Trabajar las emociones del desamor
Cuando
una persona siente el arrebato del amor hacia otra persona, pero no
se atreve a confesarle sus emociones ni sus sentimientos, porque teme
el rechazo y elige entonces, consciente o inconscientemente reprimir sus
sentimientos y no permitir que fluyan.
Se queda apegada, fija,
esclava de ellos y, lo que pudo ser una herramienta para encontrar un
equilibrio en sus emociones, se convierte, muy probablemente, en una
fuente de sufrimiento.
Lo que estamos proponiendo es exactamente lo
contrario, es decir, abrir la puerta, sentir la emoción y bañarnos con
ella sin temor a que nos haga daño o incluso corriendo el riesgo de
salir lastimados confiando en que tenemos los recursos para enfrentarlo.
El reto entonces sería dejar entrar la emoción: el miedo, la
tristeza, la alegría, el amor o el enojo, sumergirnos en ella y decimos
a nosotros mismos:
- “¿Qué es esto que estoy sintiendo?” “¡Ah!
Esto no es más que enojo, no tengo que dejar que me controle, lo
reconozco tan sólo por lo que es”.
Con la soledad necesitamos hacer
algo similar, es decir, dejarnos llevar por ella, permitir que emerjan
las lágrimas o cualquier otra manifestación de nuestro organismo,
sentirla de manera plena hasta poder expresar:
“Éste ha sido mi
momento e soledad. No temo sentirme así, SÓLO, pero soy capaz de SOLTAR
esta emoción para DAR PASO A OTRAS EMOCIONES que hay en mi existencia y
que debo vivirlas también”.
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