaces de realizar
ciertas tareas que delegan en el otro, cuando están solas son perfectamente
capaces de ocuparse de su vida con total independencia, tanto de asuntos
financieros, como materiales o sociales. Pero mientras se hallan inmersas en la
relación, su autoestima disminuye al punto de sentirse incapaces de hacer su
vida sin su apoyo.
LOS CICLOS EMOCIONALES DEL ADICTO AL AMOR
Al principio de la relación, el adicto al amor conoce
a alguien atractivo, alguien que parece valérselas muy bien con sus cosas, que
parece tener una gran valía (realmente no lo es, es alguien carenciado
también). Cuando alguien dice que ha sido amor a primera vista o flechazo, no
dudes de que se ha dado la química entre dos personas adictas al amor.
Cuando el adicto al amor empieza a desarrollar una
relación con su adicto a la evitación, sus fantasías se disparan. El primero
cree haber encontrado a su caballero de brillante armadura y éste fantasea con
haber encontrado esa súper mujer que muestra sentimientos amorosos hacia el.
Ninguno ve en realidad al otro sino una imagen que se han creado desde niños.
También llamada adicción romántica. La excitación es magnifica, al creer haber
conseguido al ser de sus sueños. Entonces se produce el alivio de su dolor por
no ser querido, ahora se siente valorado y lleno.
En cierta fase de la relación, el adicto al amor se da
cuenta que el otro no resulta ser tan maravilloso como creía (nadie podría
serlo), su decepción es grande. De nuevo siente la vieja compulsión de
"enredar" al otro en busca de intensidad emocional que le vuelva a
vincular con el, discusiones, reproches, escenas dramáticas, intentos de
suicidio...Tal vez agudice en este momento su obsesión por controlar al otro,
saber donde se encuentra en todo momento, puede ponerse histérico al verse
abandonado, hablar con la familia.... controlar indirectamente, ponerse
seductora, organiza viajes con su pareja, tiene relaciones extramatrimoniales.
La relación se va haciendo cada vez mas toxica. Todo eso es un comportamiento
ofensivo que finalmente agota y termina por hacer fracasar la relación.
Ante tal comportamiento exagerado y agobiante, el
adicto a la evitación agudiza su respuesta de huida, alejándose mas rápidamente
y dando señales mas claras de que únicamente trata de distanciarse del adicto
al amor.
En este punto, cuando el adicto al amor se da cuenta
de que hay algo o alguien que es mas importante para el otro que la relación de
pareja, la fantasía se transforma en una pesadilla. Ahora acude a su mente la
imagen de la persona que le abandono o maltrató en la infancia.
Finalmente el adicto al amor acepta la realidad de que
está abandonado de nuevo, entrando en un periodo en el que prescinde de que el
otro le rescate, entrando en un periodo de abstinencia que puede ser muy
intenso hasta que se produzca la recuperación.
Muchos regresarán a sus mecanismos de negación al
sentirse tan desbordados por el dolor de prescindir del ser al que son adictos.
Pero si continúan con su proceso de abstención, entraran a continuación en una
fase de obsesión sobre como conseguir que el adicto a la evitación regrese o como
desquitarse incluso elaborando minuciosos planes y poniéndolos en acción. En
ese estado, se siente maltratado por su pareja y a la vez se muestra abusivo
con ella, ve todo lo que hace el otro con una luz negativa. Se obsesiona con
una revancha, pero no llega a ver su comportamiento como ofensivo.
EL ADICTO A LA EVITACION
Un adicto al amor y un adicto a la evitación se
sienten mutua e inexorablemente atraídos el uno hacia el otro. Esta atracción
resulta increíble para un adicto al amor (¿quien mejor que un evitativo puede
hacerte sentir abandonado?), pero se justifica en el sentido de que busca
alguien con características similares al progenitor con el que estaba enredado
en su infancia y del que no obtuvieron el amor que necesitaban, con la inocente
pretensión de conquistar "esta vez" su cariño y aprobación y no su
abandono o su maltrato.
Que los padres atiendan emocionalmente al hijo, es un
flujo apropiado de la energía. Pero cuando la experiencia es la contraria, es
decir que el hijo alimenta emocionalmente a alguno de sus padres, esa es una
relación de "enredo". A esos niños "enredados" o cogidos en
la trampa se les agobia y son utilizados por la necesidad de mamá o de papá de
tener compañía, atención y amor, los niños que se han visto envueltos en
relaciones "enredadas" con un padre, son los que con mayor frecuencia
se convierten en adictos a la evitación. El adicto al amor no fue utilizado de
este modo aliviador, sino que fue abandonado y dejado a solas. En el proceso de
ser usado por quienes debieron atenderlo, el adicto a la evitación, también se
vio abandonado, ya que mientras se ocupaba de cuidar de sus padres, no había
allí nadie que se ocupara de cuidarlo a el.
Características del adicto a la evitacion
1- Se evaden intensamente en la relación, al crear
intensidad en otras actividades, habitualmente fuera de la relación (suele
tratarse de adicciones)
2- Evitan el ser conocidos en la relación con objeto
de protegerse a si mismos de la absorción y control por parte de la otra persona.
3- Evitan el contacto íntimo con su pareja, para lo
cual utilizan una variedad de técnicas de distanciamiento.
Los adictos a la evitacion temen la intimidad porque
están convencidos que se aprovecharán de ellos y se verían absorbidos y
controlados por ella. Fueron absorbidos y controlados por la necesidad del
otro, por la realidad del otro, por la existencia del otro y no desean pasar de
nuevo por esa misma experiencia de la niñez que ahora les lleva a sentir que
mayor intimidad traería mayor sufrimiento, para lo que se basan tanto en la
experiencia con las personas que le cuidaron de niños como con sus parejas
adictas amorosas.
Al mismo tiempo los adictos a la evitacion temen verse
abandonados.
Puesto que no tuvo en su infancia contacto en su niñez
con otro ser que aliviara su dolor, temor y vacío de abandono, no aprendió que
una relación puede aliviar una experiencia de abandono. El temor al abandono
del adicto al amor, atrae al adicto a la evitacion. (Un ser tan necesitado, no
me abandonará fácilmente.)
Ambos tienen los mismos temores: intimidad y abandono.
El adicto a la evitacion intenta mantener el nivel de
intensidad en la pareja al mínimo, La intensidad de las relaciones la percibe
como agobiante, así que evita la intimidad. poniendo su atención en
distracciones, cosas ajenas a la relación, cualquier adicción le sirve, así no
está disponible. En realidad lo que hace es abandonar al adicto al amor.
El adicto a la evitacion no experimenta sensación de
energía o vitalidad dentro de su pareja porque la mantiene a muy baja
intensidad. Esta sensación de falta de energía dentro de su pareja no hace sino
intensificar su sensación de abandono. Buscará fuera de la relación esa falta
de intensidad que él mismo ha provocado.
Evita ser conocido por el otro por su temor a ser
usado, controlado o manipulado como lo fue en su infancia. Se reserva informar,
dar todos los datos, descubrirse por completo llegando incluso a falsificar o
manipular la información que da, le hace parecer poco transparente o tramposo.
El evitador levanta muros que obstaculizan la
relación:
Muros de cólera y temor, utilizan emociones fuertes
para mantener a los demás a distancia. Muros de silencio, lo que le permite
hablar lo mínimo. Muros de "madurez emocional", lo que le permite no
mostrar nunca sus emociones. Muros de amabilidad, hasta el punto de retener
información sobre las dificultades en la relación.
¿Qué le impide a un evitador marcharse y convertirse
en un ermitaño aislado?
Se lo impide el temor al abandono, unido a la
adoración y admiración que recibe del adicto al amor, que le hace sentir a
salvo y deseado. El adicto a la evitacion desea y necesita mantenerse en la
relación y sentirse conectado, pero de una forma protegida, debido al miedo que
tiene a ser controlado y absorbido por el otro, por lo que intenta mantener el
control con sus alejamientos, con el control del poder de decisión o con el
dinero de la pareja. Esa necesidad de mantener el control para no resultar
invadido, llega hasta hacerles trabajar duro para tener supremacía económica,
también a evitar discusiones para no afrontar la lógica de las cosas o en otros
casos también utilizan el poder físico, dando paso al maltrato.
Los ciclos emocionales del adicto a la evitación.
1- Se siente atraído por la necesidad y vulnerabilidad
del adicto al amor.
2- Conecta con el adicto al amor por medio de la
seducción.
3- Se siente animado con la adulación del adicto al
amor
4- Se siente absorbido y controlado por la necesidad
del otro.
5- Abandona la relación por una adicción para aliviar
el temor a ser absorbido.
6- Ante el temor a sentirse abandonado o ante la
culpabilidad, regresa a la relación o encuentra una nueva pareja.
LA FASE DE RECUPERACIÓN
Existe un proceso de recuperación de las relaciones
coadictivas. Lo mejor es que ambos miembros de la pareja participen en el
proceso, pero si tan solo es uno quien lo hace, tendrá beneficios de todos
modos para el otro. Cuando la relación se vuelve tan tóxica que resulta
insostenible, cuando alguien empieza a afrontar que las cosas no van bien, es
el momento de entrar en este periodo de recuperación.
Reconocerse a uno mismo como adicto emocional no es
agradable porque surge el dolor de la perdida. Prescindir de la conexión con alguien,
por dolorosa que sea, prescindir de los momentos emocionales intensos, del
entusiasmo, del alivio a una realidad intolerable, es algo doloroso. Además de
prescindir de tu adicción emocional a la otra persona, también debes afrontar
la supresión del resto de adicciones que pretendes te eliminen tu miedo al
abandono. Lograr superar al principio del proceso de recuperación alguna de
esas adicciones complementarias, dará estabilidad para afrontar el proceso mas
difícil de adicción que es la codependencia y estar preparado para experimentar
la abstinencia.
DISTANCIARSE DE LA RELACION
Durante este periodo de abstinencia en el que
enfrentas cualquier adicción, es necesario distanciarse del otro,
desengancharse emocionalmente hasta que se sienta cierta recuperación de su
dependencia. El adicto a la evitacion necesita desengancharse de los arranques
de intensidad que le surgen en su pareja cuando no está ausente y evadido en el
resto de sus adicciones. Distanciarse de la relación no significa necesariamente
separarse o pedir el divorcio, aunque algunas parejas necesitan de una
verdadera separación física. Tampoco significa que los miembros de la pareja
elimine cualquier contacto entre sí. Lo que deben eliminar es cualquier
contacto que conduzca a un enfrentamiento, a la intensidad, a los sentimientos
dolorosos o a tratar de afrontar los temas de la relación con el otro. Se
procura mantener al mínimo las criticas, las bombitas de intensidad emocional,
o la resolución de los grandes problemas de la casa o de la familia.
Utilice un muro de amabilidad. Tratarse el uno al otro
de forma muy agradable y dedicarse cada uno a sus propios asuntos, a su propio
proceso y no criticar o tratar de mejorar el camino del otro. Alejarse de esos
momentos de intensidad que sabe que se encuentran fuera de los limites
permitidos. Si el otro miembro de la pareja reanuda las hostilidades, no
responda directamente, ni siquiera para comentar que no debieran abordar cosas
de este tipo. No discuta sobre nada que sea irritante.
1. Bájese Vd. de la chepa del otro, ocúpese de sus
asuntos, deje de mirar hacia él.
2. Evite los bombardeos de intensidad emocional como
cólera, seducción, olvidos, silencios, haciéndose la victima, el desvalido o el
protector, o lanzando cebo que puede enganchar al otro en discusiones y con la
intención volver a conectar con el.
3. Observe lo que le está sucediendo al otro para
entender como el también esta inmerso en esta adicción.
4. Obsérvese a si mismo y a su necesidad de volver a
conectarse con el otro mediante apasionamiento y su necesidad de responder a
sus ataques o ironías.
5. No responda a ningún bombardeo emocional.
UNA RELACION SALUDABLE
Después de haberse distanciado de alguien a quien ha
sido adicto y haber pasado por su recuperación de la codependencia, ha
alcanzado un grado de madurez del que no disponía antes. Esta nueva madurez le
permite vivir su vida de un modo diferente. Sobre todo está mejorando su
relación consigo mismo. En una relación aceptablemente sana:
1-Cada miembro de la pareja ve al otro de una forma
realista y se muestra ante el otro tal cual es, presta atención, dice la
verdad, pide lo que necesita y desea y se desprende del apego al resultado.
Cada uno sabe que el otro no es perfecto y cometerá errores. Habrá situaciones
injustas o abusivas, discusiones o tonos inapropiados pero lo afrontarán sin
crear demasiada tensión, pudiendo reconciliarse de esas violaciones de los
limites, sin sentimiento alguno de humillación.
2-Cada miembro de la pareja asume la responsabilidad
de su propio crecimiento personal. La recuperación aun continua y ninguno
exigirá al otro como debe hacerlo o si lo esta haciendo mal, sino dejar que sea
uno mismo quien determine su manera y ritmo.
3-Cada miembro de la pareja asume la responsabilidad
por permanecer en un estado adulto del ego. No se permiten caer en su viejo
vicio infantil, el otro no es responsable de su carencia infantil. Si pide
ayuda al otro no se haga la victima ni espere ser rescatado.
4-Cada miembro de la pareja puede centrarse en
encontrar soluciones a los problemas. Ambos se hacen cargo de los problemas que
surjan, buscando una solución y acordando como actuar. Luego cada cual debe
hacerse responsable de cumplir lo acordado. Lo peor que se puede hacer es
utilizar un problema para sacar todas las quejas acumuladas y crear situaciones
emocionales que son sean funcionales y practicas.
5-Cada miembro de la pareja puede ser intimo con el
otro y apoyarlo pero sin hacer el trabajo que debe hacer el otro, ni sacrificar
las propias necesidades.
Aquí tienes un test interesante para conocer cuál es tu nivel de adicción al amor
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